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Columna
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JPMorgan aprende de los errores

JPMorgan ha mostrado bastante solidez durante la crisis crediticia. Eso debería dar algo de esperanza a aquellos de sus rivales que tienen dificultades. Después de todo, en la última gran crisis, su pobre actuación en banca de inversión y una confusa estrategia en banca de consumo dejaron al banco fuera de combate. Bajo el liderazgo de Jamie Dimon, JPMorgan ha aprendido de sus errores y ha puesto remedio a ambas cosas.

Después de la burbuja de las puntocom, lo normal era pensar que JPMorgan sería carne de cañón si el mercado volvía a tener problemas -ya fuera pérdidas de préstamos, sobreexposición de su cartera de empresas de capital riesgo a las telecos y a las compañías tecnológicas, o que la volatilidad de los mercados afectara a sus operaciones por cuenta propia-. Las cosas se pusieron tan feas que JPMorgan era una de las pocas financieras en aquel tiempo cuyas acciones cotizaban por debajo de su valor en libros.

Una mejor política de gestión de riesgos ha cambiado eso. Prueba de ello es que las mesas de negociaciones ahora desempeñan un buen trabajo -de hecho, el comercio de renta fija cosechó ingresos récord de 4.900 millones de dólares en el último trimestre-. Pero también indica otras cosas. A pesar de su poderío financiero, JPMorgan se quedó al margen del tipo de obligaciones de deuda colateralizadas que les trajo problemas a otros. De hecho, la reputación de la firma ha sido tan maquillada que sus banqueros de inversión se embolsaron honorarios de 2.200 millones de dólares, un 50% más de lo que hizo Goldman Sachs y más de lo que ningún banco había hecho en un único trimestre.

En cuanto a la banca minorista, el problema con el viejo Chase era que los ejecutivos se habían vuelto cada vez más inseguros respecto a qué hacer con éste incluso antes de que se fusionara con JPMorgan en 2000. Pero su capacidad para obtener ganancias como sufrido banco de inversión demostró su valor. La fusión en 2004 de JPMorgan con Bank One, que trajo a Dimon a bordo, añadió peso. Y ahora, con el negocio de Washington Mutual rodado, la banca minorista está produciendo casi 1.000 millones de dólares de beneficio neto trimestral.

JPMorgan apenas ha quedado intacto por la crisis: hipotecas y préstamos apalancados afectan a todas las firmas implicadas, y las tarjetas de crédito y los préstamos al consumo hacen perder al banco más de 1.600 millones de dólares este trimestre. Pero JPMorgan parece haberse enfrentado a esto con efectividad. Esto deja al banco de Dimon como uno de los vencedores de la crisis. El próximo gran test para él será mantener este camino.

Por Antony Currie

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