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El nuevo mapa de las energías renovables

Una estrategia perfecta para cada una de las pujas regionales

Las empresas se quejan de falta de homogeneidad e intervencionismo

"Los concursos fueron una fórmula con mucho sentido al principio del desarrollo porque sirvieron para favorecer la implantación del tejido industrial eólico en el territorio español", afirman desde la Asociación Empresarial Eólica (AEE). Sin embargo, desde la propia patronal reconocen que han perdido "parte de ese espíritu inicial".

Fuentes empresariales aseguran, por su parte, que son procesos "muy aleatorios, cada uno es distinto, no son homogéneos". "Ponemos toda la carne en el asador pero nunca sabes si lo estás haciendo bien o mal. Hay muchos factores sobre la mesa y hay que dedicar el máximo de recursos posibles para tener el mayor número de los puntos objetivos: técnicos, financieros, económicos...", cuentan.

Los planes industriales asociados a las ofertas son uno de los debates más exacerbados. La AEE afirma tajante que "todas las empresas tienen bien claro en su ADN que han de generar riqueza y empleo localmente, en las poblaciones en las que se implantan". Sin embargo, se quejan de cierto intervencionismo. "Teniendo esto claro, lo suyo sería que nos dejaran decidir cómo trasladamos esa riqueza", dicen.

De hecho, desde el punto de vista de los fabricantes, "la obligación de construir una fábrica puede estar penalizando a una empresa que ya tenga una factoría en la zona". Además, para la AEE también afecta a la competitividad de los proyectos. "El Gobierno pide a las energías renovables que sean cada vez más baratas, más competitivas. Pero si los concursos autonómicos establecen una serie de contraprestaciones, sobre todo si no tienen que ver con los proyectos eólicos, son cuestiones que encarecen las instalaciones", explican.

Un empresario opina, por su parte, que "hay cosas que tienen sentido y otras que no. A veces, se presentan iniciativas sin saber si van a funcionar y en ocasiones se termina vendiendo la licencia eólica para pagar la fábrica que no ha sido rentable". Eso cuando se puede realizar. "También ha pasado que la comunidad se termina quedando con el aval interpuesto para garantizar el plan industrial porque es imposible realizarlo y todos lo sabían desde el principio. Es como un peaje que pagas por hacer el parque eólico", cuenta. El empresario también reconoce que esto pasa sobre todo "en aquellos territorios que han llegado tarde, que pusieron trabas en un principio al desarrollo eólico porque en el resto los planes han tenido su sentido".

La intervención de un socio local, de un embajador regional, parece también una de las patas clave para tener éxito en el concurso. "Hay que buscar este compañero aunque no sea del sector, es muy importante regionalizar la oferta", señala el empresario.

La AEE entiende, tomando como base el punto de vista de los promotores, que "cuando se presentan otras empresas que no son eólicas, los planes industriales que presentan pueden ser mucho más agresivos porque no se tiene la misma vocación de permanencia en el sector". La asociación señala que "es un sistema que sólo existe en España y Portugal" y que lo idóneo sería "un proceso menos intervencionista, más ligado a la actividad eólica".

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