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Informe de la agencia de calificación

Moody's cuestiona la creación de 'bancos malos'

La creación de un banco malo, en el que englobar buena parte de los activos tóxicos de un grupo financiero, ha sido la fórmula elegida por Caixabank y Bankia en sus proyectos de salida a Bolsa. Esta alternativa, a la que aspirarían otras tantas cajas de ahorros, no es vista con buenos ojos por la agencia de calificación financiera Moody's, que ayer advertía en un informe de que la división de un grupo entre "banco bueno" y "banco malo" puede tener beneficios limitados para los acreedores de estas entidades.

Moody's reconoce que, desde el punto de vista de un inversor de renta variable, puede ser más interesante entrar en el capital del "banco bueno" por el potencial de revalorización que pueden ofrecer las acciones. Pero considerando el riesgo de crédito, la agencia apunta algunas dudas. Por un lado, afirma que no está clara la frontera entre banco bueno y malo, considerando que el denominado "banco bueno" también incluye activos problemáticos. Y por otro lado, recuerda que banco bueno y malo pertenecen a la misma estructura, lo que supone que el denominado banco bueno puede verse afectado por eventuales problemas de capital o liquidez del banco que engloba los activos más tóxicos. La agencia S&P concedió el lunes una A- o "notable bajo" a Bankia mientras que a su matriz BFA la dejó a las puertas del bono basura.

El modelo irlandés

La verdadera fórmula con la que aislar por completo los activos tóxicos del sistema financiero es la creación de una institución similar a la National Asset Management Agency (NAMA), constituida para la banca irlandesa, según apunta Moody's.

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