"Pues habrá que seguir apelando al BCE"
Cada día tiene su afán. Y pese a que los planes del Banco Central Europeo (BCE) eran retirar ya la barra libre -adjudicación ilimitada de toda la liquidez que pida la banca- a finales de este mes, ayer volvió a garantizar toda la financiación que necesiten los bancos comerciales hasta junio.
La ampliación de la barra libre de liquidez es un balón de oxígeno esperado ya por la banca europea en general y por la española en particular, aunque no sea la solución ideal y definitiva.
En septiembre pasado, el Banco de España animó a bancos y cajas a salir al mercado con emisiones. Se abrió una ventana que duró hasta octubre, para volver a cerrarse hasta ahora. El supervisor aprovechó para recomendar a las entidades financieras -un mensaje que partía del BCE- que abandonasen poco a poco la apelación al BCE. En los meses de mayo, junio y julio los bancos y las cajas nacionales habían batido récord de peticiones.
Junio fue el peor momento para obtener liquidez. Los mercados se cerraron por completo. Ese mes, las entidades pidieron 126.300 millones de euros, y al siguiente 130.209 millones, el 29% del total del dinero solicitado por toda la banca europea, que a su vez iba reduciendo su dependencia de estas líneas. En agosto la apelación descendió, tendencia que se confirmó en septiembre y octubre, mes este último en el que las instituciones nacionales pidieron solo 68.000 millones.
Pero el nuevo cerrojazo de los mercados mayoristas en noviembre, y se espera que en parte de este mes, ha vuelto a provocar nuevas necesidades de apelación al BCE, según apuntan todos los ejecutivos financieros consultados. "No podemos emitir nada, ni con aval del Estado". Eso sí, hay una gran diferencia entre lo que ocurrió en mayo, junio y julio. El mercado a corto plazo permanece abierto. Las repos -títulos , generalmente públicos, que se venden a un día, una semana o un mes con una opción de compra a un precio determinado-, siguen intercambiándose. "Eso sí a tipos altos y en cantidades aún muy inferiores a las que se negociaban antes de la crisis", señala un alto directivo de un banco.
A diferencia de lo que ocurría en mayo y junio, ahora las cámaras de compensación europeas hacen su función y permiten desahogar un poco la apelación al BCE para financiación a corto plazo, explican todas las fuentes consultadas. Pero estas ventas a corto de repos no son a cualquier precio. Hay que pagar la prima de riesgo de ser españoles, pese a el sector financiero este sano, señala un enfadado directivo. En diciembre de 2009 se pagaba un tipo del 0,31% para repos a un día y 0,37% para una semana y un mes. A principios de julio el precio subió a 0,34% a un día y a 0,58% a una semana y 0,43% a un mes. El miércoles pasado los tipos que se aplicaban eran de 0,57%, 0,76% y 0,90%, respectivamente, con movimientos, en este último caso "ridículos", señala un tesorero de una caja. La apelación al BCE a corto, a un tipo de interés del 1%, también soluciona el día a día de la financiación de la banca. Por ello, se espera que en noviembre y diciembre, cuando se anuncie la deuda adquirida por bancos y cajas a la institución situada en Fráncfort, la tendencia se invierta nuevamente para subir.
"El Banco de España nos dijo en septiembre que fuéramos frenando la apelación al BCE. Desde entonces han cambiado mucho las circunstancias y el mercado se ha revuelto contra el país. Es solo cuestión de percepción, porque no hay datos objetivos que expliquen el trato tan negativo que nos está dispensando el mercado. El supervisor entiende la situación. Prefiere que nos desenganchemos del BCE, pero ante el panorama actual asegura que no pretende asfixiar a ninguna entidad. Si se tiene que acudir al BCE que se acuda", declara un tesorero en alusión a los mensajes que está lanzando ahora el organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez.
En 2011 bancos y cajas tienen que hacer frente a vencimientos de deuda por 135.000 millones. Una elevada cantidad que no pueden financiar con emisiones. Si no se abre el mercado deberán recurrir al BCE y a captar depósitos de los clientes. No hay más remedio", señala un financiero de un banco mediano. "Es una pena, no se puede colocar nada con marca España, y cuando preguntar por qué solo te dicen que porque el mercado no lo admite. No hay razones objetivas".