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Columna
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Cuestiones fiscales

Los bancos españoles se sienten injustamente presionados. Están siendo acusados de intentar mejorar sus ratios de core capital pidiendo al gobierno que modifique las normas contables sobre los activos fiscales diferidos (DTA, por sus siglas en inglés). El gobernador del Banco de España insiste en que “no hay truco” en esta petición. Hasta cierto punto, tiene razón.

Los bancos españoles tienen actualmente unos 51.000 millones de euros en activos fiscales diferidos, que ascienden a cerca de un tercio de su core Tier 1, según el Fondo Monetario Internacional. Con nueva normativa de Basilea III, estos tienen que ser excluidos del cálculo de sus ratios de capital.

Sin embargo, no todos los activos fiscales diferidos son iguales. Alrededor de 29.000 millones de euros de los DTA de las entidades españolas están relacionados con pérdidas en sus resultados de explotación, de acuerdo con las estimaciones de JP Morgan. Estos pueden utilizarse para reducir la factura fiscal futura de un banco cuando vuelva a obtener beneficios. Tiene sentido que no contabilicen como capital.

Los bancos españoles tienen actualmente unos 51.000 millones de euros en activos fiscales diferidos

Los otros 21.000 millones de euros corresponden a DTAs relacionados con las llamadas diferencias temporarias. Estos fueron generados sobre todo después de que el gobierno obligara a los bancos españoles a acumular grandes provisiones. Bajo las actuales normas fiscales españolas, más estrictas que en otros países europeos, no son totalmente deducibles hasta que se reconozca la pérdida, lo que genera un gran activo fiscal diferido.

Los bancos italianos tenían un problema similar y el gobierno se comprometió a convertir estos DTAs en créditos fiscales bajo determinados supuestos, incluyendo la liquidación del banco. Los españoles aspiran a la solución italiana.

Sin embargo, incluso si los bancos españoles salen con la suya, el capital seguirá estando ajustado. Si pueden contar los DTA generados por las diferencias temporarias como la capital, la ratio de core capital Tier 1 media sería de poco más del 9% hacia final de año, según las estimaciones de Morgan Stanley. Eso es, por debajo de la media europea del 10%. Además, aunque estos DTA cuenten como capital, su valor económico puede ser limitado dadas las expectativas de beneficios. No es de extrañar Sabadell haya optado recientemente por obtener capital fresco.

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