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Tras una inversión de más de 130 millones

Cobega, Damm y Victory Turnaround, nuevos propietarios de Cacaolat

El Juzgado Mercantil número seis de Barcelona ha adjudicado la Unidad Productiva de la mercantil Cacaolat, S.A. a Damm, Cobega y Victory Turnaround. Las empresas llevarán a cabo una inversión de más de 130 millones de euros que servirá, segú su información, para realizar innovación aplicada a productos, procesos, nuevos sistemas de comercialización y nuevos métodos de organización.

Los principales aspectos por los cuales se les ha adjudicado este proyecto son: la puesta en funcionamiento de una nueva planta en la antigua fábrica de Cervezas Damm en Santa Coloma de Gramanet (Barcelona), un plan industrial para la planta de Zaragoza, una fuerte capacidad financiera, la creación y desarrollo de un negocio independiente respecto a sus tres socios, la capacidad de internacionalización de la marca, así como un proyecto social, según las empresas. La nueva Cacaolat será una empresa autónoma e independiente de sus accionistas tanto a nivel de gestión, como de producción y comercialización con una participación del 49% para Damm y Cobega respectivamente y un 2% para Victory Turnaround.

El proyecto de Damm, Cobega y Victory Turnaround ha especificado la ubicación de la nueva planta de Cacaolat, en las instalaciones de la antigua fábrica de Cervezas Damm en Santa Coloma de Gramanet en Barcelona.

De esta forma, la alianza ha desbancado a Capsa, que con 55 millones (48 destinados a la unidad productiva y el resto a la cancelación hipotecaria) había liderado en un inicio la pugna. También ha quedado atrás Vichy Catalán, cuya última oferta fue de 30 millones de euros por la unidad productiva a los que se debían sumar otros siete para la cancelación de hipotecas. La administración concursal de Cacaolat ya descartó el 23 de septiembre la oferta de Roures Reenginering, la menos cuantiosa de todas las propuestas, ya que ofertó 12 millones de euros por la firma catalana de batidos.

El proceso de venta de Cacaolat arrancó este verano, tras la crisis del conglomerado de Nueva Rumasa, propiedad de la familia Ruiz-Mateos, que llevó a concurso a varias firmas integrantes.

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