Ganar y perder con la guerra de divisas
Llegan tarde los que estaban preocupados por una guerra de divisas: la guerra ya está aquí y China y EE UU son ambos ganadores en la carrera por abaratar sus monedas Pero si la retórica continúa calentándose, todo el mundo saldrá perdiendo.
Funcionarios chinos y estadounidenses intercambiaron golpes este fin de semana, preludiando el escenario de una tensa cumbre del G-20 el próximo mes. El dirigente del Banco Central chino rechazó una fuerte revalorización del yuan, abogando por una lenta actuación. El secretario del Tesoro americano, Tim Geithner, golpeó a los países con "subvaluación significativa" de sus monedas, de los que china es un exponente.
Los EE UU se quejan de ser perdedores con la guerra de divisas, aunque en realidad salen ganando. El dólar ha caído fuertemente contra lo mayoría de las monedas de sus socios comerciales. Analizando la base del peso comercial, el dólar está en lo más bajo de todo el año, según el índice de las principales monedas de la Reserva Federal. La probabilidad de una inminente nueva impresión de billetes puede mantener esta tendencia durante un largo tiempo.
China, por su parte, no quiere parece el vencedor, pero también es falso. Cierto que el yuan ha alcanzado su nivel más alto frente al dólar desde que abandonó oficialmente su paridad en 2005, pero ha caído fuertemente contra las restantes monedas. El euro, la divisa del mayor socio comercial del país, se ha fortalecido un 14% contra el yuan. El yen japonés no se queda atrás y varios mercados emergentes, como Brasil, también han visto dispararse sus monedas.
La diferencia entre ganadores y perdedores se está ampliando. Con tipos tan bajos en Occidente, el dinero se ha refugiado en activos del Este y el Sur. Muchas Bolsa asiáticas, como Filipinas e Indonesia, están en máximos, así como los bonos, sometiendo mayor presión a las divisas de los competidores de China.
No hay respuesta fácil, máxime cuando el mundo ha vivido de manera tan desordenada. Una subida de tipos en EE UU podría aplastar la recuperación mundial y una rápida revaluación del yuan expulsaría a los exportadores chinos del mercado y provocaría desempleo generalizado.
Una revaluación gradual para sostener el yuan, combinado con la propia depreciación del dólar, es el camino menos dañino. Aunque ese acuerdo es difícil, si las dos partes se niegan a hacer algo, la guerra de divisas puede mutar en guerra comercial, en la que todos tendrían mucho que perder.
Por John Foley