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Columna
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Decepcionados por Société Générale

Decepción entre los inversores. Société Générale ha presentado un beneficio neto de 678 millones de euros en 2009, mejor de lo esperado, y después perdió más de 1.500 millones de euros en capitalización de mercado. La amortización de 1.400 millones de activos tóxicos son un doloroso recordatorio de que la otrora glamurosa Société Générale ha quedado marcada por la crisis.

El presidente y consejero delegado, Frederic Oudea, cree que puede mirar los próximos meses con confianza. Pero la única forma de hacerlo es ver lo que ocurrió en 2009, cuando el pollo volvió al corral. Société Générale está pagando tanto el precio de la adicción pasada al riesgo como lo que pueda deparar el futuro -unos 9.000 millones de euros en amortizaciones de activos no líquidos adquiridos entre 2005 y 2007 y las provisiones concernientes a la depresión económica en Francia y Europa central-.

Pero hay motivos para pensar que los inversores están castigando demasiado a Société Générale. La división de banca corporativa y de inversión, que ha sido la fuente de la mayoría de los problemas, está mostrando un buen comportamiento en una reestructuración seria. El contexto de liquidez abundante y barata del pasado año, ayudó. Pero las ganancias cinco veces superiores a las de 2008 muestran que la entidad debe haber estado haciendo algo bien. El banco ha mantenido el liderazgo en derivados sobre acciones, ha ampliado su posición en renta fija y ha crecido en el negocio de asesoramiento. Está claro que Société Générale no está fuera de juego.

Oudea ha aislado los activos tóxicos, que está intentando amortizar o vender. Un impacto mayor debe ser residual. Las cicatrices todavía son visibles, pero las bases de la recuperación están asentadas.

Pierre Briançon

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