Lejos de Alemania y la media de la UE
El panel de previsiones de actividad del Fondo Monetario Internacional publicado ayer revela que España es, junto con Irlanda, la economía más paralizada de Europa. Los registros para este año suponen que España tendrá la mitad del crecimiento de la Unión Monetaria Europea, una tercera parte del avance esperado del PIB en Alemania o Estados Unidos, o solo una quinta parte del crecimiento mundial, en el que China, con un 10%, distorsiona la media de las variables. Pese a la ligera mejora de la previsión de crecimiento desde el 0,6% al 0,8% este año, y más modesta aún en 2012, España no parece lograr un desempeño suficiente como para despejar las dudas que persisten sobre su capacidad de cumplir los objetivos de consolidación fiscal ni para considerar que el desempleo va a iniciar una tendencia contractiva apreciable.
Y esas son las dos variables que tienen que movilizarse. Para lograrlo, seguramente habrá que hacer más cosas que esperar a que sea simplemente el crecimiento lo que lo resuelva. Deben moverse otros parámetros económicos para estirar en el medio plazo el crecimiento potencial. Desde luego, el escenario del FMI, aunque sea menos pesimista que en enero, no es optimista. Por tanto, en los próximos meses las autoridades han de hacer más cosas que zambullirse en la vorágine electoral.