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Importan hidrocarburos pesados para refinarlos y venderlos a la UE

Las petroleras compran un 13% más de crudo para exportar gasóleo

Las importaciones españolas de petróleo han crecido un 13% hasta octubre y se han situado en niveles previos a la crisis. Las mejoras tecnológicas de las petroleras les han permitido comprar crudos pesados, especialmente de Latinoamérica, más baratos que los de Oriente Medio, refinarlos y venderlos como gasóleo a la UE.

La dependencia energética de España (apenas produce el 0,2% del petróleo que consume) le obliga a comprar grandes cantidades de crudo en el exterior para abastecer la demanda de hogares y empresas. Desde que se inició la crisis, las importaciones de crudo han caído en picado, en línea con el ajuste de gasto familiar y de inversión empresarial, reflejado en indicadores como el consumo de hidrocarburos o el de energía.

Este año, sin embargo, se ha producido un cambio de tendencia: las importaciones han crecido un 13% anual hasta octubre, según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), situándose en los niveles previos a la crisis. ¿Cuál es la explicación? En primer lugar, el veto europeo a Irán obligó a las petroleras a buscar otros destinos para sus compras (Irán era el segundo mayor vendedor) y se han fijado en Latinoamérica, que se ha convertido en el segundo suministrador de crudo de España, por encima incluso de Oriente Medio. Los hidrocarburos de México, Venezuela o Colombia son más baratos, pero también mucho más pesados (con una mayor densidad y por lo tanto de peor comercialización), por lo que no todos los países disponen de la tecnología necesaria para procesarlos.

Las españolas, en especial Repsol, han perfeccionado mucho sus desarrollos tecnológicos y eso les ha permitido refinar crudos pesados y obtener gasóleo que, ante la falta de demanda en España (el consumo ha caído un 6% en los diez primeros meses del año), se está exportando a otros países abriendo una nueva línea de negocio. Las ventas al exterior de gasóleo han rozado las 5 millones de toneladas entre enero y octubre, lo que supone un crecimiento anual del 150%, que se destina en su gran mayoría a socios de la zona euro, como Francia, Italia u Holanda.

De hecho, las estadísticas revelan que España puede cerrar el año siendo exportador neto de gasóleo (vende más de lo que compra). Un hito que no se había alcanzado nunca y que sin duda servirá para rebajar el abultado déficit comercial que arrastra la economía española en la balanza energética. El desfase entre ingresos y gastos por la compra de petróleo y derivados al exterior se elevó entre enero y septiembre a 26.501 millones de euros, apenas 63 millones menos que todo el déficit comercial acumulado en esos nueve meses. Fuentes del Ministerio de Economía subrayan que si a las cifras de la balanza comercial se le descuentan las correspondientes a la energía, España habría acumulado nueve meses consecutivos de superávit comercial.

Otro efecto relevante que puede tener el hecho de que España sea capaz de refinar hidrocarburos pesados es que las petroleras tendrán que gastar menos dinero en comprar materia prima, lo que le servirá, sin duda, para protegerse ante las subidas que puedan experimentar la cotización internacional del barril de petróleo o de la cotización del euro. La última fuerte se produjo a principios de 2012, en el que el barril de Brent, de referencia en Europa, llegó a superar los 125 dólares. Al ser una materia prima que se compra en dólares, la relación entre el euro y el dólar es determinante para que los países importadores tengan que pagar más o menos dinero. Un euro caro adelgaza la factura de las petroleras mientras que uno barato encarece las importaciones y obliga a gastar más dinero o rebajar la cantidad comprada.

Repsol destila en Cartagena la materia prima extrapesada

A finales de 2011, Repsol concluyó el proceso de ampliación de las refinería de Cartagena y de Petronor, lo que, a juicio de la compañía, "ayudará a maximizar la producción de destilados medios, en un entorno claramente deficitario, disminuyendo la producción de fuelóleos procesando crudos más pesados". La más importante de las dos refinerías es la de Cartagena, que ha elevado la capacidad de producción del complejo hasta los 11 millones de toneladas (220.000 barriles al día) y le va a permitir a la división de refino de la compañía empezar a generar caja, tal y como está previsto en el plan estratégico que abarca desde 2012 a 2016. Dos de las principales aportaciones tecnológicas de Cartagena son un hydrocracker y un coker, dos unidades que permiten mejorar la conversión del destilado del crudo para maximizar el aprovechamiento del mismo en productos como el gasóleo.

Cepsa eleva hasta el 90% la ratio de utilización de las refinerías

Cepsa invirtió más de 1.000 millones de euros en la ampliación de la planta de La Rábida (Huelva) con el objetivo de asegurar el suministro del gasóleo de automoción. Y para ello puso en marcha una unidad de Hydrocrakcer, que permite destilar crudos más pesados que otras refinerías, aunque no los extrapesados procedentes de Latinoamérica. Esto le ha llevado a incrementar su capacidad total de refino hasta las 26 millones de toneladas, que supone el 37% del total en España. En la planta de Huelva se destilan 9,5 millones de toneladas de productos ligados al petróleo, de los que más de la mitad son queroseno y gasóleo. Fuentes de la compañía aseguran que las compras de crudo han crecido un 12%, lo que ha mejorado en cinco puntos el ratio de utilización de las refinerías (ahora en el 90%)y ha permitido duplicar las exportaciones de gasóleo, "gracias a las oportunidades en algunos mercados africanos".

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