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El Foco
Tribuna
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Hacia la gestión sostenible del agua

Hoy se celebra el Día Mundial del Agua, el recurso más importante del planeta, cuyo aprovechamiento se enfrenta a numerosos y críticos retos. La autora aboga por establecer un marco colaborativo de uso.

El recurso natural más importante del planeta, el agua, se enfrenta a una serie de retos cada vez más críticos. Se prevé que en 2025 las dos terceras partes del mundo sufran escasez de agua. Según el informe Riesgos Globales 2013, del Foro Económico Mundial, un estudio que cada año identifica y cuantifica los principales riesgos para la seguridad mundial, los problemas que causa el suministro de agua son el cuarto riesgo más importante.

Debido al cambio climático, países de todo el mundo están sufriendo tormentas, inundaciones y sequías que eran inimaginables en el pasado. El crecimiento demográfico y el desarrollo industrial y agrícola están provocando el agotamiento de un modelo de abastecimiento que no puede evitar que las aguas que fluyen por los acuíferos, los ríos y los océanos estén cada vez más contaminadas.

El reto del agua es tan vital que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró 2013 como el Año Internacional de Cooperación en la Esfera del Agua. Esta organización manifiesta que su objetivo es concienciar, tanto de las posibilidades de una mayor cooperación, como de los desafíos que se han de afrontar en relación al aumento de la demanda de acceso, distribución y servicios de agua.

Los gobiernos, las ciudades y las empresas energéticas tendrán que colaborar con proyectos más inteligentes

La cooperación internacional es importante porque el trabajo conjunto en aspectos como la educación, la diplomacia entre los diferentes países o el modelo de financiación representa la única manera de avanzar. Es por ello que los gobiernos, las ciudades y las empresas de servicios energéticos tienen un papel fundamental que desempeñar en la elaboración de enfoques más inteligentes que hagan frente a los desafíos en la gestión del agua.

Los gobiernos tienen que liderar los diálogos entre los diferentes actores implicados y utilizar su peso para impulsar políticas de gestión inteligente del agua. La colaboración en el plano político es fundamental, pero al mismo tiempo esta tarea conlleva muchas dificultades. Por ejemplo, solo en Estados Unidos hay cerca de 53.000 agencias e instituciones relacionadas con el agua, pero no existe una coordinación entre estos organismos, pese a que todas trabajan por un fin común.

Entretanto, la colaboración técnica es crucial para superar los obstáculos que se interponen para que la gestión, medición, uso y conservación del agua se realice de forma más inteligente. Los gobiernos deben tomar la iniciativa para que las empresas energéticas y los fabricantes trabajen mano a mano en el desarrollo de una serie de estándares universales para dispositivos como medidores, bombas de agua y válvulas, que aseguren una gestión inteligente del agua. En este sentido, la investigación debería centrarse en identificar las brechas que hoy día existen en estos estándares para que así los esfuerzos se hagan en los campos más pertinentes.

El agua no se adapta a fronteras políticas o jurisdiccionales, por lo que las ciudades deben adoptar un enfoque transfronterizo. Las ciudades pueden sentar las bases para un sistema de gestión inteligente del agua, permitiendo el intercambio de datos relativos a su uso y a otros factores indirectos.

"El agua no se adapta a fronteras políticas, por lo que se deberá adoptar un enfoque transfronterizo"

Pueden, por ejemplo, elaborar un mecanismo para agilizar el intercambio de datos entre las empresas energéticas, las entidades públicas encargadas de la gestión de inundaciones o emergencias y las agencias de salud medioambiental.

Un caso muy paradigmático es el de Dublín, una ciudad que ha creado una innovadora red de intercambio de datos llamada Dublinked. Utilizando este sistema se puede intercambiar información, coordinar actividades relativas a la calidad del agua que van más allá de las fronteras municipales y gestionar todos los asuntos de manera más proactiva. El portal Dublinked ofrece a empresas y ciudadanos una fuente de datos común y un servicio que pueden utilizar para trabajar conjuntamente.

Las empresas de servicios públicos pueden ahorrar agua y dinero sólo con analizar los datos que ya tienen. La clave está en determinar todas las formas en las que se pueden agrupar dichos datos para que sean más accesibles.

Por ejemplo, mediante la utilización de un portal web que ofrezca una visión integrada de la infraestructura gracias al uso de sensores o tecnologías de mapeo. Así, con el uso de esta información, las empresas pueden desarrollar una arquitectura estratégica para avanzar en un modelo más inteligente.

Otro buen ejemplo es la isla de Malta, donde se está desarrollando un sistema para sus redes de agua y electricidad, que prevé sustituir los 250.000 contadores de electricidad viejos por contadores inteligentes e integrar medidores de agua para un mejor seguimiento.

El agua y la energía están relacionadas, ya que la energía se utiliza para tratar y bombear el agua

Agua y energía están relacionadas, ya que la energía se utiliza para bombear y tratar el agua. El proyecto no solo pretende mejorar la gestión del consumo en hogares y oficinas, sino también señalar los problemas que puedan surgir en torno a la red de suministro, como por ejemplo las fugas, para que puedan ser corregidas de inmediato.

Los sistemas de gestión inteligente del futuro serán notablemente distintos a los de hoy día. Estos necesitan ser reorientados y tener como objetivos fundamentales la obtención de resultados, una participación más activa de los diferentes actores implicados en una estructura más eficaz y un mayor compromiso por parte de los ciudadanos y usuarios comerciales.

Los problemas del agua están creciendo, pero estamos entrando en una época en la que la transformación se puede ya realizar a través de una mayor integración tecnológica en todo el ciclo de vida de gestión del agua. Los sensores, el software y el análisis de grandes volúmenes de datos son ya una realidad, cada vez más asequible y fácil de implementar, que proporciona la información necesaria para tomar decisiones más inteligentes. Pero, sobre todo, la tecnología poco puede hacer sin la voluntad de los seres humanos para cooperar y entender que solo juntos podemos resolver de forma sostenible todos estos problemas.

Marta Sánchez es socia responsable de Energía y Servicios Públicos de IBM.

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