Un parecido desafortunado
Puede parecer extraño. El BCE, frente a una inflación del 2,7%, volvió a aumentar el tipo de interés este año hasta el 1,5% a pesar de la crisis en la periferia de la zona euro. El Banco de Inglaterra, frente a una inflación del 4,5%, lo mantiene a un bajísimo 0,5%. ¿Pueden ser ambas políticas correctas? Tal vez.
Los males de los periféricos reflejan, en parte, los excesivos préstamos baratos en Grecia, Irlanda y España. La fragilidad británica tiene raíces similares. Un 1,5% de tipo de interés no va a suponer un problema para la economía alemana, que probablemente crecerá al 3% este año. Pero una tasa superior en Reino Unido podría suponer un recesión en forma de W.
El estallido de la burbuja inmobiliaria explica por qué tanto su economía como los consumidores necesitan pasar por enfermería. Unos tipos de interés bajísimos han permitido que las viviendas sean más accesibles. Los pagos de hipotecas se redujeron al 28% de la renta media disponible en el segundo trimestre, según Halifax. El nivel más bajo desde 1999.
¿Pero los británicos están comprando casas? No. Las hipotecas, el empleo y la confianza siguen siendo débiles. Entre otras cosas, los precios de las viviendas cayeron un 4% el año pasado y podrían caer mucho más si los tipos comienzan a incrementarse. Eso aumentaría el riesgo de un patrimonio negativo para los propietarios de casas y deudas malas para los bancos.
Con todo, Reino Unido es diferente de la periferia y tiene cosas importantes a su favor. Puede que no tenga el atractivo del flujo de las exportaciones alemanas, el déficit en buenas condiciones y mucho potencial de crecimiento. Pero tiene la flexibilidad monetaria que la periferia ha perdido. Aún puede pedir prestado a tipos bajos. Su banco central puede establecer tipos a niveles bajos adaptables al país. El Banco de Inglaterra cree que está haciendo precisamente eso. Al contrario que durante los años del boom inmobiliario, es lo correcto.
Por Ian Campbell