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Tribuna
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Reformar el sistema para jubilarse a los 70

La esperanza de vida de los españoles supera los 80 años. En los años cuarenta, cuando se fijó la edad de jubilación en los 65 años, la esperanza de vida era de 50,10 años. No parece lógico mantener la edad de jubilación en los 65 años, máxime cuando las personas alcanzan dicha edad con mejor salud que hace unas décadas.

Una de las funciones del derecho positivo es regular los sistemas económicos y de protección social, así como adaptar sus normas a la realidad social y a las necesidades de las personas. Sin embargo, la edad de jubilación permanece inamovible.

En un país autocomplaciente y en el que la ambición de los líderes por mantenerse en el cargo prima al ejercicio de su responsabilidad, las reformas de temas sensibles se esconden en el cajón. Pero, tarde o temprano, habrá que reformar los requisitos de acceso a la jubilación. Porque hay algunos datos inquietantes que una interesada interpretación subjetiva no puede refutar. En el año 1990 los mayores de 65 años suponían el 5 % de la población total.

En 2025 rozarán el 25%. Pero es que, en la actualidad, casi el 47% de las nuevas altas por jubilación en España corresponden a jubilaciones anticipadas. De hecho, la edad media real de jubilación en nuestro país se sitúa en los 63,4 años. Con los actuales datos, en 2025 la tasa de personas inactivas sobre la población entre 15 y 64 años será del 33,6% y del 67,50% en el año 2050.

El 67% de las pensiones del sistema de Seguridad Social español son de jubilación. La pensión media española de jubilación supone el 81 % del último salario, frente al 57 % de media de los países europeos, probablemente porque en la mayoría de países europeos se tiene en cuenta para calcular las pensiones las bases de cotización de toda o gran parte de la vida laboral, mientras que en España se tienen en cuenta los últimos 15 años. El gasto anual en pensiones de jubilación, tomando como referencia mayo de 2009, es de 51.348 millones de euros (el gasto total en pensiones es de 76.860 millones de euros). Por su parte, el fondo de reserva de la Seguridad Social acumulado a 13 de mayo de 2009 es de 58.593 millones de euros. Aunque la cifra es importante, parece claro que el fondo de reserva no puede resolver, a largo plazo, los problemas de financiación del sistema.

Es, pues, razonable elevar la edad de jubilación hasta los 70 años y la edad de jubilación anticipada hasta los 65 años, salvo para aquellas actividades de mayor desgaste físico. Es también más lógico elevar los años de referencia para el cálculo de la base reguladora de la pensión de jubilación de los 15 hasta los 30 años. Finalmente, es preciso que la Administración impulse, y las empresas comprendan, que la jubilación parcial puede ser un buen instrumento para que las organizaciones no se desprendan de talento y para evitar el desplome de la autoestima de trabajadores válidos arrojados a la jubilación.

Y que no piense el líder que impulse estas reformas que es merecedor de un homenaje similar al dedicado por Walt Whitman a Abraham Lincoln en su célebre poema. Abordar estas reformas es un ejercicio de responsabilidad y de sentido común, por el que no cabe esperar escuchar frases como: "¡Oh, capitán!, ¡mi capitán!, levántate y escucha las campanas, levántate, por ti se ha izado la bandera, por ti vibra el clarín, por ti ramilletes y guirnaldas con cintas, para ti multitudes en las playas, por ti clama la muchedumbre...".

Jordi Costa. Profesor de EADA

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