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Las consecuencias del rescate

El efecto perverso del rescate sobre la deuda pública

La ayuda europea puede modificar el orden de prioridad de cobro en caso de impago y perjudicar la financiación del Tesoro español.

Las ayudas concedidas a la banca española no han tenido el efecto balsámico deseado por el mercado. Los inversores siguen recelando de la capacidad de pago del Estado y la incógnita que plantea de dónde saldrán los fondos no ha hecho más que acentuar la incertidumbre. Se teme que el préstamo de 100.000 millones otorgado por las autoridades europeas tenga preferencia de cobro en caso de impago de la deuda y ante la duda, las ventas de deuda española se impusieron ayer. La rentabilidad del bono a 10 años escaló así al 6,5% y la prima de riesgo se amplió hasta los 520 puntos básicos.

El rescate a la banca española deja lecturas encontradas. El importe del préstamo concedido gusta. Se considera suficiente para recapitalizar el sector financiero y eliminar dudas sobre su viabilidad. Las principales críticas las concentran la falta de detalles sobre la articulación de estas ayudas. En concreto, quién otorgará los fondos al FROB y cómo. Claves muy relevantes puesto que las implicaciones para el Tesoro son muy diferentes si las ayudas se canalizan a través de Fondo de Estabilidad Financiera (FEEF), actualmente en marcha, o si por el contrario, se conceden a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) que entrará en funcionamiento el 1 de julio, lo que convertiría al fondo en acreedor prioritario (solo por detrás del FMI), algo que no ocurre con el FEEF. El comunicado del Eurogrupo no dejó claro cómo se distribuirán las ayudas.

"Esperamos que el MEDE, que entra en vigor el 1 de julio, sea la fuente más probable para la canalización de los fondos, dado el tiempo esperado para completar la auditoría independiente a la banca española (Oliver Wyman y Roland Berger darán su veredicto como tarde el 21 de junio). Debido a que el MEDE sería acreedor prioritario, esto subordinaría al resto de acreedores y podría tener implicaciones sobre la percepción de la solvencia del Gobierno español. En ausencia de una solución global para la zona euro, en concreto de un mayor progreso hacia la unión fiscal y bancaria, los inversores podrían ver la fórmula como un primer paso hacia un plan de rescate más amplio al Estado español. Por ello, cualquier respiro generado por este anuncio puede resultar efímero", auguraba ayer HSBC.

El veredicto del banco británico no anduvo muy desencaminado ayer y tras la euforia inicial tanto la subida de la Bolsa como la caída de la prima de riesgo se aguaron. Al cierre el diferencial español repuntó a 520 puntos básicos y el Ibex cayó un 0,54%.

Los detalles sobre la arquitectura financiera del préstamo son muy relevantes, tal y como reflejó el nerviosismo del mercado ayer. Y ante lo determinante de la decisión, la pelea en Europa parece asegurada pues los países implicados en la concesión del préstamo a la banca española quieren asegurarse al máximo la devolución de las ayudas.

"Sospecho que aquí habrá batalla", comenta José Manuel Pazos, de Omega IGF. Un augurio que no va nada desencaminado. Alemania ya ha mostrado su preferencia por el uso del MEDE y algunos países como Finlandia, uno de los cuatro de la zona euro que aún mantiene la preciada triple A, ya han avisado que solicitarán a España garantías adicionales si las ayudas se articulan a través del FEEF.

El propio Tesoro español, consciente de las inquietudes que pudieran generarse en el mercado, emitió un comunicado la madrugada del lunes en el que aseguraba que las ayudas otorgadas a la banca no afectarán a las condiciones actuales de la deuda del Tesoro. "La asistencia financiera no solo no socavará las condiciones de la deuda pública en circulación, también reforzará su solvencia. Un sistema financiero sólido y bien capitalizado reducirá riesgos futuros para el Estado y por tanto reforzará la sostenibilidad de la deuda", aseguró.

El mercado no se mostró del todo convencido ayer al empezar a cuestionarse la capacidad de emisión del Tesoro en el futuro inmediato si finalmente se establecen diferencias entre unos acreedores y otros. Y es que en el mercado también pesa la experiencia de Grecia, donde los acreedores privados se vieron obligados a aceptar quitas. Europa prometió que aquello no volvería a repetirse en la zona euro -la situación de España no es comparable además- pero el impacto de la quita griega continúa en la retina de los inversores.

"La dificultad si el préstamo viene del MEDE no es baladí y puede terminar perjudicando la financiación del Tesoro", reconoce Juan Ignacio Crespo, analista financiero. "Si finalmente el préstamo tiene preferencia de cobro impactará en las subastas y en la prima de riesgo", añade Lorenzo Dávila, jefe de investigación del IEB.

El Tesoro tiene en circulación 600.000 millones de euros, lo que implica que si finalmente las ayudas otorgadas por el fondo de rescate alcanzan los 100.000 millones, la cantidad final con preferencia de pago en caso de quiebra sería muy elevada en proporción. Una situación que provoca que la deuda emitida pierda valor y se enfrente a posibles rebajas de rating por parte de las agencias, lo que podría minar la capacidad de financiación del Tesoro a corto plazo, según avisan los expertos.

Eso sí, no todo son malas noticias y también hay expertos que recuerdan que el préstamo otorgado a España es precisamente para evitar problemas. "El movimiento de mercado es muy típico. Cuando se anuncia una solución masiva se reacciona bien y luego cuando llegan las dudas sobre los detalles se recula. La prelación de pago es importante si hay una quita pero las ayudas se han diseñado para evitarla. No es el principal problema. Los problemas los veo más en el conjunto de Europa y no tanto en España", añade Alberto Matellán, de Inverseguros. "Los inversores no deberían centrarse en exceso en el tema de la subordinación, la alternativa es inyectar deuda directamente a la banca", añade Barclays.

El rescate a la banca española es un gran paso para solucionar la crisis soberana europea pero hace falta más. Una contundente caída de la prima de riesgo solo se conseguirá cuando pasen las elecciones griegas y se avance en la unidad fiscal de la región. Un paso clave para asegurar la supervivencia y el regreso de la inversión extranjera. "El paquete es muy positivo para España. Sin embargo, no resuelve los problemas de la periferia zona euro", recuerda Barclays.

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