Los seguros más baratos
La feroz competencia ha generado un entorno de precios muy competitivo Descensos de precios en seguros de coches que rondan el 7% en dos años Coberturas más amplias
A diferencia de lo que ocurre con los créditos y con los depósitos, donde la oferta bancaria es cada vez más limitada, los seguros siguen presentando una variedad y calidad que permiten al consumidor encontrar productos muy adecuados para cubrirse contra diversos percances. En el ámbito de los seguros para automóviles es en el que la competencia ha llegado más lejos, con una guerra de precios que ha hecho que se abaraten todo tipo de primas.
1. La guerra de precios saca a la luz las gangas en seguros de coches
A la hora de buscar un buen seguro para el coche, el precio se ha convertido en el principal argumento en el que se fija el consumidor. Tres años de feroz competencia entre las compañías han permitido que los clientes puedan beneficiarse de sustanciosos descuentos, fundamentales para poder equilibrar un presupuesto familiar cada día más ajustado. La tendencia ha sido muy acusada durante 2011 y 2012 y, de acuerdo con el índice de precios de seguros elaborado por Direct Seguros, la caída acumulada en los precios de pólizas de automóviles durante estos dos ejercicios ha sido del 7%.
Sin embargo, al contratar un nuevo seguro o al renovar el que tenemos, el precio no debe cegarnos y hay que tener en cuenta otros muchos factores. ¿Qué tipo de coche tengo? ¿Cuál es mi experiencia como conductor? ¿Qué uso hago de mi vehículo? ¿Qué me ocurriría si sufriera un accidente y me quedara un tiempo sin coche?
Elena Betés, directora general de Rastreator.com, considera que el factor principal que hay que tener en cuenta a la hora de elegir el mejor seguro es el modelo y antigüedad del automóvil. “Es muy frecuente que haya personas que tienen su coche sobreasegurado. A partir de tres años, tener una cobertura a todo riesgo no tiene sentido, porque el valor residual del coche empieza a caer mucho”.
Otro elemento clave es el perfil del conductor y su situación económica. “Una persona a quien le cuesta llegar a fin de mes y que depende mucho de su coche, podría interesarle más hacerse un seguro a todo riesgo, porque si tiene un accidente y pierde el vehículo, su situación se puede ver muy perjudicada”, explica Betés. En cambio, “alguien con una situación desahogada puede optar por un seguro a terceros con una franquicia alta, porque podrá asumir ese gasto extra en caso de sufrir un percance”.
De acuerdo con una comparativa realizada por Segurosbroker, la aseguradora que ofrece el precio más atractivo para un seguro a terceros (tanto en su modalidad básica como ampliada) es Fénix Directo (perteneciente al grupo alemán Allianz). El precio oscila entre 216 y 269 euros, para un Seat Ibiza conducido por un joven de 25 años con cinco años de experiencia al volante. En segunda posición aparece Pelayo, con precios de 265 euros en terceros básico y 363 euros en terceros ampliado. Otra compañía que destaca por sus precios ajustados es Balumba, perteneciente al grupo británico Admiral, con tarifas entre 240 y 254 euros, respectivamente (en este caso, para un Renault Megane).
Los expertos recuerdan que los consumidores no deben fijarse únicamente en el precio para elegir un seguro u otro. “Deben tener muy en cuenta las coberturas. Por ejemplo, la asistencia en carretera es importante, pero deben saber si se activa desde el kilómetro cero o si solo les socorrerán si están a más de 25 kilómetros de su residencia habitual. También es importante considerar cómo calcula la aseguradora el valor residual del seguro. En algunos casos tan solo reembolsan el valor venal del vehículo siniestrado, mientras que en otros llegan a pagar el precio de compra el mismo coche”, explican.
Mapfre también ofrece una tarifa atractiva, que parte de 322 euros, incluyendo responsabilidad civil, defensa jurídica y asistencia en viaje. En el caso de Línea Directa (perteneciente al grupo Bankinter), el terceros básico también es muy ajustado, en 326 euros y el terceros ampliado en 380 euros.
Seguros a todo riesgo
Una de las consecuencias de la guerra de precios es que la cobertura a todo riesgo –recomendable para coches recién comprados o clientes a los que una avería grave puede trastocar el presupuesto para todo el año–, se ha abaratado especialmente. En la comparativa realizada por Segurosbroker, Direct Seguros (filial de grupo Axa) aparece como la compañía más barata, con un todo riesgo sin franquicia por 505 euros. Tomando en consideración el panel realizado por Rastreator.com, la aseguradora más barata es Nuez (filial de Línea Directa), con un producto por 589 euros.
En la horquilla entre 600 y 800 euros aparecen también Mutua Madrileña, Fénix Directo, Balumba y Mapfre. En el caso de esta última, una de las coberturas destacadas es que durante los dos primeros años se indemniza con valor a nuevo (la compañía compra el mismo vehículo), y a partir del tercer año, con el 80%. Después pagará el valor de mercado del vehículo antes del siniestro.
En cuanto a seleccionar compañías tradicionales o especializadas en seguro directo (atención por teléfono o internet), en el sector se destaca que la calidad del servicio cuando se produce un siniestro “suele ser bastante buena en España”, aunque “malas compañías hay en los dos bandos”.
2. Seguros de hogar: la clave es valorar bien el importe a asegurar
Las motivaciones en la contratación de un seguro de hogar cambian mucho respecto a las que están detrás de la contratación de una póliza de autos. El que no sea un seguro obligatorio provoca un mayor interés por parte del cliente a la hora de valorar qué coberturas quiere tener incluidas, salvo en el caso consumidores que suscriben este tipo de pólizas porque tienen una hipoteca sobre su vivienda.
Una de las claves a la hora de determinar qué aseguradora nos ofrece el producto más atractivo es la determinación de cuál es el importe por el que están cubiertos el continente y el contenido de nuestra vivienda. “Hay que valorar bien cómo calcula la aseguradora el valor de la casa y de lo que hay dentro de ella. Los métodos pueden ser muy distintos y pueden ofrecer resultados bastante dispares. El mejor seguro será el que más ajustado está al valor real”, comenta Elena Betés, directora general de Rastreator.com.
El segundo factor clave es conocer contra qué tipo de percances estamos asegurados. Lo normal es que incluya protección contra incendios, daños por agua, fenómenos meteorológicos... pero el catálogo de coberturas puede ser amplísimo. Habrá que determinar cuáles de ellas nos interesan, porque cuantas más tengamos, más se encarecerá el producto.
En la comparativa de precios realizada por Segurosbroker –para una vivienda de 120 metros cuadrados, en Zaragoza, donde su continente está cubierto en 120.000 euros y su contenido en 30.000 euros–, la mutua catalana Fiatc exige el pago de 135 euros. Catalana Occidente también cuenta con una oferta muy atractiva, el producto Hogar Catalana Plata, por 174 euros; prácticamente el mismo precio que ofrece Pelayo.
Una de las coberturas que puede resultar interesante tener es la que protege al asegurado por un robo. En este caso, es importante que la póliza incluya también la protección contra hurtos (robos sin violencia en las cosas). Además, algunas aseguradoras incorporan también los atracos que pudieran sufrir los asegurados fuera de su domicilio. “Son sucesos que ocurren con más frecuencia que algunos eventos meteorológicos que sí que cubre el seguro, por lo que es importante cerciorarse de que están cubiertos”, indican desde las compañías.
Uno de los productos para hogar que más está comercializando Mutua Madrileña es MM Hogar Global, que además de las coberturas tradicionales ofrece alguna excepcional, como pérdida por alquileres, reposición de llaves y cerraduras, cobertura de 3.000 euros sobre joyas... Para los no mutualistas el precio es de 164 euros (aunque el capital recomendado para el continente, 99.000 euros, es algo inferior al fijado para la comparativa de Segurosbroker).
También es importante que el seguro cubra los daños estéticos. Si en un accidente doméstico se rompe un azulejo del baño y no se encuentra uno del mismo modelo para sustituirlo, esa cobertura costeará el recambio de todos los azulejos.
Los expertos recomiendan huir de los seguros básicos, porque “acaban teniendo tan pocas coberturas que no son rentables”.
3. Seguros de vida: ¿a quién quiero proteger?
Las aseguradoras recomiendan el seguro de vida a aquellos profesionales con menos de 55 años que tengan familia. En caso de fallecimiento, la situación de desvalimiento económico en la que quedarían el viudo o la viuda, y sus huérfanos, en caso de fallecimiento sería muy grave. De acuerdo con un reciente estudio de Mapfre, las viudas sufren una reducción del 33% en sus ingresos, tras la muerte de su pareja (unos 807 euros mensuales, por término medio), lo que puede poner en riesgo su capacidad para pagar las deudas que mantiene con entidades financieras.
El funcionamiento de estos productos es sencillo: el cliente paga una prima mensual y, a cambio, obtiene una cobertura por determinado capital, que en caso de fallecimiento recibirán los beneficiarios que determine. Normalmente, se recomienda que el capital cubierto represente entre tres y cuatro veces los ingresos netos anuales.
En el modelo planteado para Segurosbroker, un ejecutivo de 40 años, con un sueldo anual de 65.000 euros netos, busca un seguro de vida, para proteger a su mujer y sus tres hijos en caso de que fallezca. El capital asegurado en este caso es de 200.000 euros, y la oferta más económica es la de la aseguradora Fiatc: que propone el pago de una prima de 316 euros al año. Plus Ultra (filial del grupo Catalana Occidente) ofrece esa cobertura por 347 euros y Allianz por 456 euros.
Los expertos recomiendan tener en cuenta la cobertura que ofrece cada compañía en caso de incapacidad o enfermedad terminal (supuestos más probables que el fallecimiento). “Algunas aseguradoras ofrecen adelantos del importe del seguro, para ayudar con los gastos médicos”, explica Elena Betés, de Rastreator.com. También es importante calibrar el capital asegurado, teniendo en cuenta el nivel de vida, el número de hijos y variables como el tipo de educación que queremos garantizarles.
4. Seguros de ahorro: prepararse para la jubilación
En el ámbito de los seguros de ahorro y planes de pensiones, la tipología de productos es amplísima. La elección dependerá mucho de la edad de la persona que quiere asegurarse y su perfil fiscal, puesto que los aspectos tributarios son los más determinantes para diferenciar entre un plan de previsión asegurado o un plan individual de ahorro sistemático (PIAS).
En el caso propuesto a las aseguradoras –una mujer de 45 años, que cobra 45.000 euros netos anuales y que tiene a su marido en paro y un hijo de 10 años–, la mayoría se inclina por el PPA. “Nuestra recomendación sería que hiciera una aportación anual del 10% de su salario. Cuando tenga 55 años debería subir su aportación de cara a la jubilación y a la desgravación fiscal”, explican desde Mutua Madrileña. “Lo mejor del PPA es la flexibilidad en las aportaciones, puesto que el cliente puede decidir cuánto y cuándo quiere aportar, sin pasar del tope de 10.000 euros para asegurados de hasta 50 años y de 12.500 euros para mayores”.
En la comparativa realizada por Segurosbroker, se parte de una aportación inicial de 5.000 euros y un ahorro periódico de 100 euros al mes. Con estos parámetros, la asegurada podría garantizarse un capital final estimado de 52.134 euros si contrata el seguro con Fiatc;de 51.522 euros con Allianz, y 48.563 euros con Catalana Occidente. La ventaja de los PPA sobre los planes de pensiones es que los primeros tienen una garantía sobre el tipo de interés. En ambos casos, el ahorrador podrá desgravarse hasta 10.000 euros por las cantidades aportadas, aunque en el momento del cobro sí que deberán tributar las plusvalías.
Desde CaixaBank indican que también le podría interesar contratar un PIAS. Su gran ventaja es que, si se cobra en forma de renta vitalicia y han transcurridos más de 10 años desde la primera aportación, la plusvalía queda exenta de pagar impuestos (siempre que la aportación anual no supere los 8.000 euros).