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Nuevas medidas para atajar el problema heleno

Plan de choque contra la deuda griega

La UE ultima una quita del 50% para reducir en 70.000 millones los números rojos de Grecia. El recorte inquieta a un sector financiero al que se exige también una recapitalización forzosa.

Plan de choque contra la deuda griega
Plan de choque contra la deuda griegaREUTERS

En medio del caos que domina la gestión de la crisis de la zona euro, parece que al menos el foco inicial, localizado en Grecia, podría estar acercándose a una fase de alivio. La zona euro dio el viernes el visto bueno a la entrega a Atenas de otros 8.000 millones de euros para evitar la bancarrota. Pero, además, las maratonianas reuniones de ministros de Economía y presidentes de Gobierno de la UE que se iniciaron ese día en Bruselas (y que se prolongarán, al menos, hasta el próximo miércoles) apuntan a una terapia de choque destinada a reducir en casi 70.000 millones de euros la deuda griega, dejándola en el 120% del producto interior bruto del país desde el 150% largo previsto para este año. "En ese nuevo nivel, la deuda será sostenible incluso con un crecimiento muy bajo", apuestan fuentes comunitarias.

La consecución de ese objetivo pasa por arrancar una quita mucho mayor de lo pactado en julio con los acreedores de Atenas, dispuestos aceptar una quita que ellos mismos cifraron en el 21%. La zona euro quiere elevar ese porcentaje al menos hasta el 50% como compensación a la creciente cantidad de recursos públicos que está absorbiendo el agujero griego.

Al impacto de la nueva quita se añaden las dudas bursátiles sobre el sector financiero, que Bruselas pretende atajar con un plan de recapitalización del sector bancario negociado este sábado durante una reunión extraordinaria del Consejo de ministros de Economía y Finanzas de la UE (Ecofin). El plan pasa por elevar temporalmente la ratio de capital exigido a las principales entidades financieras europeas (desde el 5% hasta el 9%) y por obligarlas a computar la deuda pública que tienen en la cartera de vencimiento "a un precio en línea con el de mercado", según la CE.

En la banca española, la nueva metodología podría computar una quita o depreciación inferior al 5%. Las entidades consultadas indican que el cálculo se realizará a finales de este año o, a más tardar, enero de 2012, por lo que resulta imposible saber en estos momentos el impacto real de la medida.

En cualquier caso, la depreciación contable, por pequeña que sea, podría generar unas necesidades de capital considerables porque la banca española atesora más de 230.000 millones de euros en deuda del Estado, según los datos de las pruebas de esfuerzo realizadas el pasado mes de julio.

Diversas fuentes auguran que la necesidad de capital de la banca europea rondará en total los 100.000 millones de euros, muy por encima de los 2.500 millones reconocidos en las pruebas de julio.

¿Quién paga?

La factura de la nueva recapitalización y del segundo rescate de Grecia ha sumido a la zona euro en un interminable proceso de forcejeos marcado por la cacofonía, las contradicciones y el nerviosismo. "Estamos dando una imagen desastrosa", reconoció el viernes Jean-Claude Juncker, ministro de Economía luxemburgués y presidente del Eurogrupo (ministros de Economía de la zona euro). "No estamos dando un ejemplo de buen gobierno", añadió.

La principal disputa entre los miembros del Eurogrupo gira en torno a la futura utilización del fondo de rescate de la zona euro. Francia y sus aliados, entre los que cabe contar a los países con más riesgo de contagio como España, Italia y Bélgica, desean convertir el fondo en un instrumento con capacidad de intervención casi ilimitada para frenar de una vez por todas el efecto dominó que ya ha tumbado a Irlanda y Portugal.

Alemania, por su parte, se niega a dar ese salto hacia lo que sería la creación prácticamente de un Fondo Monetario Europeo y prefiere que la FEEF se limite a intervenciones puntuales y casi quirúrgicas. En ese caso, el fondo o Facilidad Europea de Estabilidad Financiera podría ayudar a los países en dificultades adquiriendo hasta el 50% de una emisión de bonos, abaratando así su colocación en el mercado. La FEEF también podrá ofrecer líneas de crédito y contribuir a la recapitalización de la banca, así como adquirir deuda pública en el mercado secundario.

Pero la FEEF debe cubrir esas funciones con avales por valor de 780.000 millones de euros, una cantidad que según algunos analistas podría ser insuficiente. París teme que esas dudas sobre la potencia del fondo provoquen un nuevo repunte de las primas de riesgo, incluida la francesa, tan pronto como el Banco Central Europeo deje de comprar deuda pública española o italiana. Y aboga por convertir a la FEEF en una suerte de prestamista de penúltimo recurso, con el respaldo inequívoco del BCE. El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, se cuadró el viernes ante esa opción: "Está claro que debemos atenernos a lo que marca el Tratado de la UE, es decir, que no podemos recurrir al BCE".

Berlín teme, además, que una oferta ilimitada de capital relaje la disciplina fiscal , en ciertos países, con Italia en el punto de mira. Como muestra, la CE tuvo que urgir el viernes a Roma a adoptar las medidas de ajuste comprometidas. España no parece provocar tanta desconfianza y la vicepresidenta del Gobierno, Elena Salgado, descartó en Bruselas nueva reformas. "Nosotros hemos adoptado muchas medidas", zanjó una pregunta sobre posibles ajustes.

Una decena de bancos europeos, incluido Popular, apoyó una vía intermedia entre Berlín y París para que la FEEF garantice en parte las emisiones de deuda. Esa opción, que está siendo considerada, permitiría cubrir de manera escalonada las potenciales pérdidas de un inversor hasta un límite cercano al 20%. La respuesta definitiva, sin embargo, tendrá que esperar hasta la cumbre europea del próximo miércoles, un desenlace que llegará (al menos) con 10 días de retraso sobre el calendario previsto. Como para no perder los nervios.

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