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La única certeza es que los españoles pagarán más por IVA el próximo año

El Gobierno, sin margen de error en las cuentas públicas

La ayuda financiera peligra si se producen desvíos en el déficit y convierte en irreversible el alza del IVA.

En el ejercicio 2011, España incumplió el objetivo de déficit y las consecuencias se limitaron a un tirón de orejas por parte de la Comisión Europea que, además, aceptó suavizar la senda de consolidación fiscal. Tras el acuerdo alcanzado el sábado en el Eurogrupo para rescatar a la banca española, el margen de error del Gobierno es nulo, ya que cualquier desvío puede suponer que Europa corte la ayuda que debe salvar al sistema financiero español.

Es cierto que el Eurogrupo no ha impuesto medidas macroeconómicas concretas vinculadas al rescate, sin embargo, en la nota publicada el sábado, instaba a España a continuar con las reformas para cumplir el objetivo de estabilidad y alertaba de que examinará de forma periódica las medidas del Gobierno de Mariano Rajoy. Ello supone una mayor presión para España, que tiene la obligación irrenunciable de recortar su déficit público al 5,3% este año y al 3% el siguiente.

Si antes de la reunión ya era previsible una subida del IVA, tras el acuerdo y el rescate, esta medida se impone como irreversible. Y más después de que la Comisión Europea recomendara a España elevar los ingresos derivados del principal impuesto indirecto.

Desde el Ministerio de Hacienda insisten en eludir el término "subida del IVA" y hablan de un "ensanchamiento de las bases imponibles y de un cambio en la ponderación tributaria". Eufemismos aparte, el Gobierno lo que pretende es recortar el listado de productos y servicios que aplican tipos reducidos del 4% y del 8% para que tributen al gravamen general del 18%. Independientemente de la vía que utilice el Gobierno, la realidad es que los contribuyentes pagarán más IVA el próximo ejercicio, si no antes. En un contexto como el actual, el margen de maniobra del Gobierno es escaso. De hecho, España es uno de los países que menos ingresa por IVA. En 2010, últimos datos publicados para el conjunto de la UE, los ingresos por IVA equivalieron al 5,5% del PIB, la cifra más baja, con diferencia de Europa. Incluso Grecia, cuyos problemas de fraude son notorios, recauda más que España.

Por otra parte, el Gobierno se verá obligado a eliminar beneficios fiscales vinculados a la compra de vivienda, otra de las críticas recibidas por la Comisión Europea. Fuentes de Hacienda reconocen que el IVA del 4% que se aplica a la compra de vivienda nueva volverá a situarse al 8% el próximo año. También la deducción por adquisición de casa en el IRPF -que el Gobierno de Rajoy recuperó para todos los niveles de renta- también está en entredicho. Sin embargo, el Gobierno tratará de mantener este incentivo fiscal ya que es una de las pocas promesas electorales que, de momento, se han cumplido. Múltiples analistas secundan las críticas de Bruselas y señalan que las deducciones fiscales a la compra de vivienda contribuyeron a engordar la burbuja inmobiliaria.

Además de elevar la presión fiscal, el Ejecutivo deberá proseguir con su política de recortes presupuestarios, que el próximo ejercicio se agudizará. En 2011, el gasto público ascendió al 43,6% del PIB, cifra que bajará al 41,6% este año y que el Ejecutivo confía en reducir hasta el 37,7% en 2015, el nivel más bajo desde 1984. Sin embargo, la presión de Bruselas y la necesidad de cumplir sí o sí la senda de consolidación fiscal puede obligar al Gobierno a acelerar el proceso de ajuste. A día de hoy, nadie en el Gobierno se atreve a asegurar que el sueldo de los funcionarios no se rebajará, una medida que el Gobierno rechazó incluir en los Presupuestos de este año. Por otra parte, España ya está recibiendo recomendaciones para ampliar la edad de jubilación más allá de los 67 años. La realidad es que los próximos presupuestos serán más restrictivos, lo que implica que el gasto público no podrá actuar de palanca para estimular un crecimiento que no llegará antes de 2013.

Está por ver el efecto del rescate en los intereses que paga el Estado. La ayuda financiera computa como deuda y, por lo tanto, generará gasto en intereses que el Gobierno de España deberá abonar anualmente a un tipo que, previsiblemente, se moverá en torno al 4%. Dedicar más dinero a pagar el coste de la deuda implica recortar de otras partidas para evitar que el gasto supere lo presupuestado y ponga en riesgo el cumplimiento del objetivo de déficit. Moncloa confía en que parte de la ayuda que reciba el FROB se transfiera en forma de préstamo a la banca y, por lo tanto, el Gobierno obtenga algún rédito. En cualquier caso, Bruselas es tajante al respecto y asegura que el responsable de devolver el dinero del rescate corresponde al Reino de España.

Las cifras

 

18% es el tipo general de IVA vigente en España y que supone uno de los más bajos de la UE.

34.600 millones prevé el Gobierno que gastará en intereses el conjunto de la Administración pública este año.

79,8% es el nivel de deuda pública previsto para este ejercicio por el Gobierno. La cifra puede alcanzar el 90% con el rescate.

¿El rescate afecta al déficit? Sí, no, depende

¿Afectará el rescate bancario al déficit? Esta pregunta, sencilla en su formulación, ha recibido diferentes respuestas por parte del Gobierno. "Sí, no y depende". Las tres tienen, al menos, una parte de verdad. En primer lugar, es cierto que la ayuda financiera es un préstamo y, por lo tanto, no elevará el déficit sino la deuda pública, como señaló el domingo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Sin embargo, como dijo un día antes el ministro de Economía, Luis de Guindos, los intereses de esa deuda sí que computan como gasto público a efectos de calcular el déficit fiscal. Así, es correcto responder afirmativamente a la pregunta de si el rescate afectará al déficit.Con todo, fuentes del Gobierno están optando ahora por contestar a la cuestión con un "depende". La nueva versión apunta que el rescate financiero provocará una mejora de la confianza de los inversores, reducirá la prima de riesgo y abaratará el coste de financiación del Estado. Así, sobre el papel, es posible que una hipotética rebaja de los tipos por colocar deuda española compense los mayores intereses que se pagarán por el rescate. "El efecto puede ser neutro", apuntan las mismas fuentes.Este argumento ganó fuerza a primera hora de la mañana, cuando la prima de riesgo llegó a caer más de 20 puntos y se fue desinflando a medida que la presión regresaba a los parqués y el diferencial superaba nuevamente el nivel de los 500 puntos básicos. Por otra parte, Moncloa también defendió que el Gobierno actuará como mero intermediario en el rescate y podrá pedir a la banca intereses superiores a los exigidos por Bruselas a España. Bajo esta premisa, el Estado podría obtener réditos económicos de la ayuda. Sin embargo, buena parte del dinero del rescate se trasladará a la banca -especialmente a Bankia- en forma de inyección de capital y no como préstamo.Entonces, ¿cuál es la respuesta correcta? A la espera de conocer más detalles, todo apunta que, finalmente, el rescate "sí" afectará al déficit público porque elevará el gasto en intereses.

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