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Crisis en la Unión Monetaria

Aumenta la petición para una plena integración fiscal en defensa del euro

Políticos de renombre, empresarios y altos cargos de toda Europa solicitaron ayer a viva voz una mayor integración de la política económica de la UE como receta para luchar contra los mercados y la crisis de deuda soberana. El Gobierno alemán llegó a admitir que la supervivencia del euro está en peligro si no se actúa conjuntamente y de forma decidida.

El primer dirigente que lanzó ayer una reflexión en público ante la crisis que vive el euro fue Rodrigo Rato. El ex director gerente del Fondo Monetario Internacional y ahora presidente de Caja Madrid, criticó que Europa todavía no cuente con una política fiscal común que acompañe a la Unión Monetaria, resaltando la necesidad de un presupuesto federal, además de los nacionales, para hacer frente a la crisis.

"Ya sé que es difícil, pero con todo el dinero que nos estamos gastando en estos momentos en ayudar a unos y otros, deberíamos ir pensando en tener un presupuesto federal. Hemos perdido un año y, tal como van las cosas, me temo que vamos a perder más tiempo", dijo el X Foro de la Asociación Catalana de Agencias de Viajes. Rato explicó que el presupuesto comunitario debe ser equivalente al peso de Europa en el mundo, en vez del 1% actual, y debe incluir una racionalización del gasto armonizando las políticas sociales.

"Sabemos donde estamos, pero probablemente no nos gusta: estamos saliendo de la crisis, pero en la nueva realidad, el mundo no va a volver hacia atrás. El juego va a ser otro", añadió.

Alemania alerta de que la moneda única "está en juego"

Mientras Rato hacia esas declaraciones, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, alertaba en el Parlamento germano de que la moneda común europea está "en juego" por culpa de la crisis de la deuda soberana que está sufriendo la zona euro. En el debate de los Presupuestos para 2011, Schäuble recalcó que Europa está "rodeada por un entorno difícil", referencia a la crisis de deuda que ha provocado el rescate de Irlanda, así como anteriormente el de Grecia, y que amenaza con extenderse. "Tenemos que asumir nuestra responsabilidad; si no se puede defender de forma conjunta una moneda estable, las consecuencias económicas y sociales serían incalculables", indicó. Schäuble subrayó que la gestión de austeridad del país es un modelo para Europa y que los esfuerzos de consolidación fiscal presupuestarios deben continuar pese a la mejora de la situación. Poco después, la canciller Angela Merkel remarcó ante la Asociación de Empresarios de Alemanes (BDA) el carácter "extraordinario de la situación" de la UE, en línea con las palabras de su ministro. La propia BDA instó a los Gobiernos de toda Europa a reducir gastos y consolidar sus presupuestos nacionales, ante la persistencia de las incertidumbres económicas derivadas de la crisis global.

Solbes, Monti y Delors

La creciente petición para una política fiscal verdaderamente común se ha hecho patente en los últimos días por ex altos cargos comunitarios. La semana pasada una carta abierta al director del Financial Times iba en esa línea. La carta iba suscrita, entre otros, por Jacques Delors, Pedro Solbes, Mario Monti y Ana Palacio, además de periodistas y abogados de renombre.

Todos ellos mantienen la necesidad de avanzar en una plena integración presupuestaria como único camino para luchar contra los ataques de los mercados que no acaban de ver en la Unión Monetaria el futuro que los dirigentes políticos de ésta proclaman a bombo y platillo.

La Eurocámara reclama ayuda al BCE

El Parlamento Europeo aprobó ayer un informe sobre la labor del Banco Central Europeo en el que insta al emisor a intensificar la compra de deuda pública de la zona euro para contrarrestar el castigo de los mercados a varios socios.La recomendación llega seis meses después de que el BCE aceptase en mayo empezar a comprar bonos de varios países como medida de estabilización del mercado. Desde entonces, Fráncfort ha comprado unos 66.000 millones de euros en deuda pública, aunque últimamente apenas ha adquirido (713 millones, la semana pasada). Fuentes comunitarias aseguran que la compra se ha centrado en títulos de deuda de Grecia, Portugal e Irlanda, pero que el BCE nunca ha adquirido títulos españoles.La petición del Parlamento parece apuntar a una intervención mucho más intensa porque recomienda al BCE que imite al Banco de Inglaterra y de la Reserva Federal, que han adoptado políticas inflacionistas de imprimir dinero y aumentar el circulante de manera virtual.

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