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Columna
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Irak, un reto para la OPEP

Durante la última década, el cártel del petróleo ha dejado a la producción de crudo iraquí sin una cuota de producción. La exención le dio al país la libertad para invertir en su industria petrolera, dañada por la guerra. Dicha reconstrucción está acelerando el rimo, ya que la producción es ahora mayor que antes de la invasión de EE UU. Irak está preparada para superar a Irán como el segundo mayor productor de la OPEP. Este incremento en la producción es un reto para los ministros de la OPEP que se reúnen esta semana en Viena.

Una vez, Irak aspiró a alcanzar para 2017 los 12 millones de barriles al día de Arabia Saudí. Demasiado optimismo para una nación con una pobre infraestructura y una pesada burocracia. Pero será verdad si su plan para tener una capacidad adicional significativa tiene éxito. De hecho, el petróleo iraquí está ayudando a llenar el vacío de suministro creado por las sanciones de occidente sobre Irán. Los halcones del cártel no están satisfechos con esos barriles extra; los precios han caído en una quinta parte desde su máximo de marzo. Por supuesto, Irak no es el único problema. La producción total de la OPEP está un 5% por encima del entonces aprobado techo de producción. Si la creciente producción de Irak no es calibrada con la habilidad del mercado para absorberla, el exceso de oferta podría volverse crónico y los precios podrían caer más. Irak ha dicho que le gustaría volver al sistema de cuotas de la OPEP en 2014. Los rivales podrían querer ahora que suceda antes a pesar de que Irak seguirá buscando una mayor cuota para reflejar sus altos niveles de reservas.

La negociación será delicada. Irak no va a querer un crecimiento más lento, pero otras naciones, que necesitan una producción máxima para equilibrar los presupuestos, no querrán precipitarse para responder a la llamada a los recortes de las compensaciones. Aunque todo el mundo sabe que la OPEP será más fuerte con Irak, los ajustes dolorosos nunca se adoptan fácilmente.

Por U. Galani / C. Swann

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