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Debate de la regulación financiera

Regulación en la banca, la reforma más controvertida

La propuesta del secretario del Tesoro, recibida con frialdad en el Congreso.

No hay que irse a los pasillos de los centros de poder de Washington para ver las chispas que levanta el debate de la regulación financiera. La controversia que esta propuesta legislativa genera fue ayer evidente en el comité de la Cámara de Representantes ante el que comparecieron, entre otros, Tim Geithner y Sheila Bair, secretario del Tesoro y presidenta del Fondo de Garantía de Depósitos (FDIC). Ambos mostraron el desacuerdo que hay incluso entre ellos, dos autoridades del mismo Gobierno.

La mayor parte de los legisladores recibió con fuertes críticas y desconfianza a Geithner y a la propuesta que éste y el presidente del Comité de finanzas de esta cámara, Barney Frank, habían acordado para afrontar el crucial problema que presentan las firmas consideradas "demasiado grandes para caer". El secretario del tesoro apenas pudo contener su frustración.

Frank y Geithner apuestan por ampliar el poder del Estado y la Fed a la hora de atajar el riesgo sistémico generado por una entidad grande y que incluye una posible toma de control con la que se desmantele ordenadamente la entidad. Dar más poder al Gobierno es algo que no sienta bien a los republicanos.

Según Geithner, los costes de la caída de una institución los tienen que sufrir los accionistas, bonistas y acreedores y no los contribuyentes, como ha ocurrido en esta crisis. Además, los competidores de la entidad afectada, todas aquellas que tengan más de 10.000 millones de dólares en activos, tendrían que pagar una comisión para correr con los gastos. Entre otras cosas, Washington crearía un consejo de reguladores para hacer seguimiento de la situación de estas firmas.

La reforma fue criticada por Bair que se opone a que el consejo de supervisores no tuviera más autoridad y además estuviera liderado por el Tesoro en vez de alguien independiente. El mayor desacuerdo con Geithner es se refiere al fondo que se les pediría a las entidades financieras grandes. Bair quiere modelarlo al estilo de la FDIC. Geithner discrepa y cree que eso generaría una idea de falsa seguridad.

Un largo trámite parlamentario

Barack Obama ha pedido una rápida aprobación de la propuesta de la reforma financiera, un paquete legislativo que afronta el problema de las entidades que presentan riesgos sistémicos, establece una agencia de protección a consumidores, regula el mercado de derivados OTC, cambia las reglas del juego para las agencias de crédito y amplía la supervisión a hedge funds. Pero no será fácil.Si algo dejó claro la sesión de ayer es que hay mucho desconcierto entre los legisladores y desconfianza debido a las acciones, iniciadas en la etapa de George Bush, para rescatar al sistema financiero y a GM. El texto de la reforma tiene que ser votado en comité, quizá la semana que viene, antes de llevarse al pleno de la cámara de Representantes. Luego le aguarda el siempre más lento paso por el Senado.

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