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Columna
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UBS y el fondo de activos tóxicos

Aviva necesita justificar su decisión de quedarse con su negocio de seguros generales. La oferta de 5.000 millones de libras que recibió de su rival Royal & Sun Alliance (RSA) por su negocio en Reino Unido, Irlanda y Canadá puede parecer demasiado barato. Pero la responsabilidad de Aviva será demostrar ahora por qué su modelo de negocio puede lograr una mayor ganancia para los accionistas.

La oferta en efectivo de RSA era apenas un golpe de gracia. Ofertas como éstas son raras, pero Royal Bank of Scotland pagó cerca de 18 veces sus ingresos en 2002 por Churchill Insurance. Aviva también afirma que los beneficios de la división están en un ciclo de mínimos.

Sin embargo, muchos accionistas de Aviva también tienen acciones en RSA. Se puede deducir que incrementando la cuota de mercado de ésta última en el Reino Unido de 6% a 20% se crearía más valor. Además, el acuerdo podría generar sinergias, después de impuestos, de más de 200 millones de libras.

Una oferta más alta podría resolver el asunto. Pero a menos que surja otro mejor postor hay un poco de presión en RSA para que suba su precio. Además, tiene un alcance limitado para hacerlo: incluso la oferta actual requeriría aumentar más su capitalización en el mercado.

Aviva todavía necesidad convencer a los accionistas de que la combinación del negocio del seguro de vida con el general crea más valor. La compañía afirma que, si operan los dos bajo un mismo techo, puede hacerlo con un capital mucho menor.

Los recientes resultados provisionales de Aviva así lo confirman. El beneficio de explotación de la empresa se incrementó un 21% y los nuevos negocios aumentaron, pese a utilizar menos capital. Pero el mejor desempeñó se debió a que fueron más inteligentes al desplegar el capital en el consejo, no sólo por su modelo.

Cuando UBS vendió 39.000 millones de dólares en activos tóxicos por los préstamos hipotecarios a un fondo de rescate establecido por el Banco Nacional de Suiza en octubre de 2008, probablemente creía que era su final. Pero con la recuperación de los valores de esos activos, hay una probabilidad de que UBS acabará recuperándolos y obteniendo beneficios.

El llamado Stabfund ha pasado lo peor. Funcionarios del Banco Nacional de Suiza, responsables de la gestión del fondo, han vendido algunos activos mientras que otros han vencido.

Lo que ha permitido reducir su tamaño a una cifra más manejable de 19.000 millones de dólares y ha ayudado a pagar algunos créditos del banco central con el que ha sido financiado. Lo mejor de todo es que ahora está haciendo dinero. Ha generado un beneficio de 1.900 millones de dólares en el primer semestre, ayudando al banco central a compensar las grandes pérdidas en su moneda.

Esto es una buena noticia para el banco central, pero también para UBS. La entidad tiene la opción de recompra del fondo una vez que el banco central sea liquidado y tomando parte de los beneficios.

La opción permite a UBS beneficiarse de la recuperación del valor del fondo. Pero si hace un trato con el Banco Central Suizo le permitiría obtener aún más dinero. Por ejemplo, se podría reemplazar los costosos préstamos del banco central por un menor coste de financiación.

UBS ha hecho por lo menos una oferta de recompra del fondo, que fue rechazada por las precauciones del banco central. Eso pudo haber sido mejor. UBS ha logrado mejorar su balance. Y asumir unos activos líquidos causaría un riesgo al alza de los activos ponderados, deprimiendo su ratio de capital.

El entusiasmo de UBS para alcanzar un acuerdo puede haber tenido mucho que ver con la reputación y la economía. Si la entidad toma el control del fondo enviaría una señal de que su pasado turbulento quedó atrás. Sin duda, es un importante paso para un banco que todavía está restaurando su imagen frente a sus clientes e inversores. Pero UBS debe resistir la tentación de precipitarse a un pacto difícil.

POr Nicholas Paisner

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