¡Esos mercados tan locos!
En apenas una semana hemos pasado de una preocupación extrema sobre la situación de liquidez en el interbancario europeo, de una creciente inquietud sobre la evolución del crecimiento norteamericano y chino, del temor a una recaída en la crisis financiera a través de la banca europea, también de la psicosis sobre la financiación de los déficits del sector público europeos, de todo ello, a una relativa tranquilidad. Y esto se ha reflejado en una fuerte recuperación de los mercados. No se preocupen, todo está controlado. ¿O no lo está? La mejor valoración la hizo el ministro de finanzas alemán unos meses atrás: "Los mercados suben y bajan". Ahora podríamos decir que también "bajan y suben".
Y es que todas y cada una de las preocupaciones siguen estando latentes. Veamos con calma:
-Liquidez del euríbor. Si leemos con atención los comentarios del presidente del BCE tras la reunión del jueves pasado, la subida de tipos a la que estamos asistiendo en el interbancario es algo esperable. Pero no es una indicación de política monetaria. Lo cierto es que no tiene mucho sentido que en un mercado más ajustado en liquidez, como ocurre en estos momentos, los tipos de corto plazo se sitúen por debajo del tipo oficial del 1%. Además, es cierto que una situación menos holgada de liquidez conlleva un mayor spread entre los tipos de oferta y demanda.
-Desaceleración del crecimiento mundial. También Trichet se mostró convencido tras la última reunión sobre el impacto de la restricción fiscal en Europa. Bien, veremos. Por lo que respecta a EE UU y China, el FMI revisó al alza su previsión de crecimiento mundial este año en medio punto, hasta un 4,6 %, precisamente por una mejora de sus perspectivas para la economía norteamericana y las emergentes, asiáticas. Ante tanto convencimiento la reacción de los mercados no ha podido ser más que positiva. Ahora toca que los datos económicos confirmen esta esperada mejora. Ya saben lo que dicen: los mercados suben con las expectativas y bajan con la realidad. Esperemos que la realidad futura sea la mejora comprada en estos momentos por muchos inversores.
-Test de estrés de la banca europea. Que conste que soy el primero en considerar que la transparencia a la larga es positiva. Y si, además, esta transparencia muestra que el conjunto del sistema está bien capitalizado, pues mucho mejor. Pero cuidado con infundir demasiado optimismo inicial. Precisamente este tipo de pruebas tiene un importante factor sorpresa. En Estados Unidos fue definitivo para que los inversores perdieran el temor a una crisis sistémica en el sector. Además, los supuestos en aquel momento, criticables o no por su consideración de estrés, fueron claros y transparentes. Y la recuperación económica posterior hizo el resto. Por último, la banca norteamericana ya había sufrido buena parte del ajuste anterior a esta prueba. ¿Se cumplen todas estas condiciones en Europa? Dejo la discusión sobre todo ello a otro artículo posterior.
-La financiación de los déficits públicos. De nuevo debo matizar a priori mi opinión: creo que salvo Grecia, para el resto de los países europeos la dificultad de financiación no es tanto en términos de menor colocación como de mayor coste de financiación. Pero esto último puede llegar a ser dramático, tanto para el propio coste de financiación (luego mayor restricción fiscal obligada para compensarlo con vistas al objetivo final de déficit) como también para las posibilidades de financiación del sector privado. O del propio sector público, diferente a la deuda del Estado central. La sostenibilidad a largo plazo de la deuda pública se obtiene con un coste de financiación inferior al crecimiento nominal de la economía. El resto es, como dicen los ingleses, pain.
¿Me ven muy negativo? En absoluto. Realmente ni negativo ni positivo. Sólo pretendo ser racional. El miedo lo es también. Sin embargo, la complacencia y el pánico no lo son tanto. Ser desconfiados siempre es algo loable en situaciones de incertidumbre. Y esto es compatible con la frase de que los "mercados siempre tienen razón". El problema, en mi opinión, es la base de información sobre la que reaccionan. Ahora, como han podido observar en el desarrollo anterior, es muy insuficiente y cuestionable. Sí, veremos.
José Luis Martínez Campuzano. Estratega de Citi en España