No hay salida fácil para BT
BT debería sobrellevar su déficit de pensiones. El plan a 17 años del operador británico de telecomunicaciones para tapar su agujero financiero de 9.000 millones de libras, de un programa total de 34.000 millones, pesa sobre las acciones, después de que BT reconociera su déficit en febrero. El grupo, sin embargo, podría tapar el agujero -casi tan grande como su capitalización de mercado- más rápido. La solución no es barata, pero reducir la incertidumbre podría valer el esfuerzo.
El plan actual consiste en que BT pague 525 millones de libras en 2011, para después incrementar la inyección anual hasta los 533 millones de libras en términos reales para los próximos 14 años. El dividendo permanece asequible con BT generando un cash flow anual de 1.700 millones de libras, según Collins Stewart.
En el papel, el plan tiene sentido. Los administradores respaldan los planes de pensiones de BT. Pero mientras que el regulador esté descontento, la cuestión supondrá un obstáculo para muchos inversores, algo especialmente perjudicial en un momento en el que el rendimiento operativo del grupo se recupera.
Una estrategia para abordar el déficit de 10 años podría satisfacer al regulador. Una forma de hacerlo sería doblar el tamaño de las contribuciones anuales para las pensiones desde este año en adelante en alrededor de 1.050 millones. BT tendría probablemente que recortar su dividendo anual, debido al coste de los 530 millones para 2009/2010, o aceptar una reducción de su rating de crédito.
Otra idea, discutible para el consultor de pensiones John Ralfe, es copiarle el truco a Marks & Spencer. La cadena británica de grandes almacenes emitió bonos para reducir su déficit de pensiones en 2004. Algo que suena a sustituir una deuda por otra. Pero las exenciones de impuestos se traducirían en financiación para una inyección de 4.000 millones para las pensiones con sólo una emisión de bonos de 2.800 millones. Los compromisos existentes de pensiones se cubrirían durante una década. Los bonos incrementarían los costes financieros de BT, pero los dividendos y el rating de crédito estarían a salvo. Una decisión difícil, aunque si BT quiere parecer un operador de telecomunicaciones con un fondo de pensiones y no lo contrario, debería buscar rápido cómo taponar el déficit.
Una Galani