Un motor para la innovación y el empleo
Los parques tecnológicos y científicos de las universidades impulsan la creación de empresas y ponen en valor la I+D+i
El pasado mes de julio, José Antonio Llopis, ingeniero de telecomunicaciones, valenciano, de 27 años, recibió una gran noticia: el Parque Científico de la Universidad de Valencia admitía en su campus a la empresa Nubesis, de la que es fundador, dedicada a comercializar una plataforma de cita previa orientada a servicios médicos y estéticos, entre otros. "Formar parte de un parque científico implica muchas ventajas, como disfrutar de apoyo logístico, de buenas infraestructuras y estar, sobre todo, con una importante fuente de conocimiento como es la universidad, que a la vez nos abastece de profesionales", relata Llopis, a la espera de incorporar a filas a dos becarios de la Facultad de Informática
Porque poner en valor la investigación, el desarrollo y la innovación, la I+D+i, y transferir conocimiento a la sociedad es el objetivo prioritario de los parques tecnológicos y científicos nacidos al calor de los campus españoles. La universidad y el mundo de la empresa, de la mano. "Somos un crisol, un punto de contacto con la empresa. No se trata de que una empresa encuentre a un socio tecnológico en la universidad, sino que se está codo con codo, se toma café, se discuten los problemas que aparecen, somos catalizadores y dinamizadores del conocimiento", afirma Juan Antonio Roca, director del Parque Científico de la Universidad de Valencia. Un paraguas de gran ayuda, especialmente para las pequeñas y medianas empresas, en cuanto a emplazamiento físico e infraestructuras.
La creación de nuevas empresas de base tecnológica es una prioridad, por ejemplo, para la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), con un Parque Tecnológico y Científico consolidado y repartido en tres sedes en la Comunidad de Madrid, que nació con la idea de reforzar el sector empresarial a través de la investigación y el desarrollo. En los últimos años se han creado más de 56 empresas. A lo largo de este ejercicio, en el campus de la UPM se han recibido 266 ideas de negocios, de las cuales, según cuenta el vicerrector de investigación del citado campus, Gonzalo León, esperan que fructifiquen una veintena de ellas. "Nuestra obsesión es apoyar la creación de nuevos centros de I+D+i, propios o en alianza con otros organismos públicos o privados".
Hay 30 universidades implicadas en el desarrollo de parques científicos
En España, la iniciativa de los parques tecnológicos y científicos es relativamente joven, tiene entre 15 y 20 años de vida. El concepto está ligado a Silicon Valley, al norte de California (Estados Unidos), que nació en los años sesenta y el desarrollo tecnológico supuso la creación de más de 200.000 puestos de trabajo en compañías del citado sector. En el éxito de este fenómeno empresarial intervino, además de la ubicación, la cercanía con la Universidad de Stanford, que arropó la creación de un parque industrial en sus instalaciones, con la apertura de empresas apadrinadas por docentes y antiguos alumnos. Por ejemplo, Google es una empresa spin off (se conoce así a las compañías que nacen en el seno de otra empresa o institución) de la Universidad de Stanford. La iniciativa de los parques se fue extendiendo por los alrededores de Silicon Valley, con la creación de otros centros tecnológicos. Pero, además, se contó con una ayuda excepcional para favorecer la financiación de las empresas: el capital riesgo. "También hay que contar con las líneas de apoyo del Gobierno de Estados Unidos a los parques científicos, que ayudó a que este tipo de iniciativas maduraran", señala Francisco Tomás, rector de la Universidad de Valencia.
Según datos de la Asociación de Parques Científicos y Tecnológicos de España (APTE), en la actualidad hay más de 30 universidades implicadas en el desarrollo de parques científicos que, junto con los parques tecnológicos operativos o en creación, suman un total de 80 parques repartidos por las 17 comunidades autónomas. æpermil;stos acogen a más de 4.592 empresas que generan 127.000 puestos de trabajo directos o indirectos. El empleo que se genera es altamente cualificado, "destaca más por su calidad que por la cantidad de puestos que se crean, pero se requiere a profesionales muy bien formados, sobre todo ingenieros, que aportan valor a las empresas que se crean y a las que se ofrece apoyo", afirma Gonzalo León. También es una forma de ofrecer una proyección profesional a los graduados. "Se aprende a tomar decisiones, a gestionar, además de los conocimientos adquiridos durante la carrera", matiza el vicerrector de investigación de la UPM.
Además, estas empresas facturan unos 18.323 millones de euros. Los sectores de actividad más importantes en los parques son los de medicina de la salud, la aeronáutica y automoción. Sin embargo, el sector que aglutina al mayor número de empresas en los parques que forman parte de la APTE es el de la información, informática y telecomunicaciones. "Nuestro país necesita de este tipo de iniciativas para hacer los cambios que se requieren en el siglo XXI, que apunta a la sociedad del conocimiento", afirma el rector Tomás, quien añade que la universidad española tiene asumido cuál es su papel en cuanto a la generación y transmisión de conocimiento. Y uno de los vehículos son los parques tecnológicos y científicos, donde se reúnen físicamente investigadores y empresarios. "Se promueven ideas e iniciativas nuevas, pero además se anima a los universitarios, a través de las cátedras de cultura empresarial, a desarrollar iniciativas empresariales, de manera que además de empleados puedan ser empresarios", señala el rector de la Universidad de Valencia.
Porque ser empresario no es tarea fácil. Bien lo sabe José Antonio Llopis, creador de Nubesis: "Es muy diferente tener una idea sobre el papel a desarrollarla. Cuando creas una empresa surgen muchas dudas sobre todo tipo de temas, como pueden ser asuntos jurídicos, de personal, y es ahí cuando necesitamos ayuda y apoyo para poder sacar adelante el proyecto".
Este empresario es firme partidario de que la universidad se relacione cada vez de forma más intensa con el mundo empresarial, "no puede haber un abismo entre ambos porque se necesitan, sobre todo las empresas necesitan cada vez ser más innovadoras y en las universidades se genera mucha investigación y conocimiento". El futuro de los parques es prometedor, "deben ir a más, pero tampoco deben morir de éxito", advierte Juan Antonio Raga. Y aclara que no son la panacea, pero tienen una gran utilidad.
Gonzalo León. Vicerrector de investigación de la UPM: "Abordamos la investigación de una manera critica"
El Parque Tecnológico y Científico de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) nace con el objetivo de dinamizar la actividad de I+D+i del campus mediante la creación y localización de nuevos centros de investigación, desarrollo e innovación, viveros de empresas y laboratorios especializados con el apoyo y participación de entidades públicas y privadas.Los objetivos, según resume Gonzalo León, son facilitar la transferencia de conocimientos a los sectores productivos de la sociedad, con el objetivo de construir un marco de referencia en ciencia y tecnología en el que interactúen de forma estrecha el mundo académico y el sector productivo. También prevé la fundación y financiación de spin offs, mediante la creación de viveros de empresas. Precisamente, la Politécnica de Madrid, con su Parque UPM, forma parte de las 15 universidades españolas que recibirán el reconocimiento del Campus de Excelencia Internacional para crear centros de docencia, investigación y desarrollo. "Nuestra universidad entiende que su misión es poner en valor su conocimiento y toda la actividad investigadora. Al poner en contacto a investigadores con empresarios, lo que hacemos es abordar la actividad de I+D+i de una manera más multidisciplinar y con masa crítica", dice León.La UPM pretende que la ocupación total de los viveros, repartidos en tres campus en la Comunidad de Madrid, se realice el próximo año con un total de 60 empresas de base tecnológica.
Juan ANtonio Raga. Director del Parque de la UV. "Ayudamos a las empresas a sobrevivir"
El Parque Científico de la Universidad de Valencia (UV) tiene una superficie de 10.000 metros cuadrados destinados a empresas relacionadas con la investigación, el desarrollo y la innovación tecnológica. La inversión asciende a un total de 85 millones de euros, de los cuales ya se han invertido 50 millones. Hasta la fecha ha generado más de un millar de empleos directos y cuenta con 31 empresas, de las cuales nueve son spin off de la propia universidad y 22 externas al campus. Los principales sectores a los que pertenecen son agroalimentario, biomedicina, fotónica, domótica, medio ambiente, tecnologías de la información y comunicación. La universidad también ha sido seleccionada como uno de los 15 campus de excelencia internacional. La tasa de supervivencia de las empresas es algo que preocupa al director del Parque valenciano, Juan Antonio Raga: "No es muy alta, más del 80% desaparece en los primeros tiempos, porque requieren de una estructura empresarial mínima, y nosotros tenemos capacidad para ofrecérsela, sobre todo a las pequeñas empresas que tienen grandes dificultades de financiación". Cree que las universidades no pueden dejar que desaparezcan por el desagüe iniciativas que aporten competitividad al tejido empresarial. "Es un mito esto de que la universidad vive de espaldas a la sociedad; se ha asumido que además de formar gente, investigar y crear conocimiento, debe participar en su desarrollo".
Diferencias
La Asociación Internacional de Parques Científicos y Tecnológicos (IASP) define el parque científico como la organización que busca incrementar la riqueza de su comunidad promoviendo la innovación de las empresas e instituciones generadoras de saber, instaladas en el parque o asociadas a él. Un parque tecnológico estimula el flujo de conocimiento y tecnología entre universidades, instituciones y empresas, e impulsa la creación de empresas innovadoras.