Neblina eléctrica
Areva, el grupo nuclear francés de titularidad pública, deberá acordar esta semana desprenderse de una rentable división de la compañía que su consejero delegado no quiere vender. Deberá pagar por una decisión que el Gobierno no quería tomar.
La debacle no la ha propiciado la acción del Estado, sino su inacción. Nicolas Sarkozy ha postergado durante dos años la decisión de cómo financiar el programa de inversiones de 10.000 millones de euros de la fabricante de plantas nucleares. Ahora parece que a Areva no le queda otra elección que vender su filial de transmisión y distribución eléctrica para cuadrar cuentas. El negocio representa casi el 40% de los ingresos del grupo, y casi todo su beneficio operativo.
Areva T&D podría aportar entre 3.000 y 5.000 millones, según los analistas. El precio final dependerá de si la venta se ejecuta o no con favoritismos. De hecho, despreocúpense: ya parece que hay un comprador preferido -por el Gobierno, claro-. Alstom, el grupo salvado de la bancarrota hace seis años, está impaciente por recuperar T&D. Se lo vendió a desgana a Areva en 2003 para satisfacer las condiciones incluidas en un plan de rescate de la UE. Desde entonces la división ha prosperado.
Otros pretendientes son Schneider Electric, la fabricante francesa de equipos electrónicos, y la alemana Siemens. En otra vuelta de tuerca, Areva usará lo que recaude con la venta de T&D para comprar a Siemens su participación del 34% en la filial de plantas nucleares de Areva por al menos 2.000 millones. El grupo alemán decidió ejercer una opción de venta en enero después de que el Gobierno francés rechazara soltar su participación en la división.
Areva sigue sin poder financiar la totalidad de su programa de inversiones sin tomar algún tipo de decisión sobre su futura estrategia. Habiendo acabado con los planes de privatización parcial de Areva, parece que el Estado dará margen a inversores extranjeros al diluir su actual participación del 95%. Pueden estar interesados grupos industriales como el japonés Mitsubishi o fondos soberanos como Mubadala, de Abu Dhabi. La venta de un 15% podría aportar más de 2.000 millones de euros. Añadámosle 4.000 por T&D y otros 3.000 por la venta de holdings en compañías como Total o Gdf Suez y Areva habrá conseguido la financiación que quería. Eso sí: los titubeos de Sarkozy le habrán costado algunas de las joyas de la corona.
Por Pierre Briançon.