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Directivos

Encantados de haberse conocido

Los directivos españoles son optimistas y están satisfechos con su quehacer en las empresas. Creen que son buenos jefes.

Pisan fuerte. Los directivos españoles mantienen el optimismo y el entusiasmo, a pesar del bache económico y la presión que ejercen las empresas sobre su quehacer cotidiano. Están muy seguros de sí mismos, confían en su futuro, creen que su puesto de trabajo está consolidado, por delante tienen una carrera interesante, consideran que están integrados en su organización, además de alineados con los valores de su compañía. Pero también alcanzan los objetivos fijados, controlan sus resultados, son grandes líderes de equipos y el producto o el servicio que manejan creen que tiene una buena posición en el mercado.

A grandes rasgos es la visión que tiene de sí misma la clase ejecutiva, según un estudio, que se presentará en el mes de enero, sobre la productividad directiva, elaborado por el Instituto de Formación Avanzada (Infova) y la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), tras analizar 1.935 entrevistas realizadas a directivos.

"Se trata de personas con un alto nivel de optimismo, muy complacientes con su situación laboral, entusiastas y con seguridad en su entorno", afirma Gonzalo Martínez de Miguel, director de Infova, quien apunta que las deficiencias básicamente se encuentran en la forma de comunicación interna, en el estrés y en el cansancio.

Salario variable. El 45% de los ejecutivos cree que si tiene mejores resultados personales en la compañía, aumentará su retribución, mientras que el 53% piensa que no incrementará sus ingresos a pesar de que cumpla con creces los objetivos marcados. Y no tienen inconveniente en vincular una parte importante de su retribución variable (no confundir con los resultados corporativos o de equipo) a la consecución de objetivos personales. La mayoría de los entrevistados, el 72%, aceptaría una variable de entre el 10% y el 40% de su salario. El 9% lanza un órdago y reconoce que no le supondría ningún problema vincular el 50% del variable a sus logros en solitario. En la actualidad, según el citado informe, el 23% no cobra retribución variable, el 62% recibe entre el 10% y el 20% de su salario en función de objetivos, y solo el 12% tiene más del 30% por este concepto.

¿Cuántos han alcanzado sus objetivos personales? El 44% asegura que sí los ha logrado, entre un 76% y un 100% según lo previsto. Otro 22% afirma que lo supera hasta el 120%. El 38% dice que tuvo una valoración de su trabajo muy buena, y el 52%, de buena.

Productividad. Las reglas parece que no están claras. Así lo considera el 42% de los directivos, que asegura que no hay un parámetro definido para medir la productividad. El 18% afirma que no hay reglas. Y menos de la mitad (46%) confía en que estos procesos para medir la productividad mejoren en breve. En cuanto a los programas de gestión del desempeño, el 52% de los directivos reconoce que en su empresa existe un plan para este cometido. Y no creen (el 24%) que con más medios materiales y humanos podrían mejorar sus resultados personales.

Exceso de trabajo. El 59% de los ejecutivos piensa que en España se trabaja una cantidad desproporcionada de horas, y tan solo el 5% opina que habría que prolongar la jornada laboral. El teletrabajo también es una opción valorada por la clase directiva, ya que el 54% está convencido de que se mejoraría la productividad ejecutiva. El 41% recibe opiniones sobre el trabajo realizado y el 89% asegura que las emite a los miembros de su equipo.

Equilibrio emocional. Existen una serie de variables que determinan, según ellos mismos, la productividad de los directivos: el tiempo dedicado en horas, el conocimiento de la tarea directiva, conocer a las personas internamente, manejar equipos, saber negociar, disponer de un buen sueldo, tener una red de contactos importante y disfrutar de un equilibrio emocional.

Lo difícil es hacer. Y mucho más fácil hablar. Como señala el profesor del IESE Santiago Álvarez de Mon, en su libro Desde la adversidad. Liderazgo: una cuestión de carácter, "este es un proceso gradual y dinámico que tiene mucho más que ver con la acción que con la palabra. Porque un líder eficaz debe administrar inteligentemente tiempo y recursos.

En el libro Calidad del liderazgo, escrito por Gonzalo Martínez de Miguel e Iñaki de Miguel, los autores han preguntado a la clase directiva sobre cuatro aspectos relacionados con la consecución de objetivos: el 61% se siente dueño de su tiempo laboral, el 60% necesita prolongar su jornada laboral para alcanzar los resultados fijados, al 52% le molesta que sus colaboradores lleven trabajo a casa, ya que creen que la jornada laboral debe desarrollarse en la oficina y la vida privada y el resto de actividades no deben mezclarse de manera habitual. La realidad después es muy distinta. El 30% de los ejecutivos piensa que los resultados hay que alcanzarlos como sea. De ahí se desprende el perfil de un directivo agotado y realmente afectado por su ritmo de vida e insatisfecho con la empresa y sus circunstancias.

"Los cuatro factores son parte de una misma situación laboral. Nos hablan de directivos que imprimen un ritmo cargado de esfuerzo, entrega y pasión por los resultados", dicen los autores, que apuntan además que parece como si los ejecutivos que se sienten más motivados para alcanzar sus objetivos, que dilatan sus horario y dedican mayor esfuerzo para llegar a la meta fijada, se vean en gran medida recompensados por su esmerada dedicación. También han comprobado cómo la crisis afecta menos a los directivos que a otros colectivos. "Se muestran confiados en su futuro más cercano. Nada menos que el 91% de los ejecutivos que prolonga su jornada de trabajo piensa que la crisis le afecta menos que al resto de los españoles".

Sobradamente autocomplacientes con su trabajo

Más productivos que sus colegas. El 37% de los ejecutivos se cree mucho más productivo que los compañeros de su empresa, y el 42%, que los de otras compañías. También consideran, lo manifiesta el 40%, que disponen de mejores productos y servicios que la competencia. Ni que decir tiene que también están satisfechos con las decisiones que han tomado. Lo dice el 82% de los directivos encuestados, mientras que un porcentaje parecido, el 85%, cree que no peligra su puesto de trabajo. En cuanto al número de horas trabajadas, el 13% reconoce trabajar hasta 35 horas a la semana; el 18%, entre 36 y 40 horas; el 48%, entre 41 y 50, y el 19%, más de 50 horas semanales. Al 85% de los directivos nadie le controla el horario.Siguiendo con los porcentajes: el 42% confiesa que no tiene suficiente margen como para mejorar los resultados de su empresa. "A la vista de estos resultados se puede concluir que los directivos españoles tienen un elevado grado de autocomplacencia, que tiene que ver con el hecho de ser optimista", afirma Iñaki de Miguel, fundador del Observatorio de Comportamiento Humano en la Empresa.Otro dato importante que demuestra este encantamiento personal: el 81% asegura que se acerca al modelo de jefe ideal. El sentimiento de pertenencia es un valor que suele estar muy arraigado en los equipos directivos. Un indicador relevante es la creencia de que la empresa es coherente con los valores que predica. Así lo cree el 48% de los entrevistados. Para aquellos directivos que califican esta coherencia de la empresa con sus valores como muy alta, el 92% considera que la empresa "hace lo necesario para que ellos se queden". Para los que creen que la coherencia es baja, este porcentaje cae 22 puntos.Aquellos que se sienten más cuidados tienen más posibilidades de quedarse en la empresa. De esta manera, no es extraño que el 41% de los ejecutivos que confiesa desear cambiar de empresa reconozca que su familia le reprocha la hora de llegada a casa. Este porcentaje es aún mayor entre los ejecutivos que piensan que la empresa no hace lo suficiente para que se encuentren a gusto (47%). De este último colectivo, el 43% afirma tener que trabajar en casa los fines de semana, el doble de los que se sienten cuidados por su empresa.Por tanto, el sentimiento de pertenencia a la empresa y el deseo de permanecer en ella viene determinado por la sensación de estar siendo cuidado por la empresa, la relación con las personas y la percepción de estar bien dirigido por parte del jefe directo. Porque es responsabilidad del líder conservar a su lado a los mejores colaboradores para alcanzar los objetivos.Los espacios, según se pone de manifiesto en la obra Calidad del liderazgo, para seguir mejorando son los siguientes: la calidad y frecuencia de su comunicación, o lo que es lo mismo, la capacidad para hacer circular la información que los colaboradores consideran relevante, el feedback positivo. Pero también ampliar su sentido de la responsabilidad, ya que hay un colectivo amplio de ejecutivos que se siente más en manos del destino o de la coyuntura que de sus propias capacidades. Por último, la gestión del tiempo y la energía, debido al número de horas que trabajan al día y a la gestión de las reuniones y a la calidad de la delegación.

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