Camino de una asistencia profesional
Las nuevas enfermedades crónicas condicionan toda una serie de cuidados que sólo pueden ser cubiertos por centros con una determinada especialización.
La atención a las necesidades de las personas en situación de dependencia constituye hoy, en todos los países desarrollados, uno de los grandes retos de la política social tanto para las Administraciones públicas como para las entidades privadas. El objetivo no es otro que atender a las personas que, por encontrarse en situación de especial vulnerabilidad, requieren apoyos para poder ejercer sus derechos y desarrollar con normalidad las actividades más esenciales de la vida diaria.
Una vez superados los dos años de la puesta en marcha efectiva del sistema para la autonomía y atención a la dependencia (SAAD), el balance a octubre de 2009 indica que son ya más de 650.000 los beneficiarios con derecho reconocido a una prestación, cifra que supone un incremento del 27% con respecto al año anterior.
Estos nuevos dependientes, cuyo perfil medio es el de una mujer mayor de 65 años, demandan atención y servicios más especializados que, en su mayoría, están gestionados por entidades privadas (en un 75% en el caso del sector residencial y en un 95% en el de servicios de ayuda domiciliaria, teleasistencia y centros de día). Todas ellas están estructuradas en unidades de atención especializada que agrupan a los usuarios por niveles de dependencia y necesidades. El auge experimentado por los servicios residenciales viene dado por su condición de recintos que posibilitan una atención integral -alojamiento, manutención y asistencia- a personas cuyo grado de dependencia es tan elevado que imposibilita la permanencia en su domicilio o en su entorno sociofamiliar.
Una de las compañías que ofrece este tipo de servicios es Mapfre Quavitae, que dispone -además de residencias geriátricas y centros de día- de diferentes líneas de actividad para la atención de personas mayores y dependientes, como el servicio de ayuda a domicilio o la teleasistencia domiciliaria. "Ofrecemos un amplio abanico de servicios sociosanitarios específicos que se han ido desarrollando y adaptando a una demanda cada vez más creciente y diversa (rehabilitación, asistencia médica, alzhéimer o grandes dependientes, entre otros). "La mayoría de nuestros centros dispone también de servicios complementarios, como atención psicológica, podología o masaje terapéutico". Mapfre presta además un servicio de teleasistencia a través del cual el usuario puede, con tan sólo pulsar un botón, ponerse en contacto verbal manos libres las 24 horas del día y los 365 días del año con una central atendida por personal específicamente preparado para dar una respuesta adecuada a la incidencia presentada.
El coste medio de los servicios ofrecidos por la compañía varía en función del nivel de dependencia y de las prestaciones solicitadas; no obstante, "para adaptarnos a la demanda actual hemos creado una 'tarifa flexible personalizada', para que el cliente pueda elegir y pagar por lo que requiere", subrayan.
El aumento de la solicitud de este tipo de prestaciones se tradujo durante 2009 en una evolución positiva en todas las áreas de actividad de la entidad, con un crecimiento del 18% en el servicio de ayuda a domicilio, un 12,5% en residencias geriátricas y para personas discapacitadas, un 32,4% en centros de día y un 16,5% en teleasistencia domiciliaria.
Para el grupo Sanyres, la diferencia fundamental con otros recintos para mayores y dependientes radica en la gestión de la parte asistencial de sus centros. "En Sanyres realizamos planes de cuidados individualizados para cada residente, en los que participa todo nuestro equipo de profesionales de forma integral, porque cada situación es diferente y necesita de un tratamiento específico desde todos los ámbitos", explica un portavoz de la firma.
Estos planes se actualizan constantemente y se revisan en periodos de no más de siete días, de tal forma que garantizan la calidad en la atención a la vez que se cuantifican los tiempos y los costes que éstos conllevan. Los planes incluyen, además, todas las actividades diarias necesarias para el cumplimiento de los objetivos establecidos para cada cliente, como una dieta alimenticia adecuada o la prescrita por orden médica, cuidado del aspecto físico-personal, actividades semanales dirigidas a la prevención del deterioro psicofísico o actividades relacionales (visitas de familiares y amigos).
En la actualidad, Sanyres cuenta con tres áreas de actividad: residencias para mayores y centros de día, senior resorts o apartamentos para mayores más independientes, y servicios a domicilio y teleasistencia a través de una sociedad conjunta con Mondial Assistance denominada Atención Integral a la Dependencia (Atide). "Además durante este año ofrecemos una 'tarifa plana', que consiste en que los nuevos clientes pueden seguir disfrutando de los mismos alojamientos y cuidados sin coste adicional por grado de asistencia. Los servicios continuarán siendo los mismos y el cliente se beneficiará de un precio único que no variará aunque cambie su situación de dependencia", puntualizan. Los cuidados individualizados, las valoraciones médicas, de fisioterapia, enfermería o terapia ocupacional continúan garantizadas. Los centros del grupo Sanyres registraron un volumen de negocio de 47,8 millones de euros en 2009, es decir, un 9% más que a finales del año anterior.
Los centros de día para personas dependientes constituyen otro recurso, esta vez, intermedio entre la atención domiciliaria y la atención residencial, para poder ofrecer atención diurna en los días laborables. Estos centros están concebidos para atender a personas con discapacidad con un grado de dependencia elevado, ofreciéndoles la posibilidad de participar en programas diseñados con el objetivo de mantener y, en lo posible, mejorar su autonomía y sociabilidad, pudiendo contar con contenidos recreativos y ocupacionales.
Los centros de día Vitalia funcionan siguiendo el método Hoffmann (desarrollado por su fundadora y registrado en la propiedad intelectual como obra científica), que consiste en ofrecer al paciente todos los servicios que necesita bajo el mismo techo; "lo que en países sajones se denomina focused factories", afirman en la sociedad.
Así, los usuarios son valorados a su llegada por todos los profesionales del centro, que establecerán una terapia individualizada. De este modo, "nuestros usuarios podrán venir de dos a cinco días por semana de lunes a viernes, eligiendo media jornada o jornada completa en función de sus necesidades".
Las prestaciones ofrecidas se estructuran en: estancia y servicios grupales todos los días (sesiones de fisioterapia, terapia ocupacional, servicios médicos y enfermería), cuyas tarifas oscilan desde 250 a 850 euros, dependiendo de la modalidad escogida; transporte como servicio opcional (que se contratará en caso de necesidad y que recogerá al usuario a la hora y en el lugar indicado, sin rutas previamente estipuladas y en vehículos especialmente adaptados), por un precio medio alrededor de 200 euros al mes en función de la distancia del domicilio al centro; y servicios individualizados (ya sean terapéuticos, como los talleres de memoria o psicomotricidad, o de cuidado estético). Los precios parten desde 15 euros la sesión. "El grueso de nuestros usuarios se desglosa en un 85% que acuden al centro de día, un 10% que requieren asistencia a domicilio y, finalmente, sólo un 5% que solicita teleasistencia".
Centros de día
El plan de expansión de los centros de día Vitalia contempla la apertura de diez nuevos centros este año, lo que hará un total de veinte (doce de ellos operativos a cierre de 2010). Su previsión de ventas se sitúa en los tres millones de euros, el triple de la cifra obtenida en 2009.
Colaboración público-privada
Para la Fundación Edad&Vida, que vela por la mejora, promoción y calidad de vida de los mayores, la Ley de Dependencia no sólo tiene un problema de recursos, sino sobre todo de modelo, y es que la escasa coordinación sociosanitaria no permite optimizar los bienes. En este contexto, "la necesidad de la colaboración público-privada se hace más que evidente para la sostenibilidad y gestión eficaz y eficiente del sistema", reconocen.En este sentido, consideran imprescindible la existencia de un marco claro y estable de actuación que aporte confianza a la iniciativa privada para realizar las inversiones necesarias y pueda desarrollarse así una oferta profesional de servicios de atención a la dependencia con calidad, atendiendo a necesidades de asistencia específicas.Asimismo, para garantizar la necesaria colaboración público-privada, estiman conveniente revisar las tarifas de concertación existentes actualmente, ya que en estos momentos no son acordes con el precio real de los servicios y con la calidad ofrecida.