Emergentes subestimados
Los mercados en desarrollo siguen siendo una opción para los inversores
Haciendo uso de una famosa expresión errónea del ex presidente de los Estados Unidos George W. Bush, dos gestores de Hexam Capital, una gestora de fondos especializada en emergentes perteneciente al grupo gestor Ignis AM, titulan un libro recientemente publicado como missunderestimated, expresión inventada por señor Bush en el año 2000 con la que proclamaba que la población le subestimaba mucho. En español lo podríamos traducir como "infrasubestimar".
En este libro los autores defienden que los inversores en general están subestimando en gran medida y con consecuencias dolorosas para el resultado de sus inversiones el transcendental cambio que esta teniendo lugar en el escenario económico global. Este cambio no es otro que el fenomenal desarrollo económico de buena parte de los países emergentes en las dos últimas décadas, que según los autores y muchos otros analistas va a conducir a un cambio radical en el balance de poder mundial en los próximos años.
Si echamos la vista atrás en términos de rentabilidad de los mercados emergentes el tema admite poca discusión. La cantidad de datos a favor de las inversiones emergentes es abrumadora y como botón de muestra les proporciono en el gráfico central el comportamiento de los fondos que invierten en renta variable emergente global, renta variable china y renta variable europea.
Uno de los principales puntos del libro es que los inversores de países desarrollados, que somos los que seguimos teniendo la inmensa mayoría del ahorro privado mundial, estamos asignando a la Bolsa y deuda emergente un peso ridículo dentro de nuestras carteras de inversión. La crítica es especialmente relevante con el sector profesional e institucional ya que se les presupone un conocimiento y visión amplios de los mercados financieros que les debería haber conducido a incrementar la exposición a emergentes. Los autores estiman que la asignación a emergentes media en las carteras institucionales es del 6% y ven poca justificación para no aumentarla.
Uno de los sectores más afectados y a la vez más adecuados serían los fondos de pensiones. Por un lado, las bajas rentabilidades de los mercados desarrollados están llevando a un déficit de capitalización en los mismos, y por otro lado su vocación de largo plazo hace menos relevante las fuertes oscilaciones que llevan aparejadas las inversiones emergentes en plazos cortos. Precisamente ésta es una de las características que más se suelen criticar de los valores emergentes y los autores del libro aceptan esta evidencia que achacan a los bajos niveles de liquidez de estos mercados. En efecto la capitalización de estos mercados en términos absolutos y relativos (con respecto a su PIB por ejemplo) son reducidos, por lo que cuando se extiende el pánico en los mercados como en el 2008 y una gran cantidad de inversores quieren salir de los mismos, las caídas se retroalimentan con facilidad.
Aunque el libro es interesante, en mi opinión se centra en demasía en una profusión de datos socios económicos históricos recientes. Al final del día lo que los inversores quieren saber es si las rentabilidades de los últimos diez años tienen una elevada probabilidad de repetirse en los próximos diez años. El libro y muchos analistas que defienden los emergentes suelen omitir un asunto clave como es que los conflictos sociales y políticos van asociados al desarrollo económico en regímenes autoritarios. No se puede olvidar que el país líder y clave en el desarrollo emergente, China, tiene establecido un fuerte régimen autoritario donde la corrupción es endémica y los conflictos regionales y étnicos son evidentes y aplastados por el momento.
Haciendo un repaso histórico del desarrollo económico de países con regímenes autoritarios sólo encuentro dos que hayan conseguido alcanzar elevados niveles de renta sin haber caído antes en el caos y en revoluciones políticas. Estos son España y Corea del Sur. En mi opinión, éste es un punto que debiera hacer pensar y elevar el nivel de prudencia en los fans de los emergentes.
Otro es el comportamiento económico de los países desarrollados. EE UU es la primera potencial mundial con gran diferencia y contrariamente a algunas previsiones probablemente lo seguirá siendo por bastantes décadas más. La próxima década posiblemente traiga unos crecimientos del PIB más modestos y como apunta el Director de Inversiones de Blackrock es razonable pensar que experimentemos recesiones más frecuentes aunque no sea tan severas como esta pasada. Realmente, si Estados Unidos y Europa no tiran, difícilmente los países emergentes serán capaces de desarrollar su crecimiento potencial. El precio de las materias primas probablemente también se deprima. Todo esto puede generar conflicto con su reflejo negativo en los activos emergentes.
Juan Manuel Vicente. Director de análisis de Lipper
La mejor elección, diversificar
-En nuestra asignación de activos a emergentes la diversificación tiene más sentido que en cualquier otra inversión.-Los factores que apoyan el crecimiento y las mismas rentabilidades son enormemente dispares entre los diferentes países.-Además, las oscilaciones son de un calibre tan elevado que la diversificación nos permite compensar minusvalías importantes que puedan producirse en alguna de las inversiones.-Los fondos de inversión son idóneos para implantar la diversificación sin renunciar a decisiones de gestión activas entre países y regiones.