El subsidio de paro se estanca
Una de las muchas cosas pendientes en el Congreso es la ampliación de las ayudas a los parados de larga duración. Es algo que el legislativo ha ido aprobando hasta ahora, y que también aceptó en los ochenta, para alargar un subsidio que normalmente dura 26 semanas.
La cámara Baja dio su voto a una extensión más del subsidio pero el Senado no ha ratificado aún y que puede dejar a más de 3.2 millones de personas sin ayudas de ningún tipo a fin de mes. De momento, hace una semana eran 1,7 millones los que se estaban ya sin ella.
Es difícil que de la cámara Alta salga un voto positivo. Los republicanos se oponen porque con la extensión se añaden 30.000 millones de dólares más a la deuda nacional. Los demócratas, por su parte, carecen de mayoría para sacarlo adelante pues recientemente murió un senador y otro está en contra.
Además del coste, algunos conservadores creen que la prestación elimina el incentivo a buscar empleo y eleva el paro. En el think tank de esta línea de pensamiento, Heritage Foundation, citan a Larry Summers participando de esta tesis. Summers, asesor de Barack Obama, dijo esto en 1993 y afirma que no lo mantiene en una crisis como la actual.
Quienes apoyan la aprobación de la ayuda, consideran al subsidio como el más efectivo de los estímulos económicos porque mantiene viva la demanda. No es una teoría a la que se apunten solo los demócratas o economistas como Nouriel Roubini. Mark Zandy, economista de Economy.com y ex asesor del republicano John McCain afirma que cada dólar de esta prestación añade 1,6 dólares a la cadena de producción económica lo que le convierte en un gran multiplicador de la demanda.
La disputa teórica sigue y mientras, millones de personas dejarán de recibir un cheque semanal de 310 dólares (como media).