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El escrutinio del BCE a los balances se ve como preludio de las ayudas

La idea de pedir dinero europeo empieza a calar en la banca

Edificar un tabú es el deseo de negar una realidad. Un objeto se vuelve innombrable, proscrito. Cuando esa censura se resquebraja, la realidad hasta entonces obviada eclipsa lo demás. Algo así es lo que le ocurrió a la banca el pasado martes. A pesar de la magnitud del vía crucis que han afrontado con la llegada de la crisis, las entidades españolas han repetido una y otra vez que superarían cada estación por sus propios medios. Que no necesitarían el respaldo europeo. Pero este discurso ha hecho aguas esta misma semana.

La idea de que España podría terminar recurriendo al fondo de rescate europeo en favor de su banca -negada una y otra vez por el Ejecutivo- ha ido calando en las propias entidades financieras españolas, que observan con creciente inquietud el avance imparable de la prima de riesgo y la incredulidad con que el mercado recibe los sucesivos esfuerzos en provisiones, el último, el conocido el viernes. La noticia de que el Banco Central Europeo (BCE) supervisará las tasaciones independientes del conjunto de la cartera crediticia que el Gobierno ha incluido en la reforma aprobada el viernes ha sido de hecho interpretado en el sector como la posible antesala de una ayuda europea mucho más evidente, más allá de la tutela. Por lo pronto, "el interés en colaborar" del BCE, según describió el propio ministro Luis de Guindos, equivale a una "medio intervención porque supone que venga un tercero a ver tus vergüenzas, puenteando a las autoridades nacionales", reconocen en una entidad financiera.

El sector mantiene un extraño pacto de silencio de puertas afuera, en el que se evita mencionar abiertamente la opción de un rescate. Pero de puertas adentro, el discurso bancario revela el temor a las sorpresas que puedan deparar unas auditorías que no solo analizarán el grado de resistencia a la crisis de la cartera vinculada al ladrillo sino del conjunto de los créditos concedidos a pymes, empresas, crédito hipotecario y al consumo. En definitiva, todo un foco de nuevos impagos ante el deterioro económico. "El sector se prepara para encajar el golpe de la auditoría de sus balances. Es cuestión de días que España pida dinero a Europa", señala un ejecutivo bancario. Otro alto directivo reconoce que la irrupción del BCE "puede ser la antesala para las ayudas europeas a la banca española, no hay duda".

Jean-Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, dejó pasar el martes la ocasión de descartar la posibilidad de que España pida ayuda europea para sus bancos y en respuesta a esa pregunta se limitó a mencionar que "España hará lo que tenga que hacer". La ministra danesa de finanzas, Margrethe Vestager, dijo en cambio que "si Madrid necesita algún tipo de ayuda, debería pedirla".

En el sector financiero existe una sensación de total "improvisación" por parte de las autoridades españolas. Entre las entidades del país ha dejado además mal sabor de boca el hecho de que el BCE tenga que refrendar el resultado de los informes encargados a dos expertos independientes sobre sus activos. "La intromisión del BCE evidencia el descrédito del Banco de España", afirman. Portavoces del supervisor declinaron valorar la participación del BCE en el grupo de trabajo que revisará los créditos de las entidades españolas. Y en Economía se limitan a enunciar que "se recurre a la colaboración del BCE por su experiencia".

La banca reconoce que la implicación del equipo de Mario Draghi en el análisis "dotará de pedigrí al resultado de la valoración". Y es que como destaca una firma mediana, "la opacidad de algunas firmas ha perjudicado al conjunto del sector. Por eso, todo ejercicio de transparencia es positivo a la larga". El sector coincide en el largo camino pendiente para recuperar la credibilidad para el conjunto del sistema financiero. Una solución firme y tajante en forma de ayuda europea contribuiría a finalizar la agonía, aunque con el riesgo de que una exigente interpretación del mercado, que equiparara los problemas de la banca con los de la solvencia del propio Estado, en lugar de apagar el fuego avivara aún más el incendio.

Las cifras

10% es lo que HSBC estima que crecerán anualmente las ejecuciones hipotecarias en España.35% es el porcentaje de créditos sanos vinculados al ladrillo que terminarán siendo problemáticos, según HSBC.17% es lo que crecerán este año los préstamos problemáticos en el sector de hogares, un 22% en 2013.

HSBC calcula 107.000 millones de provisiones extras

El sector financiero español teme los resultados que arrojen las auditorías independientes a la cartera de créditos que establece la nueva reforma financiera y que tutelará el BCE. HSBC ha empezado a hacer cuentas, con la previsión de que serán necesarias en total unas provisiones adicionales de 107.159 millones de euros entre 2012 y 2013.El grueso de estas provisiones adicionales está en el sector vinculado al ladrillo. HSBC pronostica que el crédito problemático ascenderá en 2012 a 209.000 millones de euros, frente a los 184.000 millones en los que cerró el ejercicio pasado. En un entorno económico de recesión y aumento del paro, HSBC pronostica una contracción del 2% y una tasa de paro del 24,4% para este año, la partida de créditos problemáticos seguirá creciendo durante el año siguiente, hasta llegar a 236.000 millones de euros, lo que supone un 87% de todos los créditos vinculados al sector del ladrillo."En base a nuestras expectativas, calculamos que hay un déficit de provisiones de 31.000 millones en 2012 y de 53.000 millones en 2013", explica la entidad en un informe. La mayor parte de estas provisiones provendrá de las antiguas cajas, por lo que HSBC prevé que estas entidades tendrán problemas para conseguir en el mercado el capital necesario.En lo que se refiere a créditos corporativos, HSBC admite que el sector "sufrirá" a consecuencia de la contracción económica y calcula que serán precisas provisiones adicionales de 6.058 millones de euros en 2012 y otros 8.849 millones durante el año próximo.Por último, los créditos problemáticos en los hogares alcanzarán máximos históricos, al llegar al 5,5%. Esto implicará hacer unas provisiones de 3.130 millones en 2012 y 5.122 en 2013.

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