Resultados a ritmo de recesión
En un entorno que encadena 17 trimestres de parón económico -recrudecido en los seis primeros meses de este año-, no es de extrañar que los beneficios de las grandes empresas españolas estén en uno de sus puntos más bajos, acelerando incluso la tendencia descendente que venía dibujando en los últimos tiempos. El incremento del desempleo, con el consiguiente parón del consumo, y la falta de financiación están suponiendo unos pesadísimos lastres para la cuentas de resultados de las empresas, que solamente toman aire con una severísima contención de los gastos de todo tipo. Otro de los aspectos que ofrecen cierto alivio a las empresas es el negocio exterior, que poco a poco se está convirtiendo en la principal fuente de generación de beneficios de una gran parte de las sociedades que componen el Ibex. Mención aparte merece el detalle de los resultados de los bancos. A todos, en mayor o menor medida, se les puede aplicar el análisis general. Sin embargo, tienen un factor diferencial: los cambios normativos que les están obligando a un notable esfuerzo adicional en cuanto a dotación de provisiones. No obstante, lo más preocupante que queda de la campaña de resultados que se está cerrando es que las perspectivas para el resto del ejercicio -cuanto menos- no son nada halagüeñas.