Arranca el canje de las preferentes de Santander y Sabadell
BBVA, Santander y Sabadell han ideado una fórmula para reforzar sus balances y, al tiempo, sacarse de encima un instrumento que de poco les va a servir. Pueden lograr hasta 6.291 millones si logran una aceptación total. Pero, ¿interesa a los pequeños inversores? Desde hoy los de Santander y Sabadell pueden solicitar la conversión.
BBVA fue el primero en plantear el canje de cerca de 3.500 millones por obligaciones necesariamente convertibles en acciones. Las preferentes se emitieron durante 2002, 2003, 2004 y 2008 y pagan una rentabilidad anual del 3,5%, inferior a la de la deuda pública a un año. Santander y Sabadell también han planteado dos operaciones similares, con el matiz de que canjearán las preferentes directamente por acciones.
En el caso de Santander estas pagan el euríbor a tres meses más un diferencial de 2,2 puntos porcentuales; es decir, un 4,4% anual. Santander ofrece un canje que respeta el 100% del nominal de las preferentes. Pueden indicar a Santander su intención de acudir al canje desde hoy y hasta el 23 de diciembre. Recibirán a cambio acciones que se valorarán teniendo en cuenta la media de los precios medios ponderados de la acción desde hoy hasta la sesión en la que se cerrará la oferta. El canje se realizará el 30 de diciembre, pero las acciones pueden tardar en cotizar hasta seis días hábiles.
El banco que preside Josep Oliu ha propuesto el canje de 850 millones en preferentes, con rentabilidades que oscilan entre el 1,72% y el 7,75% anual. Los inversores podrán solicitar el canje desde hoy hasta el día 30. En este caso, la operación se divide en dos fases. En la primera, se abonará en acciones de Sabadell el 90% del importe. La segunda fase es un premio para los inversores que hayan conservado las acciones de Sabadell hasta el 14 de diciembre de 2012, que recibirán una rentabilidad adicional del 12%.
Ratios de capital
El problema es que las nuevas normas financieras excluyen a las participaciones preferentes del capital de máxima categoría. La Autoridad Bancaria Europea (ABE), por ejemplo, no las tiene en cuenta para calcular el denominado core Tier 1.