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El rescate a la banca o el impago de su deuda son dos posibles salidas

¿Puede España seguir el modelo de Islandia?

El FMI aplaude las recetas de Islandia para crecer sin planes de austeridad, pero la exposición de la deuda española a la banca europea y la dependencia de las políticas de la zona euro dificultan que Madrid copie el método de Reikiavik.

Hogares en un barrio de Reikiavic.
Hogares en un barrio de Reikiavic.Thinkstock

Demasiado grande para dejarlo caer o demasiado grande para salvarlo (too big to fail o too big to save) son los emblemas de las reformas financieras que, respectivamente, han guiado la salida de la crisis en Irlanda y en Islandia. Dublín optó por el rescate a la banca, seguido por un rescate de Bruselas al país, mientras que Reikiavik se negó a asumir la deuda de los bancos -nacionalizados- con fondos de las arcas públicas.

"Islandia ha logrado avances significativos desde la crisis", se congratulaba Daria V. Zakharova, jefa de la misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) en la isla, en una entrevista a Bloomberg esta semana. "El hecho de que Islandia haya conseguido preservar el sistema de servicios sociales mientras lograba una muy considerable consolidación fiscal es uno de los éxitos más importantes del programa y del Gobierno islandés", concretaba. Tenemos muy buenas previsiones de crecimiento, sobre todo para este año porque nos parece que la economía tiene una buena base". El FMI prevé que Islandia crezca un 2,4% este año, mientras Irlanda lo haría un 0,5%.

Con un PIB que ronda los 150.000 millones de euros y un sistema financiero intoxicado por una burbuja inmobiliaria, los problemas económicos de Irlanda se asemejan más a los españoles que los de Islandia y en la reforma financiera del Gobierno sigue su misma vía. Dublín garantizó las obligaciones de los bancos irlandeses hipotecando las cuentas públicas, a costa de aceptar después un rescate de 85.000 millones de euros.

"Lo hizo porque la mayoría de sus acreedores eran bancos europeos y sus pérdidas habrían podido provocar un contagio al resto del sistema financiero", explica The Economist. "La estabilidad financiera europea no tiene que significar que los irlandeses paguen altos tipos de interés solo para ayudar a los tambaleantes bancos alemanes. Incluso la Comisión Europea considera que el coste del rescate es demasiado elevado. Sería mejor restructurar o recapitalizar a los bancos extranjeros con más exposición a Irlanda", exponía la revista británica en abril de 2011, antes de que el país fuese rescatado. Bruselas consideraba también que España era demasiado grande para salvarla y ya ha concedido un primer rescate para la banca de hasta 100.000 millones de euros.

Como en el caso irlandés, también la mayor parte de la deuda externa de la banca española está en manos de entidades del resto del continente. Los bancos europeos tienen casi 110.000 millones de euros de deuda del sector financiero español, 13.000 en Francia y 21.000 en Alemania, según datos del Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés).

La dificultad para colocar la deuda pública española y la falta de confianza de los mercados en el país, han provocado que Madrid se vea obligado a pedir liquidez a Bruselas hasta el punto de aceptar un rescate para la banca y estar a la espera de confirmar un rescate completo, por lo que la mayoría de decisiones económicas quedan en manos del Banco Central (BCE) y la Comisión Europea. De hecho, el comisario de Competencia, Joaquín Almunia, advirtió en julio que una de las tres entidades españolas nacionalizadas pequeñas -Novagalicia, Catalunya Caixa o Banco de Valencia- tendría que ser liquidada porque el coste de su rescate es demasiado elevado para los contribuyentes. El ministerio de Economía, sin embargo, rechazó la propuesta.

Para negociar una quita de deuda, el BCE tendría que garantizar que no se produjera un contagio que arrastrara al resto de bancos al colapso. La exposición de la economía española a la banca europea tiene un tamaño mucho mayor que tenía Islandia, por lo que un impago amenaza con provocar un efecto dominó. Sin embargo, el presidente del BCE, Mario Draghi, declaró en julio que sería conveniente que los titulares de bonos de las entidades rescatadas asuman pérdidas. "Es crucial que la deuda soberana no sea nunca sacrificada por los acreedores de los bancos. Islandia se puede felicitar de haber evitado la locura irlandesa", considera el analista de Financial Times Martin Wolf, en consonancia con Almunia.

Reducir en un 7% el número de funcionarios, subir el IVA hasta el 23% o bajar las pensiones son algunas de las medidas adoptadas por Irlanda en un plan de austeridad que pretende ahorrar 15.000 millones de euros entre 2011 y 2014 para alcanzar el objetivo de déficit del 3% exigido por Bruselas.

La austeridad reinante en Europa no conduce al crecimiento, según el premio Nobel de Economía Paul Krugman. "¿Qué pasa si todos paran de consumir simultáneamente para intentar pagar sus deudas? La respuesta es que caen los ingresos de todo el mundo -los míos caen porque tu gastas menso, y los tuyos porque yo gasto menos. Y, como nuestros ingresos de hunden, nuestros problemas de deuda empeoran", explica Krugman en un artículo del New York Times.

Islandia avanza, pero le queda aún camino por recorrer. "Levantar el control de capitales es ahora un desafío para clave para Islandia y no es una tarea fácil", explica a Bloomberg la responsable para Islandia del FMI. Al mismo tiempo, añade, "el Gobierno ha recuperado el acceso al mercado internacional de capital; la limpieza de los balances de los bancos se ha realizado a una buena velocidad. Así que para avanzar es importante que las ganancias sean sostenidas y consolidadas".

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Elvira Méndez / Antonio Estella

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