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El Foco
Tribuna
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Lo que piensan los españoles

El autor expone, en una carta abierta al presidente del Gobierno, las preocupaciones que comparte buena parte de la ciudadanía en estos momentos y los retos que España tiene por delante para construir el futuro

Señor presidente, ante el bombardeo de informaciones económicas que venimos padeciendo, en los últimos meses, el ciudadano de a pie se encuentra muy confundido a la vez que bastante asustado por el futuro incierto al que se enfrenta.

El Gobierno de España que usted preside, se encuentra con las "manos atadas" a la hora de poder reactivar el consumo ya que la prima de riesgo hace que los ingresos del Estado, que pudieran dedicarse a esta reactivación económica, se destinen a pagar intereses abusivos que lo único que hacen es que unos usureros se lucren de una forma desmedida.

Por tanto, ¿qué debería hacer el Gobierno de España? Es una realidad, aconsejada hasta la saciedad por Europa, que debemos reducir el gasto público desmedido de los últimos años y no sólo incrementar los ingresos vía impuestos, aunque la combinación de ambos, en la actualidad, es una necesidad. No hace falta ser economista para saber que existen duplicidades y triplicidades en el gasto público, ya que los medios humanos y técnicos se han incrementado de forma desproporcionada. Es necesario que el control de los gastos de sanidad y educación, que sustentan el estado del bienestar, vuelvan a estar centralizados en el Estado español, pues estos son parte de los problemas que se plantea Europa a la hora de prestarnos su ayuda, ya que el dinero que nos vayan a entregar debería de ser controlado por el Estado español que es el único interlocutor existente con Europa, y no así por los Gobiernos de las distintas comunidades autónomas.

El sistema autonómico que existe en la actualidad se ha desvirtuado completamente. Hemos gestionado los fondos públicos a nuestra conveniencia, siempre con miras políticas, con una falta de eficiencia y de eficacia notable: aeropuertos inservibles casi uno por cada tres o cuatro provincias; macro hospitales que han triplicado el gasto sanitario teniendo el mismo nivel de ocupación que el hospital antiguo, etc.; y todo esto sin contar la creación de un sin fin de puestos de asesores de los asesores, de ayudantes de los ayudantes para determinar como gastar aún más dinero.

El Gobierno de España, que usted preside, debe ser más contundente a la hora de controlar el gasto público eliminando "de raíz" cualquier asignación superflua que no redunde en el bien común. Es lo que esperan la mayoría de los españoles y es lo que nos impone Europa, ya que debido a nuestra autosuficiencia autonómica, de estos últimos años, nos hemos creído capitanes generales "con mando en plaza" y que podíamos hacer lo que nos diera la gana, y en realidad es lo que hemos hecho. Ahora nos damos cuenta que nos encontramos en un estado de excepción y que peligra nuestra autonomía a la hora de gestionar la economía española dentro de Europa pues España, en cierto modo, se encuentra en venta del mejor postor debido a la excesiva deuda pública que ha acumulado en los últimos años, y que añadido a los intereses abrasivos, que nos han impuesto, hace que nos encontremos prácticamente en la bancarrota.

En la actualidad, la opinión de muchos de los españoles es que estamos teniendo un Gobierno que dentro de las acciones, más o menos acertadas, que esta llevando a cabo a través de reales decretos, estas son visiblemente insuficientes. El español, que se encuentra amenazado en su puesto de trabajo, o que ya lo ha perdido, y que ha apostado por un cambio ve que el sistema económico y social sigue el mismo camino que hace un año con ligeros "retoques" que parchean los problemas más que lograr su solución.

A través de las redes sociales se observa el malestar de muchos españoles que se quejan de los beneficios económicos que tienen los políticos a través de ayudas, pensiones, gratificaciones, dietas, etc.; del gran número de políticos que existen en relación con el resto de países europeos (445.568 según un último estudio de los cuales 131.250 se encuentran en empresas públicas o con participación pública); de la cantidad de ayuntamientos que existen y que resultan inoperantes; de la libertad del gestor público para endeudar a una región, una ciudad, o un pueblo abandonando el cargo público sin un control férreo que no permita superar el presupuesto de gastos previsto, y además sin ninguna responsabilidad penal; de la cantidad de dinero que se va en ayudas ilógicas (véase por ejemplo el BOJA nº 73, 16 abril 2012, pág. 64); y así podríamos seguir argumentando un sin fin de despropósitos.

Señor presidente, tome, de una vez, las decisiones que la gran mayoría de los españoles consideran necesarias. Se le ha dado mayoría absoluta, tiene el poder de gestionar de una vez la irracionalidad existente, cambiando la cruda realidad que tiene la nación en la actualidad. Es evidente que si España acude al rescate europeo las exigencias de Europa, con respecto al control del gasto, serán contundentes sin tener en cuenta las opiniones de las distintas comunidades autónomas, ayuntamientos, diputaciones, etc. Además, si Europa no se determina en ayudar a España es por la penosa descentralización que existe en nuestro país que conlleva a una falta de control y coordinación del Estado español.

En definitiva, debemos hacer todos una cura de humildad. Los ayuntamientos, las mancomunidades, las diputaciones, las comunidades autónomas, y el propio Estado español tienen que ser primeramente buenos gestores económicos, ya que la economía es el pilar sobre el que se sustenta el Estado del bienestar, y luego ser gestores políticos cuando en la realidad lo que ha ocurrido es todo lo contrario. También los españoles, debemos no volver a vivir por encima de nuestras posibilidades.

Por favor, señor presidente, actúe de una vez, y con contundencia, modificando de raíz el sistema político, económico y social de España, ajustándolo a la realidad existente, que es lo pide una gran mayoría de españoles así como Europa, garantizando un futuro estable para las futuras generaciones. Es su responsabilidad. Es nuestra responsabilidad asumir los cambios.

Juan Carlos de Margarida. Decano-Presidente del Colegio de Economistas de Valladolid

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