Los emergentes combaten la tormenta
Una reciente encuesta de Bank of America-Merrill Lynch lo decía claro: baja la presencia de mercados emergentes en las carteras de los grandes inversores. De acuerdo con las cifras publicadas por la prensa internacional, como resultado del cierre del grifo de liquidez y la crisis de las divisas, han salido de los fondos emergentes 8.360 millones de euros en el último mes.
Para Morgan Stanley, representa casi la mitad –concretamente, un 44%– de los 19.570 millones de euros que abandonaron este tipo de inversión en todo el año pasado. La duda ahora es saber si se va a mantener ese ritmo de salida de dinero y la contestación, según la mayoría de los expertos consultados, es que no. Los mercados emergentes aún tienen mucho potencial y si algo les caracteriza es precisamente su volatilidad y que son apuestas a largo plazo.
Urban A. F. Larson, experto en deuda en países emergentes en Standish, firma de BNY Mellon, resalta la significativa caída de los índices de deuda emergente en lo que va del año. “Los inversores, sencillamente, se han vuelto más sensibles al riesgo”, resume. Sin embargo, “esto de ninguna manera implica que estemos frente a una crisis generalizada de los países emergentes”.
“Los políticos son muy parecidos en todas partes: quieren que sus economías se expandan a medida que se aproximan las elecciones”, dice Jack McIntyre, de Legg Mason
De hecho, está seguro de que los mercados seguirán haciendo distinciones. Así que el partícipe debe discriminar entre países, créditos y monedas, “aunque puede que tenga que aguantar algo de volatilidad en los próximos meses”.
Ian Edmonds, cogestor del fondo Legg Mason Western Asset Global Multi Strategy Fund, reconoce que las divisas y los bonos de los mercados emergentes han estado bajo una tensión considerable en los últimos días. No obstante, cree que la estrategia de “mantener la exposición a esta clase de activos, diversificada entre determinados mercados locales, deuda corporativa emergente y emisiones de deuda pública denominadas en dólares estadounidenses” sigue teniendo sentido.
Algunos países tienen problemas pero, en general, la salud de los emergentes es mucho más fuerte que hace 15 años”, afirma Peter Marber, de Loomis Sayles
También lo tiene claro Jack McIntyre, gestor de fondos en BrandyWine, la gestora de renta fija de Legg Mason: “Si puedes asumir cierto grado de volatilidad y el horizonte temporal de tus inversiones es superior a un trimestre, las mejores oportunidades en renta fija para 2014 se encontrarán en los mercados de deuda emergente”. Su recomendación se basa en que prevé que el crecimiento sincronizado de los países desarrollados, “algo que no sucede con frecuencia”, irá llegando de forma paulatina a las economías en desarrollo vía comercio. Y recuerda que “desde un punto de vista histórico, en deuda emergente el rendimiento más alto se obtiene invirtiendo en estos mercados cuando están en crisis, y el reciente movimiento en los precios constituye una crisis”.
Sobre los recientes problemas, Devan Kaloo, director de mercados emergentes globales en Aberdeen Asset Management, considera importante destacar que “se trata de un proceso de desaceleración cíclico, más que estructural. En general, los países se hallan en buenas condiciones financieras y es probable que se vean respaldados por cualquier repunte general mundial. Las empresas también son más rentables y tienen menor nivel de deuda en comparación con sus mercados desarrollados homólogos”.
8.360 millones de euros es el dinero que ha salido enel último mes de los fondos que invierten en mercados emergentes. En 2013 se liquidaron 19.500 millones.
Por su parte, Rajiv Jain, gestor del fondo VF Emerging Markets Equity, de Vontobel AM, es rotundo al afirmar que los emergentes no han pasado de moda. “Creemos que un motor importante a largo plazo de la demanda en todo el mundo, tanto en volumen como en valor, provendrá del crecimiento secular de la renta y riqueza de los consumidores en los mercados emergentes”. Y señala los cambios estructurales que se están aplicando y que “deberían seguir aumentando los ingresos y la calidad de vida”.
Según Peter Marber, responsable de inversiones emergentes de Loomis Sayles & Company, “una gran cantidad del pánico parece injustificada”. Algunos países como Argentina, Venezuela y Ucrania “tienen problemas, pero la salud de las economías emergentes es mucho más fuerte que hace 15 años”.
“Lejos de suponer la muerte de los emergentes, la volatilidad actual presenta oportunidades”
Otro factor que analizan la mayoría de los expertos es la próxima celebración de elecciones en muchos de estos países. Craig Botham, economista de mercados emergentes de Schroders, opina que aunque las encuestas no sugieren un cambio en todos los casos –hay comicios en Brasil, India, Indonesia, Sudáfrica y Turquía–, sí podrían suponer un catalizador para que se produzcan esfuerzos en cuanto a reformas, ya que a menudo en el periodo poselectoral es cuando los Gobiernos sienten que tienen más fuerza para lograr un cambio, y menciona los casos de India e Indonesia. “Los políticos son muy parecidos en todas partes: quieren que sus economías se expandan a medida que se aproximan las elecciones”, apunta Jack McIntyre, de Legg Mason.
El país sobre el que advierten en Vontobel es Nigeria, con casi 170 millones de personas, el mayor de África por población. “No tenemos exposición directa allí en nuestras carteras, pero creemos que deberíamos manifestar nuestra preocupación”. Rajiv Jain se refiere a que la violencia no tribal, aunque no es nueva, sí ha aumentado en tamaño y cobertura geográfica a gran ritmo.
“Muchos han huido de China, pero hayahí un montón de empresas infravaloradas”, señala MATTEW VAIGHT de M&G
Si seguimos hablando de países, en Aberdeen creen que a pesar de la volatilidad macroeconómica de países como Brasil, India, Indonesia, Turquía o Sudáfrica, “nos siguen gustando las empresas asentadas en ellos, muchas de las cuales cuentan con modelos de negocio sostenibles, balances sólidos y se centran en los retornos a los accionistas”. Recuerda que, siguiendo la filosofía de la casa, las compañías “en las cuales decidimos invertir no dependen de si tenemos o no una visión macro negativa sobre un país o región en particular”. Y es que, según Devan Kaloo, “lejos de suponer la muerte de los mercados emergentes, la volatilidad actual presenta oportunidades para invertir en empresas de buena calidad, aunque mucho ya está descontado”.
“En los últimos meses hemos ido aumentando nuestra exposición a China”, explica Matthew Vaight, gestor de los fondos M&G Emerging Markets y M&G Asian de M&G Investments, quien cree que el sentimiento hacia esa economía es actualmente demasiado pesimista. “Hay muchos inversores que han huido tras el bache de China, pero en un mercado tan grande hay un montón de empresas cuyas perspectivas actualmente están infravaloradas por estar en ese país, en vez de analizar sus cifras fundamentales”.
En cualquier caso, los expertos avisan de que invertir en este tipo de fondos no es apropiado para todos los perfiles. “Los mercados emergentes siguen siendo una clase de activo con riesgo. Desde el punto de vista del inversor, esto significa que la diversificación continúa siendo importante y deberían ser siempre muy precavidos respecto a países que tengan grandes balances por cuenta corriente como Turquía o Sudáfrica, por ejemplo”, advierte Hans Bevers, economista sénior especializado en mercados emergentes de Petercam.
“Si somos inversores muy conservadores, no recomendaríamos tener posición en emergentes. Para perfiles equilibrados el porcentaje podría oscilar entre un 5% y un 10%, mientras que si hablamos de perfiles más agresivos el porcentaje podría alcanzar el 15%”, indica Victoria Torre, responsable de análisis y producto de Self Bank, quien aclara que es importante asumir que se deben concebir como inversiones a largo plazo. Y “tener en cuenta que algunos países no pueden crecer eternamente a un ritmo de doble dígito”.
Por su parte, Eduardo Antón, analista de fondos de Inversis Banco, que admite que están notando flujos de salida desde mitad del año pasado, recuerda también que “no existe el corto plazo al invertir en emergentes”. Así, dependiendo del horizonte de inversión del cliente y su sensibilidad al riesgo, aconseja a los perfiles más agresivos tener un 5% en Bolsa y un 5% en renta fija. “Si la situación del mercado mejora y notamos una estabilización en flujos, este peso lo podríamos elevar”.
Aunque los emergentes siguen protagonizando la atención de los inversores, los denominados mercados frontera, aquellos aún no tan desarrollados, continúan buscando su lugar. “En lo que va de año los mercados emergentes han caído un 7,5%; los desarrollados, en torno al 5% o el 6%, mientras que los frontera han subido un 1,1%. Estos últimos ofrecen a los inversores beneficios de diversificación dentro de una cartera sin que les afecten especialmente los eventos mundiales”, resalta Allan Conway, responsable de renta variable emergente de Schroders. Para Tomás Guerrero, asistente de investigación en el Centro de estudios de Economía Global y Geopolítica de la escuela de negocios Esade (Esadegeo), los más atractivos siguen siendo Catar, Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí. Explica que los mercados bursátiles de estas tres economías del Golfo tuvieron un comportamiento excepcional durante el año 2013 “y se situaron entre las Bolsas más rentables del planeta, con retornos superiores al 25%”. Otras economías frontera que están captando la atención de los grandes inversores son africanas, como Kenia o Nigeria, y algunas de Europa del Este, como Bulgaria o Estonia. Este experto advierte, no obstante, que “los activos de los mercados frontera conllevan aparejados un mayor riesgo como consecuencia de la ausencia de liquidez y de información. Por lo tanto, nos enfrentamos a activos sofisticados no aptos para inversores amateurs adversos al riesgo y sí para inversores experimentados con una visión de largo plazo”. En este mismo sentido, Hans Bevers, economista sénior de mercados emergentes de Petercam, apunta que es posible que sigan atrayendo a parte de los inversores internacionales, “sin embargo, en muchos casos estos mercados financieros se encuentran todavía en fases tempranas de desarrollo. Muy a menudo, el clima político y económico sigue siendo muy inestable en estos países”.