La errática estrategia de Carrefour
Como el plan maestro ha fracasado, sus avariciosos autores han tenido que recurrir a un plan B. æpermil;sta es la mejor explicación del intento de Bernard Arnault y de la gestora de fondos estadounidense Colony Capital de hacer que Carrefour venda algunos de sus negocios estratégicos más importantes.
La pareja irrumpió por primera vez en la minorista francesa en marzo de 2007, cuando los mercados estaban en pleno boom. La idea era forzar a Carrefour a que vendiese algunos de sus bienes inmuebles. El dúo acabó amasando una participación del 13,5% para luego ver cómo la caída del mercado inmobiliario echaba por tierra sus ambiciones. Y ahora están presionando para que la compañía se deshaga de sus operaciones en los mercados emergentes y devuelvan lo recaudado a los accionistas, según publica Le Monde. Una idea que rezuma desesperación.
Colony y Arnault han conseguido mucho con su pequeña participación. Se deshicieron cuidadosamente de la familia que controlaba la compañía, colocaron un nuevo consejero delegado y se aseguraron tres asientos en el consejo de administración. Pero ellos no deberían permitirles dictar la estrategia de Carrefour -a no ser que se lancen a por toda la compañía-.
Lars Oloffson, el pez gordo de Nestlé que se convirtió en CEO del retailer en enero, ha establecido un nuevo plan estratégico que, según advirtió, no dará frutos hasta 2012. Pero Colony y Arnault no parecen dispuestas a aguantar tanto. Además de los 1.500 millones de euros -o más- que pueden perder con las acciones, las demás inversiones de Colony en Francia, como la hotelera Accor, tampoco han sido demasiado rentables. Aunque la estadounidense dice ser un accionista a largo plazo, el impacto de la crisis en sus inversiones apalancadas puede conducir al pánico a corto plazo.
Prescindir de las divisiones latinoamericana o asiática de Carrefour no tiene sentido. Brasil y China, donde su presencia es importante, son los únicos motores de crecimiento de la compañía. Los problemas de Carrefour provienen en gran parte de las operaciones francesas y de la importante caída de ventas en Europa.
Carrefour puede obtener un buen precio por los negocios en cuestión -hasta 7.000 millones por la división latinoamericana y otros 6.000 por la asiática-. Esto equivaldría a un 40% del valor corporativo de Carrefour. Pero cuesta imaginar qué será del retailer si se estanca en Europa. Quizá Arnault y Colony deban dejar que Lars implemente su propio plan.
Por Pierre Briançon