Una bazuca con munición limitada
Cuando Europa dio a conocer un fondo de rescate, la esperanza era que tuviera el mismo efecto que la famosa bazuca de Hank Paulson. Esta arma masiva fue creada para restaurar la confianza y, al prevenir la crisis, nunca tener que ser usada. Pero ahora Irlanda lleva camino de tomar 90.000 millones de euros del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) y de otros sitios, al igual que el secretario del Tesoro de EE UU pulverizó dinero al sistema financiero de América en 2008. El FEEF puede ser grande, pero su munición es limitada.
La idea es que el FEEF emita bonos respaldados por los Estados miembros europeos. Su capacidad de préstamo es de 255.000 millones de euros. Lo completa el Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEDE), un fondo de 60.000 euros, asegurado en el presupuesto de la UE. La expectativa es que el FMI pueda prestar la mitad de nuevo, por lo que termina contribuyendo con alrededor de un tercio de cualquier rescate. Suma, y eso hace unos 473.000 millones de euros de fondo de rescate.
Si Irlanda toma su parte esperada, los 383.000 millones restantes parecen suficientes para cubrir las necesidades de financiación brutas de Portugal y España de aquí hasta 2013, cifradas en 51.000 millones y 316.000 millones, respectivamente, por analistas de RBS. La pega es que si Portugal y España también necesitaran efectivo para apuntalar sus bancos como Irlanda solo habría 16.000 millones de euros en el fondo común.
Las cosas pueden no ir tan mal. Irlanda puede recurrir a préstamos bilaterales de Reino Unido y Suecia. Eso podría añadir 9.000 millones de euros. Y si Irlanda puede persuadir a los inversores de que su sector financiero tiene suficiente capital, podría disponer de financiación aceptable en el mercado. Todo esto puede ser verdad en abstracto. Pero la consecuencia de una voraz aproximación de España al FFEF es difícil de predecir. Con el mermado FFEF, el mercado se pregunta que pasaría si otro miembro del euro, por ejemplo Italia, necesitara fondos. El BCE probablemente tendría que empezar a comprar masivamente bonos públicos y privados del sector, algo que se ha resistido a hacer.
Por Neil Unmack