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Columna
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A Porsche se le encalla la marcha atrás

Porsche se ha burlado del mercado de stocks alemán durante los dos últimos años en su intento de hacerse con su rival Volkswagen. La fabricante de coches de lujos no debería sorprenderse de que los reguladores estén por fin al acecho.

Los fiscales locales registraron el jueves las oficinas de Porsche en Stuttgart como parte de una investigación por posible manipulación del mercado y violación de las reglas de revelación de información sensible, acusaciones que Porsche ha rechazado. La investigación incluye también al antiguo presidente ejecutivo y al antiguo jefe del departamento financiero, que abandonaron la compañía el mes pasado.

Haya o no infringido las reglas, lo que está claro es que Porsche ha pisado el acelerador. El grupo compró una enorme cantidad de opciones de VW. æpermil;stas técnicamente no dan acceso a las acciones, y de acuerdo a las leyes alemanas la posesión de grandes participaciones de este tipo no tiene por qué ser revelada. Cuando Porsche hizo público en octubre que efectivamente había arrinconado el mercado de acciones de VW -con acciones y opciones sobre el 74% de la compañía-, un corto apretón en los stocks hizo que VW pasase a ser de la noche a la mañana la mayor compañía por capitalización bursátil. Eso infringió los límites de su coeficiente en el índice Dax alemán.

Pero Porsche también debilitó la confianza del mercado de otras maneras. Explotó una ley germana que determina la absorción obligatoria, permitiéndole lanzar una oferta por VW con un descuento del 14% respecto a su precio de mercado.

La historia pone el centro de atención en las inadecuadas salvaguardas de la ley alemana contra las adquisiciones escurridizas. Los grandes paquetes de opciones pueden ser fácilmente convertidos en acciones, cosa que se puede considerar información sensible sobre los precios que los inversores quisieran -pero no pueden- obtener. Y Porsche no está sola. Schaeffler Group también usó opciones para comprar el año pasado a la fabricante de neumáticos Continental, amasando en secreto una participación del 36% en su objetivo antes de lanzarse abiertamente a por él.

Pero si la legislación es mala, el regulador tampoco es para tirar cohetes. Porsche ha ido cerrando el camino entre las dos durante años. Y ahora que se ha detenido, lo normal es que atraiga a todo tipo de mirones.

Por Christopher Hughes

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