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Inversión en fondos monetarios

Monetarios, poco rentables pero seguros

La rentabilidad esperada de los fondos sin riesgo sólo mejorará cuando el BCE retire los estímulos.

El Tesoro aprovecha la tregua para colocar más deuda
El Tesoro aprovecha la tregua para colocar más deuda

La comparación entre depósitos y fondos monetarios es inevitable, por cuanto ambos vehículos de ahorro tienen un riesgo muy limitado. Ahora, al hacer la comparativa sobre las rentabilidades de ambos productos, hay que tener en cuenta que las rentabilidades que muestran los monetarios son pasadas, en tanto que las que ofrecen los depósitos son a futuro. Así que al calibrar qué es más aconsejable, desde un punto de vista estrictamente de rentabilidad, hay que fijarse, no en lo que han hecho los monetarios en los últimos meses, sino en lo que se puede esperar de ellos en los próximos.

Los fondos monetarios deben invertir, según la normativa, en activos de renta fija con una duración media inferior a seis meses; es decir, lo que tarda un inversor en recuperar lo invertido a través de la evolución del precio y del pago de cupones. Las emisiones en que invierten, además, no pueden tener una calificación crediticia inferior a A2 según la agencia Standard & Poor's, lo que significa que invierten en emisiones públicas y privadas de elevada calidad. "Los fondos monetarios españoles tienen limites muy importantes de calidad crediticia y liquidez" y eso limita mucho las opciones en cartera", señala Víctor Alvargonzález, director general de Profim.

La evolución de los fondos monetarios al hilo de la crisis ha sido muy pobre. La rentabilidad media en los últimos 12 meses ha sido del 0,8%, debido a los bajos niveles a los que se encuentran los tipos oficiales en la zona euro, en el 1%, así como a las políticas de estímulo monetarios aplicadas por el Banco Central Europeo (BCE). "Los tipos del BCE suponen un mínimo y la curva de tipos evolución de los tipos según los plazos normalmente está por encima", explica âscar del Diego, director de Inversiones de Ibercaja gestión. "Pero ahora la curva está por debajo, porque el efecto de los estímulos provoca una situación de tipos casi al 0%. Hasta que el BCE no retire los estímulos monetarios no veremos mejoras en los rendimientos", añade.

Por poner un ejemplo, en la curva de tipos española, la letra a 12 meses rinde en estos momentos un 0,77%, por debajo del 1% de los tipos oficiales del BCE al mismo plazo. En la curva de swaps de deuda -derivados para el intercambio de tipos de interés que se usan como referencia para fijar el precio de muchas emisiones de bonos- el tipo de interés a tres meses está en el 1,2%. No obstante, ésta curva es referencia más para la deuda a largo que a corto plazo. Otra referencia, el euríbor a tres meses -el tipo medio al que se prestan los bancos a ese plazo- se encuentra en el 0,66%, mientras que a un plazo de 12 meses tiene un tipo del 1,22%.

En resumen, los rendimientos que ofrece el activo monetario es muy bajo. "No hay mucho que ganar, pero hay que tener en cuenta que la inflación es muy baja", afirma Félix López, director de inversiones de Atlas Capital Gestión. La inflación interanual de enero se situó en el 1%, lo que significa que la rentabilidad real media de los fondos monetarios ha sido levemente negativa, del -0,2%.

¿Se puede esperar una mejoría de las rentabilidades para los próximos meses? Los expertos consideran que un buen monetario puede rendir este año en torno al 1%.

"Tomando como referencia la curva de tipos podemos ver cuánto está descontando el mercado que se moverán los tipos en el futuro", señala Enrique Borrajeros, socio de Abante Asesores. Es lo que se conoce como tipos implícitos, es decir, qué espera el mercado que se pagará, por ejemplo, por la letra a tres meses dentro de seis meses. Este ejercicio muestra que el mercado descuenta unos tipos a tres meses del 0,57% dentro de seis meses -frente al 0,37% actual- y del 0,87% dentro de 12 meses.

"El mercado monetario va a estar deprimido, en términos de rentabilidad, al menos 12 o 18 meses", continúa Félix López. "La parte buena es que los rendimientos están en mínimos y sólo pueden ir hacia arriba. Pero la parte mala es que no esperamos subidas de tipos hasta 2011. La seguridad tiene un precio y el precio es que no hay rentabilidad", concluye.

¿Activo sin riesgo en pérdidas?

La crisis ha puesto de manifiesto que el activo sin riesgo puede no ser tan seguro. La crisis de liquidez y la de crédito posterior puso en una situación difícil a muchos fondos monetarios, que se vieron incapaces de deshacer posiciones en emisiones de empresas con problemas. Muchos asumían más riesgo del que debían.El año pasado la CNMV introdujo varios cambios en la clasificación de los fondos de inversión para que los monetarios sean realmente fondos con un riesgo mínimo. Hoy en día, un monetario no puede tener exposición a renta variable, riesgo divisa ni deuda subordinada. La duración media de la cartera debe ser inferior a seis meses y no puede tener en cartera emisiones con calificación crediticia inferior a A2, riesgo mínimo de impago.Paralelamente, la CNMV cambió el método de valoración de la cartera de los fondos monetarios. Antes, un activo monetario se valoraba a través de la suma del precio de adquisición más el cupón corrido, es decir, la parte proporcional del cupón que debe pagar el emisor según el tiempo transcurrido desde el pago del último cupón, pero que aún no ha liquidado.Desde hace unos meses, los activos monetarios en cartera se valoran a precio de mercado. Es decir, que si suben los tipos bajará el precio y al revés. Y esta nueva metodología puede provocar situaciones en las que la cartera de un fondo monetario arroje pérdidas por la depreciación de los activos en cartera. Algo impensable anteriormente, salvo que la comisión de gestión fuera más elevada que el rendimiento del fondo.Aun así, el monetario es un mercado poco volátil, salvo situaciones extremas como fue la quiebra de Lehman Brothers. Por poner un ejemplo, el tensionamiento de la deuda española con motivo de la crisis de Grecia ha afectado al rendimiento del bono a largo plazo, pero apenas se ha notado en las emisiones inferiores a un año.

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