El Ibex responde con una caída del 2,27% a la amenaza de S&P
El Ibex perdió ayer el 2,27% después de que S&P cambiara la perspectiva de la deuda española de estable a negativa. El temor a una nueva rebaja de rating también agitó el mercado de deuda.
Esta vez los inversores españoles sintieron de cerca la advertencia sobre la debilidad de su economía. S&P comunicó a media tarde que bajaba la perspectiva de la deuda soberana de estable a negativa. Deja el rating a largo plazo en AA+ y en A-1 el de corto, pero el mercado teme que recorte la calificación al igual que hizo en enero pasado, cuando tenía triple A.
El Ibex se desmarcó del resto de los principales índices; perdió el 2,27%, hasta los 11.541,20 puntos, el doble que el Euro Stoxx 50 (1,09%). Los grandes bancos fueron los más perjudicados, Santander y BBVA cayeron el 3,65% y 3,73%, siendo la peor jornada para ambos desde mayo.
La amenaza de S&P, de todos modos, salpicó al resto de las Bolsas con menos virulencia que el recorte, un día antes del rating de Grecia por parte de Fitch o los problemas del fondo soberano Dubai World. Índices como el Dax o el Cac bajaron el 0,72% y 0,74%, respectivamente.
La Bolsa de Grecia siguió en terreno negativo y al descenso del 6% de la jornada anterior se sumó otro del 3,36%, con el sector bancario sufriendo caídas del orden del 7% y el 8%. "Todas las amenazas que estaban latentes en los mercados necesitaban un catalizador para que los inversores pusieran los pies en el suelo, y eso se acaba de producir", comenta Mercedes Camacho, de IGF. El nuevo foco de incertidumbre para las Bolsas volvió a agitar los mercados de deuda. El diferencial del bono a 10 años español se elevó en la última sesión hasta 69 puntos básicos, o un 0,69%, sobre el alemán. Un día antes dicho diferencial era de 61 puntos básicos, y hace un mes, de 53. Se ha vuelto a los niveles de marzo pasado, pero aún se está lejos del peor momento de la crisis, cuando el diferencial alcanzó los 160 puntos básicos.
La brecha también sigue ampliándose entre la deuda griega y alemana, pasando de los 220 a los 247 puntos básicos, o 2,47%. Por su parte, Portugal, Irlanda o Italia mantienen una distancia del 0,78%, 1,9% y 0,89%, con respecto al activo germano.
Las primas de riesgo sufrieron asimismo un ligero repunte. Los CDS (Credit Default Swaps), que miden el coste del seguro por cubrirse ante el riesgo de un posible impago, sobre la deuda española se han disparado por encima de los 90 puntos básicos, cuando en agosto se encontraba en 55. De esta forma, para protegerse de la quiebra de una cartera de 10 millones en bonos españoles al inversor le costaría más de 90.000 euros al año. "Hay algunos elementos que preocupan. Uno de ellos es la ampliación del diferencial con la deuda alemana y la implicación que puede tener en los bonos corporativos", explica Alberto Roldán, responsable de análisis de Inverseguros. La deuda soberana española es la referencia para las emisiones de bancos y empresas, de modo que la subida de los intereses que se exige al Tesoro se traslada a las empresas.
De cualquier forma, ha sorprendido en parte la magnitud con la que se ha reaccionado a las últimas noticias. "Que los gobiernos estaban muy endeudados era algo que se sabía cuando el mercado estaba haciendo rally", manifestaba ayer José Luis Cárpatos en su página web serenitymarkets.com.
Mientras, Wall Street siguió por su senda particular y cerró al alza. El Dow Jones mejoró el 0,50%, y el S&P y el Nasdaq, el 0,37% y 0,49%.