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Tribuna
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Optimismo sobre Asia

Asia es una región muy heterogénea no sólo económica sino también políticamente, y para citar un ejemplo, basta mencionar a las dos Coreas. No obstante, si revisamos los principales indicadores y las previsiones económicas para China, India, Taiwán, Hong Kong, Corea, Singapur, Malasia, Indonesia, Tailandia, Filipinas y Vietnam -es decir, para los once países a los que normalmente se aglutina bajo el concepto de Asia emergente- advertiremos muchas coincidencias.

En primer lugar está la similitud en el ritmo de crecimiento. Se prevé que todos los países de Asia emergente crezcan este año y el próximo a un ritmo mucho mayor que el de otras regiones; las previsiones apuntan a un rango que va entre el 8% y el 8,5%. Eso sí, este crecimiento variará entre una tasa superior al 10% para China y un ritmo más cercano al 4% para Filipinas y Tailandia. La segunda similitud está en tendencia de los precios y la política monetaria. En todos los países asiáticos excepto Taiwán, el fuerte crecimiento está empujando los precios al alza y la persistencia de las presiones inflacionistas hace prever subidas de tipos de interés a lo largo de 2010.

En tercer lugar y, en parte como corolario de lo anterior, se espera que las divisas asiáticas se revaloricen a lo largo de este año. La cuarta similitud está en la salud de las cuentas públicas. A pesar del gasto que supusieron los cuantiosos programas de estímulo contra la crisis en 2008, se calcula que el déficit fiscal de la mayoría de los países asiáticos se situará por debajo del 3% en 2011. Sólo India, y posiblemente Malasia y Vietnam, se situarán todavía por encima de ese umbral.

La quinta semejanza la encontramos en las cuentas externas. De los once países de Asia emergente, sólo India y Vietnam tienen un déficit por cuenta corriente. El superávit en balanza de pagos se explica porque se trata de una región eminentemente exportadora, a pesar del mayor dinamismo de la demanda interna en los últimos años. En el interior de la región, en lo que constituye un creciente comercio intra-asiático, China juega un papel fundamental y fuera de las fronteras, la Unión Europea es uno de los principales destinos de las exportaciones asiáticas. De ahí que les preocupe la depreciación del euro, la debilidad del crecimiento europeo y el peligro de una burbuja inmobiliaria en China.

Aunque hoy por hoy todos los ojos están puestos en la crisis de crédito europea, el posible riesgo de recalentamiento de China es un tema no menos recurrente. Específicamente, preocupa una involución del sector inmobiliario, el aumento de la deuda de las corporaciones locales chinas y el efecto contractivo que podrían tener nuevas medidas para controlar la inflación. Esos temores son legítimos aunque conviene ponerlos en perspectiva. En relación al sector inmobiliario, el riesgo de un desplome de los precios está limitado por el menor endeudamiento permitido en la compra de viviendas que deben ser adquiridas con un pago al contado de entre 30% y 50%.

En cuanto al fuerte aumento de la deuda de los Gobiernos locales para financiar infraestructura, no hay que olvidar que el crecimiento generado por estas infraestructuras acrecentará los ingresos fiscales y que se dispone de activos públicos, entre ellos cerca del 32% de las acciones de empresas chinas cotizadas, que pueden venderse en caso de necesidad.

Por último, la reciente flexibilización del mercado de cambios y posible revalorización del yuan hará menos necesarias medidas adicionales para controlar la inflación, tales como el alza de los tipos de interés. Además, el objetivo de la política económica china ha evolucionado desde el crecimiento a la redistribución del ingreso, lo que permitirá el aumento del consumo y un mayor equilibrio de la economía.

Así pues, a pesar de los riesgos inherentes a los desequilibrios que puede crear un fuerte ritmo de crecimiento, Asia, con una alta tasa de ahorro y bajo endeudamiento, unas cuentas públicas saneadas, una balanza de pagos equilibrada y abundancia de reservas internacionales presenta un panorama económico muy favorable. ¿Significa esto que en el contexto actual recomendemos invertir en los mercados de capitales de la región, es decir en Bolsa y deuda asiáticas? En principio si, porque tras la corrección de los mercados bursátiles y de crédito globales, las cotizaciones de los mercados asiáticos han quedado en niveles de valoración más atractivos y porque prevemos que la mayoría de las grandes empresas asiáticas seguirán mejorando sus resultados empresariales gracias a la recuperación económica y al avance del comercio mundial.

No obstante, en el momento de invertir en deuda y renta variable asiática, creemos conveniente olvidarnos de las coincidencias entre los países miembros de la región y discriminar entre ellos ya que ni todos se encuentran en la misma fase de aplicación de políticas económicas ni todos se verán igualmente beneficiados por la evolución económica y empresaria global.

Rose Marie Boudeguer Yerkovic. Directora del Departamento de Estudios de Grupo Consulnor

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