Las desinversiones de Ferrovial en Chile se retrasan por el terremoto
Ferrovial va a tardar más de lo esperado en contabilizar en sus cuentas el traspaso del 60% de Cintra Chile, operadora de cinco tramos de autopista entre Santiago y Río Bueno. El cierre del acuerdo, valorado en 860 millones, estaba previsto para abril, pero la colombiana ISA lo ha aplazado por el impacto del terremoto del 27 de febrero. Los daños, según la compradora, ascienden a unos 150 millones de dólares.
Noviembre de 2008: Cintra encarga a Santander y BNP la venta de sus cinco autopistas en Chile, 907 kilómetros entre Santiago y Río Bueno. La operación supone la salida de la española de uno de sus mercados de referencia.
29 de diciembre de 2009: Cintra, fusionada ya con Ferrovial, comunica a la CNMV el acuerdo con la colombiana ISA para el traspaso del 60% de Cintra Chile, subsidiaria que engloba los activos. La empresa que preside Rafael del Pino declara que la transacción asciende a 209 millones más el 60% de los 1.085 millones de euros que la subsidiaria declara como deuda. Total: 860 millones. Pero está por llegar un problema.
27 de febrero de 2010: un terremoto asuela Chile, causa daños en las autopistas de Ferrovial por unos 150 millones de dólares (110,43 millones de euros) y arroja dudas sobre la operación, que ahora tratan de despejar ambas las empresas, las aseguradoras y el propio Gobierno de Chile.
La desinversión se explicó desde la lógica de la rotación de activos y la amortización de deuda de Ferrovial. Se presentaba complicada precisamente por el abultado pasivo financiero, la madurez de las autopistas y el entorno de crisis. Lo que no esperaba la española es que, una vez captado el comprador, el lamentable siniestro iba a ralentizar su deseo de hacer caja.
La materialización de la venta tiene visos de aplazarse hasta finales del ejercicio, según fuentes cercanas a la misma. ISA pretendía hacerse con el control de la sociedad en abril, guardándose la opción de alcanzar el 100% de Cintra Chile. Pero la entrada en juego de las aseguradoras, el pago de la franquicia que Cintra acordó con ellas y la propia reconstrucción de las carreteras son objeto de actual conversación.
la opción de alcanzar el 100% de Cintra Chile. Pero la entrada en juego de las aseguradoras, el pago de la franquicia que Cintra acordó con ellas y la propia reconstrucción de las carreteras son objeto de actual conversación.
El grupo de la familia Del Pino tiene por norma cubrir los riesgos por los daños que puedan sufrir sus activos concesionarios, así como la posible pérdida de beneficios derivada de catástrofes naturales. Por ello, comentan desde Ferrovial, "afrontamos las negociaciones con tranquilidad y con un contrato en la mano".
Tanto la aseguradora Liberty como la reaseguradora Allianz están sobre el terreno evaluando los daños y coberturas. Fuentes cercanas a estos agentes financieros explican que el beneficiario de las pólizas es el Estado chileno, que es quien debería afrontar el coste de las reparaciones. Una baza que juega Ferrovial para rebajar posibles tensiones con ISA es que sus cinco activos chilenos gozan de un mecanismo de distribución de ingresos que actúa cuando las autopistas sufren una caída en la facturación esperada. Esto supone que la concesionaria recibiría una ampliación del plazo de explotación en caso de que el terremoto y la posterior remodelación afectaran a la rentabilidad.
La agencia de calificación Fitch ha mantenido sin cambios el riesgo crediticio de ISA tras el terremoto de Chile. El equipo de Fitch estima que "los daños producidos por el siniestro son muy inferiores a las coberturas contratadas y suscritas en las pólizas de seguros para cubrir este tipo de eventos". Y añade que los citados seguros cubren tanto el daño sufrido por las infraestructuras como el efecto del lucro cesante.
La apuesta por Cintra Chile marca la entrada del conglomerado colombiano de energía y telecomunicaciones ISA en el sector de las concesiones de infraestructuras. A los 906 kilómetros que operará en ese mercado se suman otros 1.250 kilómetros ganados en su país. Todo un actor emergente cuyas previsiones pasan por generar el 20% de las ventas en 2016 en campos ajenos al transporte de energía eléctrica. De esa incipiente facturación, un 80% debería recolectarse fuera de Colombia.