Fiebre de compras corporativas
La avalancha de operaciones corporativas ha vuelto al mercado. Ha bastado que el oleaje de la crisis financiera redujese su intensidad para que las grandes multinacionales se lanzasen sobre sus competidores para mejorar sus posiciones en el mercado, con el consiguiente premio en las plazas bursátiles. Si en la última década las operaciones corporativas han constituido uno de los principales estímulos a las alzas de las bolsas, ahora puede convertirse también en un motor determinante, pese a que la subida desde los mínimos de marzo se antoja ya excesiva para los fundamentales que ofrecen la economía y los negocios.
Empresas de trayectoria sólida, gestión de reconocido rigor, crédito en los mercados y gran disponibilidad de caja estaban con la escopeta cargada, y han protagonizado en una sola jornada tres adquisiciones en los sectores de la biomedicina y la tecnología, como si sobre ellos no hubiese transitado la crisis. Xerox adquiere Affiliated Computer Service (4.350 millones de euros) Abbott compra la unidad farmacéutica de Solvay (4.800 millones) y Johnson & Johnson toma el 18% de Crucell. Pero el mercado quiere más: especula con una operación gigante, en la que Kraft Foods podría comprar con opa hostil Cadbury por 11.800 millones. Se está decidiendo quienes serán los líderes de la próxima década.