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Las opciones de inversión

Un nuevo escenario para el ahorro

La reforma fiscal y la expectativa de que la crisis ha tocado fondo dañan a los depósitos, pero añaden atractivo a fondos y seguros

El pánico generado en algunos momentos de la actual crisis ha llevado a la mayoría de los ciudadanos a contener hasta el límite sus gastos, pero también a mirar con lupa el lugar en el que depositar sus ahorros. Ahora que la situación parece haberse apaciguado, o al menos se ha extendido la sensación de que lo peor ya ha pasado, los inversores se encuentran con un escenario complicado, muy distante al de la larga fase de bonanza económica anterior en la que era relativamente fácil duplicar una inversión en poco tiempo si se elegían activos con algún riesgo, como la Bolsa o sofisticados fondos de inversión.

Cambios fiscales

A los cambios fiscales anunciados el pasado fin de semana por el Gobierno para las rentas del capital -tiene previsto elevar la retención del 18% hasta un máximo del 21%, dependiendo de las cantidades- se suman las dudas acerca de qué producto es más conveniente en el actual entorno, todavía no exento de amenazas. Unos comprensibles reparos después de haber presenciado hace poco más de un año la quiebra de entidades del tamaño de Lehman Brothers o de haber vivido como espectadores o afectados la mayor estafa de la historia tejida por el financiero Bernard Madoff.

Los depósitos bancarios y la deuda pública, un tándem que ha resultado ganador durante muchos meses durante la crisis, ha perdido buena parte de su atractivo con la caída en picado de los tipos de interés. Esta tendencia ha permitido a las entidades reducir a la mitad la remuneración del pasivo y al Tesoro conseguir financiación a precios más baratos. Para una imposición a un año de 10.000 euros, la diferencia entre agosto de 2008 y un año después es de 253 euros. Cuando se ponga en vigor la nueva normativa fiscal del ahorro, estos dos productos recibirán otro duro varapalo, ya que la retención se realiza en el primer caso cuando se abonan los intereses al cliente -cada mes, trimestre o semestre- y en el segundo en el cupón.

"Los más perjudicados por la reforma son los depósitos, sobre todo los de más corto plazo, y los más beneficiados aquellos productos en los que el impuesto se paga al vencimiento o cuando se retira el dinero. El ejemplo más claro son los fondos de inversión, que permiten sin generar impuestos traspasar el ahorro de un fondo a otro", afirma Juan José Terraza, socio de Ernst & Young Abogados.

La industria de la inversión colectiva, de hecho, podría ahora resarcirse del desplome sufrido en 2008 y principios de 2009. Entonces, la aversión al riesgo de los inversores, escándalos como el de Madoff y la fuerte competencia de los depósitos provocó una sangría de reembolsos.

"En principio tendría que producirse un trasvase desde los depósitos de bancos y cajas hacia los fondos y aumentar, por consiguiente, la demanda de acciones. Pero todo dependerá del comportamiento de la Bolsa", explica Robert Tornabell, profesor de banca y finanzas y ex decano de Esade. Añade que un gran competidor de los depósitos e incluso de los fondos serán los seguros diferidos.

La propia industria de los fondos reconoce que su recuperación va a ser gradual. El presidente de la patronal del sector, Inverco, ha señalado que se tardará tres años en recuperar los volúmenes de patrimonio previos a la crisis, de 261.076 millones en mayo de 2007. En septiembre, el saldo era de 162.777 millones. Y dentro de la gama de fondos, los pequeños inversores aún se muestran temerosos ante productos de riesgo. Por eso, apuestan por los garantizados y pequeñas incursiones en renta variable.

El trasvase de dinero de unos productos a otros no será la única consecuencia de la reforma fiscal. El cambio genera dudas sobre cómo se realizará la retención, al establecer el 19% para rentas inferiores a 6.000 euros y el 21% a partir de este tope. "Una solución sería un único tipo para las retenciones a cuenta y que en la declaración individual del contribuyente se ajuste la diferencia", explican fuentes financieras.

Cuentas y depósitos. Menos rentabilidad, menos gancho

Las entidades financieras han puesto el freno en el lanzamiento de ofertas en cuentas remuneradas y depósitos en los últimos meses, debido a que la apertura de los mercados de capitales les permite ahora acceder a la liquidez a través de otras vías. También ha influido el descenso de los tipos al 1%, lo que reduce el margen en las remuneraciones que pueden ofrecer a sus clientes. Según los últimos datos del Banco de España, la rentabilidad media de los nuevos depósitos a un plazo de un año se situaba en agosto en el 2,28%, frente al 4,81% del mismo mes de 2008. En las cuentas a la vista, el rendimiento que bancos y cajas pagan a los usuarios ha bajado en este periodo del 0,79% al 0,42%. Estas ganancias, además, se verán ahora reducidas con los cambios fiscales al aumentar la retención hasta un tope del 21%.Los depósitos han sido tradicionalmente en España una de las fórmulas más populares de ahorro. De hecho, en julio su volumen ascendía a 1,18 billones de euros. De esta cantidad, las imposiciones a plazo suponían 734.255 millones, las cuentas de ahorro un total de 198.214 millones y el ahorro a la vista 255.382 millones de euros.

Deuda pública. Letras y bonos, en mínimos históricos

La rentabilidad de la deuda pública española se ha desplomado hasta mínimos históricos, aunque esto no ha impedido que el Tesoro haya conseguido colocar de manera holgada los títulos debido a la elevada demanda de los inversores. Durante los peores momentos de la crisis, los ahorradores eligieron las letras, bonos y obligaciones de los Estados como uno de los principales refugios. Sin embargo, los expertos creen que poco a poco las peticiones de deuda pública se irán reduciendo por su pérdida de atractivo.Las letras a un año rentan ahora un 0,729%, frente al 4,34% de septiembre de 2008. Los bonos a tres años ofrecen un 2,275% y las obligaciones a diez años un 3,879%.En total, entre enero y septiembre de este año, el Tesoro ha realizado emisiones por un importe de 168.255 millones de euros. Para 2010, tiene previsto endeudarse en otros 211.500 millones.El saldo de deuda en circulación ascendía ya a finales de agosto a 430.013 millones de euros. En letras a un año hay 58.183 millones de euros, en bonos a tres años 30.481 millones, en bonos a cinco años 48.830 millones y en obligaciones a diez años 150.760 millones.

Seguros. Un producto que gana con el cambio tributario

Los expertos esperan que los cambios anunciados por el Gobierno en la tributación de las rentas del ahorro beneficien a los seguros, al estar sometidos como los fondos al pago diferido de impuestos."Para aquellos inversores que no necesiten rentas recurrentes sino que su horizonte sea el medio/largo plazo lo más interesante ahora serán los seguros o los fondos", señala Marta Díaz-Bajo, de Atlas Capital.De hecho, en el sector financiero se reconoce que muchas entidades ya están preparando el diseño de nuevos productos de este tipo como sustitutos a los depósitos, la estrella de su oferta en los últimos meses.Los seguros tributan actualmente, al igual que el resto de los productos de ahorro al 18%, aunque el porcentaje que se considera gravado por el impuesto desciende en función de la edad del perceptor. Si la renta es vitalicia, los coeficientes se establecen según la edad del suscriptor en el momento de la constitución de la renta. Si es temporal, se establecen dependiendo de su duración.

Fondos. El más beneficiado de un trasvase del ahorro

Después de la sangría desatada por la crisis la industria de fondos empieza a curar las heridas. Las rentabilidades se van recuperando al compás de la fuerte recuperación de los mercados, los reembolsos se han frenado (en agosto incluso hubo suscripciones netas) gracias a la creciente confianza en la recuperación, algo a lo que hay que sumar ahora un cambio fiscal que puede favorecer el traspaso de dinero hacia los fondos."La ventaja de un fondo de inversión sobre un seguro es que con el primero puedes traspasar el dinero sin necesidad de tributar mientras que con el seguro firmas un contrato de permanencia con el proveedor durante unos años", Marta Díaz-Bajo, de Atlas Capital.En los primeros ocho meses del año las rentabilidades han sido positivas, con un alza del 3,56%, donde destacan fondos de Bolsa emergente (46,03%), la renta variable Internacional Resto (24,9%) y la renta variable Nacional Euro (24,3%).Los expertos esperan que la industria aproveche el entorno para sacar nuevos productos. Eso sí más sencillos y probablemente de perfil conservador puesto que la salida de la crisis aún genera mucha incertidumbre.

Acciones. El dilema de declarar las plusvalías

Los inversores que tuvieron el acierto de entrar en los mínimos de marzo acumulan unas importantes plusvalías. La Bolsa ha subido un 66,1% desde entonces, aunque desde los máximos de noviembre de 2007 el castigo es de un 29%. Los expertos creen que la reforma fiscal podría trastocar sus planes. "Para el inversor sofisticado lo normal es que venda. Que se produzca la realización de posiciones para recompensar las plusvalías o minusvalías o bien aprovechar vender este año para que tributar al 18% y luego comprar en 2010", explica Juan José Terraza. Claro, que tendrá que calibrar su puntería con el momento en el que regresar al mercado.La normativa sobre dividendos se mantiene intacta, por lo que los 1.500 euros de ganancia seguirán exentos de tributar. Aunque muchas compañías se han visto obligadas a reducir la retribución a sus accionistas como consecuencia de la crisis, se espera que otras como Telefónica eleven sus dividendos. Ello hace, junto a las mejores expectativas sobre los beneficios, que los expertos se muestren menos reacios a entrar de manera selectiva en Bolsa, aunque con mucha cautela. El riesgo de una corrección permanece latente, afirman.

SICAV. Las grandes fortunas también pagarán más

Las Sicav, los vehículos de inversión de las grandes fortunas, han dado mucho de que hablar en las últimas semanas. Estas sociedades de inversión sólo tributan al 1% por los beneficios, algo que no ha parado de levantar críticas desde diversas autoridades que piden una presión fiscal mayor que se acerque al impuesto de sociedades.Sin embargo, al igual que ocurre con los fondos de inversión, los rendimientos del titular están gravados con el 18% sobre las plusvalías en el momento en el que decide vender su participación. Por tanto, no se salvarán de la mayor presión fiscal. El Gobierno, de hecho, ha hecho mucho hincapié en recalcar que el incremento del impuesto afectará especialmente a las rentas más altas puesto que el gravamen pasará del 18% al 19% para los primeros 6.000 euros de ganancia y al 21% desde esa cifra.La vicepresidenta Elena Salgado explicó que de los 12,5 millones de contribuyentes que declaran rentas del ahorro, el 94%, algo más de 11,5 millones, obtienen rendimientos del ahorro inferiores a 6.000 euros.

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