Mantener en un lugar fresco
Aún no es demasiado tarde para detenerse y pensar. La sorpresa de Alemania de prohibir las apuestas contra las finanzas alemanas y la deuda pública europea ha cogido por sorpresa a sus socios de la Unión. El riesgo es que otros Estados miembros se sientan políticamente presionados para imitar a Berlín, por la fragilidad de la necesaria "coordinación" europea.
Michel Barnier, comisario de Mercado Interior de la UE, que dirige los esfuerzos para regular los mercados financieros, ha resistido las medidas populistas defendidas por Alemania y Francia para luchar contra la "especulación". Debe continuar del mismo modo para bloquear el camino de la apisonadora de la prohibición de todo. La regulación de los credit default swaps (CDS) ha sido un tema candente para los Gobiernos de la UE desde el comienzo de la crisis de deuda soberana. Inicialmente, prevalecieron las cabezas frías y el consenso era que cualquier reforma debía ser cuidadosamente sopesada.
Había un amplio consenso sobre la necesidad de que más transparencia para el mercado de CDS. Pero cuando los líderes europeos se dieron cuenta de que había chivos expiatorios, hicieron un llamamiento contra los especuladores junto con sugerencias de prohibir algunas de sus herramientas supuestamente malignas.
La presión para "hacer algo" se volvió particularmente intensa en marzo, cuando los líderes de la UE luchaban por responder convincentemente a la intensificación de la crisis griega.
Barnier ha advertido de que cualquier medida sería más "eficiente" si se coordinara a nivel europeo, y ha hecho un llamamiento a los ministros de Finanzas para discutir el asunto en una reunión prevista esta semana.
Pero por muy corteses que sean sus apariciones, Barnier debe asegurarse de que los socios de Alemania esperen hasta octubre -fecha en la que tenía programada su agenda- antes de que hagan nada. No hay necesidad de acelerar el calendario sólo porque Angela Merkel quiere jugar a Terminatrix en el mundo financiero.
Por Pierre Briançon