El Tesoro tiene margen para afrontar las turbulencias
El alza de la prima de riesgo encarece la financiación aunque no se prevén problemas para la subasta de hoy.
Emitir deuda con la prima de riesgo disparada se complica. El Tesoro afronta hoy otra dura prueba con una subasta de bonos a tres y cuatro años, pero no se esperan sustos. El objetivo fijado es de los más bajos del año y se prevé un patrón similar al de las subastas recientes. Demanda sólida, probablemente menor, y tipos más caros. Al final, la rentabilidad que ofrece la deuda española es muy alta y la probabilidad de impago bajísima pese a las incertidumbres.
¿Qué posibilidades de éxito tiene el Tesoro en la subasta de hoy?
Muchas. El Tesoro ha cubierto ya más del 53% de las necesidades de financiación previstas en los Presupuestos de 2012 (85.900 millones) para la deuda a medio y largoplazo. La estrategia de financiación que ha mantenido a lo largo del año le permite relajar ahora sus objetivos de emisión al haber aprovechado la mayor tranquilidad que se respiraba en la primera parte del ejercicio. En la subasta de hoy prevé captar entre 1.500 y 2.500 millones en bonos con vencimiento en 2015 y 2016, uno de los objetivos más bajos del año. Los expertos esperan que la colocación se resuelva bien y se prevé que los bancos españoles sean de nuevo los compradores más activos. Eso sí, también se anticipa una menor demanda y un incremento de los costes de financiación, en línea con los que se pagan ahora en el mercado secundario.
¿Qué margen tienen los bancos españoles para seguir comprando deuda?
Depende de cada entidad. El porcentaje de deuda pública que puede comprar cada banco depende mucho de su ratio de capital. En principio no hay una limitación y si bien es cierto que en la década de los noventa la deuda pública de las entidades españolas representaba el 12% o el 13% de los balances, a día de hoy supone cerca del 6%, alrededor del doble (3%) de lo que tenían antes del arranque de la crisis. El problema es que hoy la regulación es diferente y si estas inversiones dan pérdidas se reflejan en la cuenta de resultados y consumen capital. Por tanto, los bancos podrán seguir incrementando su exposición a la deuda española siempre que reciban autorizaciones de los departamentos de riesgo. En los primeros meses del año la abundancia de liquidez gracias a las dos inyecciones a tres años del BCE aceleró las compras de los bancos. Las entidades utilizaron parte de los préstamos al 1% para comprar deuda a tipos más altos y embolsarse la diferencia. A día de hoy ese efecto se ha esfumado pues muchas entidades tienen ya poco margen para comprar más y de momento no se prevén más subastas masivas a largo plazo, lo que complica más la subasta de hoy.
¿Cuánto puede aguantar el Tesoro con la prima de riesgo en 500 puntos básicos?
La escalada de la prima de riesgo es una mala noticia porque supone un encarecimiento de los costes de financiación del Estado. La variable mide lo que España paga de más respecto a Alemania por emitir a 10 años pero hay que recordar que el Tesoro no solo se financia a ese plazo. En lo que va de año ha emitido mayoritariamente a plazos más cortos para evitar pagar más. De hecho, a pesar de que la rentabilidad del bono a 10 años está en el 6,29%, el coste medio de emisión del Estado a finales de abril se situó en el 3,04% frente al 3,9% al que cerró en 2011. "España puede aguantar un tiempo relativo. El punto lo marcaría una refinanciación muy elevada que no se pudiera abordar", añade Borja Gómez, de Inverseguros. "El problema llegaría si el Tesoro no lograra colocar sus bonos o letras en alguna ocasión pero no hay una cifra mágica de prima de riesgo a partir de la cual no pudiera aguantar", dice Javier Casal, de Ahorro Corporación.
¿Cuándo afronta el Estado los vencimientos más elevados?
El calendario de vencimientos del Estado suele coincidir siempre con los meses de mayores ingresos fiscales y será en julio cuando afronte los mayores compromisos en los próximos meses. En mayo vencen 7.390 millones, en junio otros 9.095 millones, mientras que en julio los vencimientos alcanzan los 18.625 millones. El Tesoro, con lo captado ya hasta la fecha, tiene margen suficiente para afrontar estos pagos puesto que guarda un excedente en el Banco de España que a finales de abril alcanzaba los 44.036 millones, lo que permite encarar los próximos meses con relativa tranquilidad.
¿Está España cerca de un nivel de intervención?
España tiene capacidad para continuar refinanciado su deuda y afrontando sus compromisos. El problema es que un incremento de los costes de financiación sostenido en el tiempo complica la labor del Estado al obligarle a destinar cada vez más recursos al pago de intereses. Una espiral nociva que complica la consecución de los objetivos de déficit y dificulta la recuperación económica. En Grecia, Portugal o Irlanda, los tres países europeos que han sido rescatados, la rentabilidad de la deuda a 10 años llegó a escalar a niveles entre el 8% y el 9% los días en los que se aprobaron los rescates a estos países. El termómetro, no obstante, lo da mejor la deuda a corto plazo. El nivel del bono a tres años superó con creces los plazos largos en los países intervenidos, algo que no ocurre, de momento en España. En Irlanda, por ejemplo, el tres años llegó a tocar el 22% cuatro meses antes de la intervención. En España el tres años está en el 4,82%, el cinco años, en el 5.382% y el 10 años en el 6,29%.
¿Hay que preocuparse por la venta de deuda española por parte de los inversores extranjeros?
Sí. Es una de las grandes incertidumbres en el medio plazo. En lo que va de año los inversores extranjeros han pasado de controlar el 50,48% de la deuda pública a reducir su exposición al 37,4%, según datos del Tesoro. De ahí que resulte clave que se resuelvan los problemas internos y regrese la confianza en España.
¿Qué tiene que ocurrir para que el mercado de deuda se estabilice?
Los expertos tienen cada vez más claro que hace falta una respuesta europea puesto que el margen de maniobra del Gobierno es muy limitado ya. "Hablamos de un problema europeo. Hace falta un cambio de rumbo en Europa. Un compromiso de unidad sin fisuras", concluye Jordi Padilla, director general de Popular Banca Privada.