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Juan José López Ibor. Responsable del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental de Madrid

"Los trastornos mentales cuestan más que el cáncer y la diabetes"

Fomentar la investigación de estas patologías es el principal reto de la sanidad española, según el doctor López Ibor

Hijo del famoso psiquiatra Juan José López Ibor, este frenópata considera prioritario elevar los recursos destinados a estudiar los trastornos mentales y neurológicos, teniendo en cuenta que suponen una carga económica mayor que el cáncer y la diabetes juntas.

¿España es diferente también en cuanto a las enfermedades mentales?

En términos generales, no. En los últimos 20 años, la salud mental de la mayoría de los países occidentales no ha experimentado variaciones, salvo excepciones. Es el caso de algunos países europeos, como la antigua Unión Soviética o diversos países del Este, donde ha aumentado el índice de suicidios. Y es que el abuso del consumo de drogas y alcohol, que se da en algunos países nórdicos, así como los procesos de transformación bruscos del modelo productivo tienen, entre otras, estas consecuencias. En España, donde existe uno de los más bajos índices de suicidios de Europa, el abuso de sustancias tóxicas, el envejecimiento, el cambio del estilo de vida y la educación, lo que ha traído es un aumento de la violencia entre los adolescentes y la violencia machista.

¿Altera la crisis de alguna manera la salud mental de los españoles?

Hasta ahora no se ha detectado una repercusión significativa en la demanda de asistencia psiquiátrica debido a la crisis (como se esperaba), al igual ocurrió en otras grandes depresiones, donde aumentó no sólo la demanda de asistencia, sino también el índice de suicidios. Y es que nuestra sociedad actualmente tiene un sistema de protección muy poderoso. No es lo mismo quedarse en el paro en la Nueva York de 1929 que aquí y ahora. En la actualidad existe la esperanza de que las cosas cambien. Lo que sí ha aumentado es la demanda de servicios sociales de las ONG.

Según algunos estudios, en España el principal problema de la salud mental es la falta de recursos...

Aunque en los últimos años el panorama de la investigación en España ha cambiado, la realidad es que en estos momentos sólo se destina el 5% de la inversión sanitaria a estudiar estas patologías. Una tasa que debería aumentar, por lo menos hasta el 20%, teniendo en cuenta además que en Europa, según recoge el índice de medición Daly (años de vida productivos perdidos por incapacidad), estas enfermedades representan más de un tercio de los años perdidos por el total de las patologías.

¿Esto quiere decir que es una de las patologías más caras que tiene que sufragar la sanidad pública?

Teniendo en cuenta que además la mortalidad de estos trastornos no es muy alta, estas enfermedades suponen una carga económica mayor que el cáncer y la diabetes juntas. La organización European Brain Council habla de que los trastornos mentales y neurológicos le suponen un coste a Europa de entre 500.000 y 700.000 millones de euros al año, de los que el 62% lo absorben las enfermedades mentales y el 38%, las patologías neurológicas como el alzhéimer o el párkinson.

Y en cuanto a la asistencia, ¿qué pegas tiene el modelo español?

Uno de los principales problemas que hay en España es que cada comunidad autónoma va por su lado. Hay comunidades donde se les otorga más prioridad y recursos, como es el caso del País Vasco, Andalucía, Madrid y Asturias. En Madrid por ejemplo se ha articulado un nuevo Plan de Salud Mental que integrará en un único nivel de asistencia (hospitales) toda la atención destinada a estos pacientes, lo que mejorará el servicio. Antes, la atención estaba dividida entre los niveles de atención primaria, la hospitalaria y la extrahospitalaria.

Programas ad hoc para la depresión y la ansiedad

Hospital de día para trastornos de la personalidad y alteraciones del comportamiento alimentario, unidad de psiquiatría infanto-juvenil, programas especiales como la unidad de depresión y ansiedad, intervención precoz en trastornos psicóticos y de la personalidad son sólo algunos de los programas del Instituto de Psiquiatría, que se han ido incorporando en función de la demanda. Una entidad que en 2009 registró 980 altas hospitalarias, atendió 3.670 urgencias de psiquiatría y tuvo 6.245 estancias en las unidades de hospitales de día con las que cuenta. Asimismo, el centro, que compagina el tratamiento psiquiátrico con la psicología clínica, también dispone de unidades destinadas a tratar enfermedades derivadas de la neuroendocrinología, los trastornos generados en la vejez así como un programa de atención a los enfermos mentales sin hogar, que son tratados incluso en la calle. Este programa de tratamiento a este segmento de población, cada vez mayor debido a la crisis, tiene como particularidad que complementa el tratamiento médico con la atención social para garantizar la continuidad de los cuidados.El trauma psíquico también tiene un lugar destacado en el centro. De hecho, todavía sigue prestando asistencia psiquiátrica y psicológica a los afectados por los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid.

Tendencias. "La mujer aguanta mejor las tragedias"

Las nuevas líneas de investigación científica abundan en determinar los factores protectores que tienen algunas personas para hacer frente a las adversidades y que las preservan de trastornos como el estrés o la depresión.¿Está estudiado por qué las mujeres soportan mejor las tragedias de la vida que los hombres?Porque siempre tienen algo que hacer. Estudios recientes demuestran que la actitud machista de yo puedo con todo, de negar la propia debilidad, no es una buena actitud. Hasta la Segunda Guerra Mundial se pensaba que la naturaleza humana podía soportalo todo, pero se ha demostrado que cualquiera puede sucumbir.Y entre los hombres, ¿por qué unos aguantan las adversidades y otros no? Hay un término, que se ha puesto de moda en psiquiatría en los últimos años, la resiliencia. Un concepto que, en la metalurgia, expresa la propiedad que tienen algunos metales para recuperar la forma tras un impacto. Ahora las líneas de investigación van precisamente en esa dirección, ¿por qué ante una situación extrema de estrés algunos sobreviven y otros sucumben? Se trata de encontrar los factores protectores.¿Cuáles han sido las principales aportaciones de la investigación a la psiquiatría en los últimos años?Hasta el año 2000, la prioridad era definir mejor las patologías y crear un lenguaje común de los psiquiatras. Ahora, la prioridad es buscar lo que hay debajo. Esto exige la investigación en neurociencia. Esta disciplina permite desvelar los mecanismos biológicos que subyacen a los procesos psicológicos y sociales, y cómo éstos, a su vez, influyen en los biológicos. Gracias a técnicas como la neuromedicina, neuroquímica o la neuroendocrinología, ahora es posible ver cómo un cerebro construye una alucinación, el delirio o los episodios de violencia.

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