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Columna
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Porsche y VW, una familia mal avenida

Intentarán llamarlo una fusión amistosa? Las familias enemistadas que comparten el control de Porsche y Volkswagen han acordado supuestamente una fusión de sus compañías para ayudar al fabricante de automóviles de lujo alemán a salir del agujero que él mismo se cavó al pedir prestados fondos para comprar una participación de control en su más grande competidor. Pero mantienen la pelea todo el camino hasta el altar.

Algunos de los regateos bordean el ridículo. Esta semana Porsche rechazó una proposición de Volkswagen para comprar la mitad del fabricante de coches deportivos basándose en que había sido enviado a la dirección equivocada, según se informó. Debería haber sido enviado al consejo en lugar de a su presidente. Pero resulta que el consejo de Porsche está totalmente compuesto por miembros de las familias de control Porsche y Piëch. Ferdinand Piëch, cabeza de familia, es también el presidente de Volkswagen. æpermil;l, se supone, envió la oferta a su primo díscolo Wolfgang Porsche, presidente de la compañía que lleva su mismo nombre.

Mientras tanto, Porsche está en conversaciones con Qatar con el objetivo de aligerar sus 9.000 millones de euros de deuda. Qatar, según se informa, compraría una participación en Porsche y opciones de Porsche en el 20% de las acciones de Volkswagen. Pero Piëch, un accionista mayoritario de Porsche, tendría que estar de acuerdo con tal negocio.

El corazón del asunto es que Porsche no parece haber comprendido que está en el desesperado final de las negociaciones. Volkswagen, asentado en unos 8.000 millones de euros de cash, está completamente dispuesto a ayudar, pero con sus propias condiciones. Volkswagen quiere comprar las operaciones de automóvil de Porsche, y convertirla en otra marca de las 10 que ya posee. En el otro lado de la mesa parece que Porsche quiere cualquier tipo de dinero menos el de Volkswagen.

Ferdinand Piëch, de 72 años, y su primo Wolfgang Porsche, de 64 años, están escenificando su drama de familia al aire libre. Puede ser divertido de ver. Pero la batalla es desigual. Volkswagen puede permitirse esperar. Porsche, no.

Por Pierre Briançon.

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