_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El importante papel del FMI

Con la recuperación mundial cada vez más consolidada pero también amenazada por una variedad de factores, el FMI debe reforzar su papel analizando el escenario económico para ayudar a los países anticipando problemas y tomando decisiones que eviten futuras crisis". Una clara y contundente declaración de intenciones del FMI en una reciente nota de análisis publicada en su web. La institución ha pasado de tener un perfil técnico en la solución de los problemas de los países a tomar parte activa en la detección y solución de los desequilibrios a nivel mundial. Incluyendo también potenciales riesgos sistémicos. Una tarea fundamental que se encuadra en el carácter multilateral de las relaciones económicas internacionales. A esta importante nueva tarea del FMI ha contribuido su director gerente ahora detenido.

Preguntado Nowotny, del BCE, sobre el impacto de la detención en la solución de la crisis de la deuda soberana europea, su respuesta fue: "Esperemos que haya una solución clara de forma rápida y que el FMI sea capaz de actuar". ¿Hay un vacío de poder en la institución? Recordar cómo su vicepresidente ha anunciado hace poco su intención de retirarse, amenazado el puesto del norteamericano Lipsky por el fuerte enfrentamiento entre republicanos y demócratas en su país. Ha sido la tercera de la institución la que ha tenido que representarle en el Ecofin que discute el rescate de Portugal y qué decisión tomar sobre el incumplimiento de las cifras de déficit por Grecia. La decisión final en el caso de Grecia será política. Pero será el FMI el encargado de valorar y hacer cumplir las contrapartidas que le exijan al país para recibir los nuevos fondos.

Fue precisamente durante este año, que Strauss-Kahn consideró como el año uno de la nueva vigilancia multilateral del FMI, cuando se fijaron las tres áreas de trabajo de la institución en el futuro:

l Repensar las teorías económicas tras la crisis global.

l Repensar las recomendaciones, incluyendo la posibilidad de fijar controles de capitales.

l Intentar mejorar la cooperación internacional.

Le hemos visto ya posicionarse en todos estos puntos. Facilitando las agendas de discusión en las últimas reuniones del G-20. Recomendando a algunos países en desarrollo, como fue el caso de Brasil, que combinaran restricciones en las entradas de capital con intervenciones en el mercado de divisas para evitar el sobrecalentamiento de su economía y la pérdida de competitividad por la apreciación del real. También ha actuado de forma decidida para reconducir la crisis en Oriente Medio, tanto desde el punto de vista técnico como financiero. Por último, en el programa de ayuda financiera a Portugal se ha primado en lo posible el aspecto social, propiciando que el ajuste económico derivado de la restricción fiscal no impida una recuperación rápida de la economía. Sí, una posición más pragmática del FMI que poco tiene que ver con su premisa técnica anterior.

En una reciente entrevista, el aún director gerente del FMI pidió no bajar la guardia frente a la acumulación de riesgos. Se refería a la necesidad de fortalecer el sector financiero, de donde surgió la crisis, facilitar una aceleración en el crecimiento que se traduzca en mayores empleos, atajar los problemas de las finanzas públicas en los países desarrollados, limitar los riesgos de sobrecalentamiento de algunas economías emergentes y hacer frente a los crecientes precios de las commodities y miedos de inflación. En el mismo foro, varios ponentes de países en desarrollo pidieron al FMI que analizara los riesgos a nivel mundial del exceso de liquidez desde los países desarrollados. Señalaban de forma implícita a la Fed. El FMI se convierte así de verdad en un referente internacional objetivo, frente al sesgo de los países desarrollados anterior.

Strauss-Kahn ha defendido el creciente papel en el FMI de los países emergentes, contrapartida también de su creciente importancia como motores del crecimiento mundial. ¿Tanto como para que su sucesor no sea europeo o norteamericano si finalmente dimite? Un alto cargo de la zona euro se ha apresurado a afirmar que habría nuevos candidatos europeos adecuados para el puesto. Curiosamente, el legado de Strauss-Kahn puede hacer que esta regla no escrita de un europeo en la presidencia se incumpla. Esperemos que esta hipotética lucha de poder no merme potencial de actuación a la institución. No podemos permitirnos este lujo en estos momentos.

José Luis Martínez Campuzano. Estratega de Citi en España

Archivado En

_
_