El dominó griego termina en la banca gala
Las entidades francesas serán las más necesitadas de capital en caso de 'default' griego.
Los ministros de Economía de la Unión Europea, reunidos este fin de semana en Polonia, han terminado por dar la razón al Fondo Monetario Internacional, al admitir que la fuerte exposición de la banca europea a la deuda soberana, especialmente griega, exigirá recapitalizar el sector. La gran incógnita del momento es la cuantía de la factura. Las estimaciones de los analistas oscilan entre los 30.000 y los 230.000 millones de euros, pero lo único que parece seguro es que, sea cual sea el importe de salida, la cifra crece cada día que no se resuelve la debacle helena.
El baile de cifras no es aleatorio. Partiendo de las reservas de papel soberano con las que cuentan entidades en su balance, cada servicio de estudios baraja el impacto que tendrían determinados escenarios. Uno de los más duros es el que plantea Barclays, que trabaja con la hipótesis de un impago sistémico en el mercado de deuda. En concreto, su informe habla de quitas del 50% sobre el montante que adeudan Grecia, Irlanda, Portugal, Italia y España. Una situación que podría llegar a darse si Grecia quiebra, sale de la eurozona, y provoca una reacción en cadena que perjudique a las emisiones públicas de toda la Europa periférica. Las necesidades de capital a las que tendría que hacer frente la banca ascenderían entonces a 230.000 millones. La mayoría de expertos, no obstante, considera harto improbable que se llegue a este clima apocalíptico.
"Yo no me apresuraría a tirar todas las fichas del dominó. Si somos capaces de resolver el tema griego de una manera y en un tiempo razonable, creo que se podrían evitar males mayores", establece Francisco Uría, socio responsable de sector Financiero de KPMG. "El problema es que mientras siga estando sobre la mesa la opción de que Grecia salga del euro o de un impago global, aunque sean cosas casi impensables, se genera una incertidumbre que afecta a todos", argumenta.
"Al final, lo que es esencial es que todo se haga en paralelo. Si se abordan quitas razonables para alguien que está en la insolvencia, cercanas al 50%, es importante que a la par, se recapitalice a la banca que lo necesite", añade Daniel López Argumedo, analista de Finagentes. "Estamos en un punto en que se puede parar todo en Grecia", añade.
Goldman Sachs calcula que la banca europea cuenta con unos 83.000 millones de euros en deuda griega, de los que la banca gala tendría unos 9.900 y la germana unos 7.300 millones. En el escenario de una reestructuración ordenada de la deuda helena, que parece el más probable a juicio de los analistas, las necesidades de capital se ceñirían a estas entidades, apunta Enrique Martín, experto en banca de Analistas Financieros Internacionales (AFI). Así, si la Unión Europea se demuestra capaz de establecer un cortafuegos respecto a la península helénica, el reto para el sector financiero perderá el tinte de pesadilla que supone barajar quitas sobre la deuda soberana que poseen de países mayores. De España, en concreto, tienen unos 265.000 millones, de Italia, unos 289.000 millones.
Aparte del castigo bursátil, el problema añadido que padece el sector es la depreciación que sufre el papel soberano periférico frente al valor en libros que contabiliza cada entidad. Un apunte contable que pierde valor cada día de crisis griega, según aumenta la desconfianza de los mercados y suben las primas de riesgo.
El Banco Central Europeo, por el momento, ejerce de apagafuegos, pero desde KPMG recuerdan que Bruselas tiene pendiente armar el segundo fondo de rescate, con carácter estructural y potencial para socorrer a la banca y a los estados en problemas. Nace ahí la segunda cuestión: quién pagará la factura. En UBS asumen que solo un empeoramiento de la crisis hará a los Estados correr con la recapitalización de la banca.
El fantasma español aún es el ladrillo
La exposición de la banca española a la deuda helena es muy limitada, de unos 408 millones de euros. Por eso, un impago por parte de Grecia, total o parcial, no pondría en peligro, por sí solo, la solvencia del sistema. "Ni siquiera a las cajas. Hemos hecho los deberes, esto es un problema de las entidades francesas y alemanas", opinaban ayer desde el sector. Muy diferente sería un contagio al resto de títulos soberanos, o la aplicación de quitas sobre la deuda de otros estados. El miedo en este campo estaría en Portugal, dado que la banca española cuenta con 5.400 millones de deuda lusa.Por el momento, sin embargo, la gran preocupación del sector sigue siendo el ladrillo. La morosidad de los créditos concedidos al negocio inmobiliario alcanzó un nuevo récord en el primer semestre del año al alcanzar el 17%, según las cifras publicadas ayer por el Banco de España. De los 413.914 millones de euros en préstamos que las entidades españolas habían concedido a inmobiliarias y constructoras, 70.428 millones fueron catalogados como crédito dudoso. Solo las promotoras acumulan 54.889 millones en créditos dudoso.